?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Is 49, 8-15
- Sal 144
- Jn 5, 17-30
Dentro de la riqueza de este pasaje de Isaías, destinado al pueblo de Israel mientras estaba en el Exilio, centremos nuestra atención en la misión redentora del profeta: “Yo te formé y te he destinado para que seas alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para decir a los prisioneros: “Salgan”, y a los que están en tinieblas: “Vengan a la luz”.
Esta es también nuestra misión como bautizados: ser un instrumento de Dios para todos aquellos que viven aún prisioneros de sus vicios y defectos; ser luz para aquellos que viven en las tinieblas del pecado; ser alianza para que, los que no conocen a Jesús, no sólo lo conozcan, sino lo lleguen a amar profundamente y de esta manera tengan vida y la tengan en abundancia.
También nos muestra el regocijo que debe inundar nuestro corazón ante la Misericordia de Dios que es “..siempre fiel y bondadoso en todas sus acciones. Da su apoyo al que tropieza, y al agobiado alivia..” nos dice el Salmo.
El tema central del Evangelio, es escuchar la palabra de Jesús y creer que él es verdaderamente el Hijo de Dios. Estos son dos elementos que están íntimamente relacionados entre sí. Y ese fue el problema del pueblo judio, ellos creían fervientemente en Dios el Señor, el Creador, el que interviene en la historia, el que es justo; pero no reconocían a Jesus como su Hijo, entonces para ellos era inconcebible que Jesus se igualara con Dios.
A veces a nosotros nos pasa como los julios, no reconocemos verdaderamente que Jesús es Dios, si,lo hiciéramos, entonces su palabra deja de ser una palabra como la de los demás, para convertirse en “Palabra de Dios”; ahora bien, si la palabra de Jesús -lo que nosotros leemos en los evangelios-, es verdaderamente “Palabra de Dios”, debería ser algo sobre lo que no se duda o discute. Puede ser que no la entienda o que me resulte difícil de vivir o de aceptar, pero sigue siendo “Palabra de Dios”. Jesús nos dice hoy: “El que escucha mi palabra y cree en el que me envió, tiene vida eterna”.
Nos dice el Papa Francisco: “…La fe, que es como una semilla en lo profundo del corazón, florece cuando nos dejamos “atraer” por el Padre hacia Jesús, y “vamos a Él” con ánimo abierto, con corazón abierto, sin prejuicios; entonces reconocemos en su rostro el Rostro de Dios y en sus palabras la Palabra de Dios, porque el Espíritu Santo nos ha hecho entrar en la relación de amor y de vida que hay entre Jesús y Dios Padre. Y allí nosotros recibimos el don, el regalo de la fe.
…Aquella que ha vivido esta experiencia en modo ejemplar es la Virgen de Nazaret, María: la primera persona humana que ha creído en Dios recibiendo la carne de Jesús. Aprendamos de Ella, nuestra Madre, la alegría y la gratitud por el don de la fe. Un don que no es “privado”, un don que no es “propiedad privada”, sino que es un don para compartir: es un don «para la vida del mundo”
Meditemos: Jesús es el reflejo del Padre; lo manifiesta, lo dice… ¿yo soy reflejo de Jesús? ¿Qué están reflejando mis acciones?
Mes de abril
Evangeliza en todo momento
Planta algunas semillas de fe especialmente entre tus amigos y familiares. Con tu testimonio de conversión podrás sembrar esperanza y amor en el prójimo, no te olvides que debes ser reflejo del amor, perdón y compasión del Señor.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.