?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Jer 26, 1-9
- Sal 68
- Mt 13, 54-58
El pueblo, en tiempos de Jeremías, pensaba que el templo era lo más importante de su vida religiosa y social, más importante aún que el cumplimiento de la ley. De manera que era gente muy religiosa que asistía al templo conforme a las prescripciones, ofrecía los sacrificios y hacía todo lo que Dios había ordenado en cuanto al templo, pero habían olvidado completamente la vida moral. El templo se había convertido en un verdadero ídolo, que a su manera, había ya suplantado a Dios.
Es por ello que el profeta invita al pueblo a la conversión. Sin embargo, la respuesta es la misma que dan hoy los católicos fríos, los que van a misa por cumplir, o cuando hay una boda o algún evento especial: No nos interesa lo que estás diciendo, ya cállate. Y esto es entendible, ya que el asistir al templo, tanto antes como ahora, no compromete nuestra vida para nada.
La gente hoy viene a misa pero su vida moral, la forma como lleva su casa, sus negocios, sus diversiones, nada tiene que ver con lo que Jesús nos pidió en el Evangelio.
Nos resulta muy fácil ver a Jeremías como un preludio de Cristo Jesús, que tampoco calló la buena noticia que el Padre le había mandado decir a toda la humanidad y fue condenado a muerte. Los verdaderos profetas siempre son fieles a la palabra recibida de Dios, aunque su vida corra peligro.
Así, afirma el Papa Francisco: “…En la sinagoga de Nazaret, relata el Evangelio, Jesús dice que allí no se harán milagros: aquí ustedes no aceptan al profeta porque no lo necesitan, están demasiado seguros.
Las personas que Jesús tenía delante, en efecto, estaban muy seguras en su fe entre comillas, muy seguras en su observancia de los mandamientos, que no necesitaban otra salvación…”
Jesus se nos presenta, nos dice el padre Yepes en el audio, como quien libra de la ignorancia, enseña la Verdad, enseña con sabiduría y autoridad; como quien habla desde el corazón, no solamente desde los labios. Sin embargo así, se manifiesta la ignorancia, la incapacidad para reconocer su señorío. Cuántos de nosotros actuamos como los nazarenos?, conocemos a Jesús desde siempre, hemos sido bautizados, vamos a misa, rezamos…, pero no creemos en El, no le creemos porque lo que dice no nos parece y entonces simplemente lo ignoramos, lo despreciamos y hasta lo negamos.
Hay también entre los nuestros muchos profetas, santos y evangelizadores que no valoramos, sino que priman los prejuicios.
Jesus reconoce que por la falta de fe, no puede hacer mas milagros, y es que la fe, es el fundamento de nuestro edificio espiritual.
Al respecto, nos explica el padre Lorenzo Ato, “Aquel incidente que nos narra el Evangelio también podría sucedernos a nosotros. Hay gente que adopta posturas muy similares a aquellos hombres de Nazaret. Sus prejuicios no les permiten ver la realidad de modo objetivo, con facilidad se busca descalificar a los otros por envidia, celo, incapacidad. Hay gente que sufre con los éxitos y el triunfo de los otros, sobre todo si son sus paisanos, gente que es incapaz de reconocer los valores de los otros, por complejos de inferioridad que no le permiten valorar lo suyo sino lo ajeno. Los prejuicios deforman la realidad y constituyen un tipo de ceguera difícil de superar.
En el ámbito de la fe se requiere de una actitud humilde para descubrir la presencia del Señor que nos sale al encuentro en el camino de la vida, a través de lo cotidiano, de lo que no puede llamar la atención. Dios se revela a los humildes y sencillos, ocultando su rostro a los soberbios, a los que se creen sabios y autosuficientes (Cf., Mt 11, 25). El hombre de nuestro tiempo no debe esperar milagros para creer, sino que, por el contrario, debe tener fe para poder descubrir los signos de la actuación de Dios.
Palabra de Vida Mes de julio
«Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre. Mt12, 50
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.