https://youtu.be/MuRLHniRjEs
- Heb 13, 1-8
- Sal 26
- Mc 6, 14-29
La liturgia de hoy ante la amenaza del poder y la corrupción que se suscita con tanta facilidad en el mundo, nos brinda sabios consejos que al impleméntalos en nuestra vida nos lleva a ser mejores cristianos, tales como la hospitalidad, la caridad, la fidelidad, el agradecimiento, la misericordia y la confianza de que el Señor nunca nos abandonará; casi todos ellos son carismas propios del Espíritu que hizo nacer la Iglesia y en los que cada comunidad debe perseverar. El cristiano ha de ser y sentirse testigo del Cristo siempre vivo y actual que nos ha prometido su asistencia, pues como nos dice el Salmista. “El Señor es mi auxilio, nada temo: ¿qué podrá hacerme el hombre?”. Lamentablemente hoy sucede lo mismo que le sucedió a Juan el Bautista, pues siempre los poderes de este mundo, el imperio del poder, el placer y el tener, han intentado acallar a los profetas de Dios. En un mundo dominado por el desenfreno obsceno y egoísta, por el consumismo escandaloso y desmedido, por la desesperada búsqueda de poder y dominio, las voces de Dios no tienen cabida. Ya lo experimentó en sus propias carnes el Bautista. Su palabra, su mensaje, su misma presencia incomodaba al mediocre y autoritario Herodes, que no sabía cómo quitárselo de encima. Y siempre se busca una idéntica solución: intentar encadenar la Palabra de Dios. Pero «la palabra de Dios no está encadenada» (2Tim 2,9).
Nos dice san Marcos que Herodes, a pesar de su libertina vida, «respetaba a Juan» y «lo oía con gusto», quedando muchas veces perplejo. Herodes, en el fondo de su corazón, apreciaba al Bautista como «hombre santo y justo» y sabía que decía la verdad. Sin embargo, su impureza y su vanidad le jugaron una mala pasada. Sin ningún tipo de recato, el lujurioso y obsceno rey tuvo que plegarse a los caprichos de aquella joven, hija de la adúltera Herodías. El demonio siempre conspira deprisa en la sombra. Al final, el propio Herodes se encuentra encadenado por las redes de una bailarina deshonesta y unos convidados tan corruptos como él. Hasta ese punto es capaz de atraparle su lujuria y sus ansias de quedar bien. El pecado siempre nos conduce adonde no queremos, obligándonos a cometer los peores actos llevados por los más bajos instintos. Probablemente, la mañana del banquete el rey no podría ni imaginar que acabaría asesinando a Juan. Pero, como se suele decir, “una cosa llevó a la otra”. Se expuso al peligro, y sucumbió en él. Gran lección, ¿no?
Afirma el Papa Francisco que “en Juan está, «la imagen» y «la vocación de un discípulo». La «fuente de esta actitud de discípulo» ya se reconoce en el episodio evangélico de la visita de María a Isabel, cuando «Juan saltó de alegría en el seno» de su madre. Jesús y Juan, en efecto, «eran primos» y «tal vez se encontraron después». Pero ese primer «encuentro llenó de alegría, de mucha alegría el corazón de Juan. Y lo transformó en discípulo», en el «hombre que anuncia a Jesucristo, que no se pone en el lugar de Jesucristo y que sigue el camino de Jesucristo».
En conclusión, el Papa Francisco sugirió un examen de conciencia «acerca de nuestro discipulado» a través de algunas preguntas: «¿Anunciamos a Jesucristo? ¿Progresamos o no progresamos en nuestra condición de cristianos como si fuese un privilegio?». Al respecto es importante mirar el ejemplo de Juan que «no se adueñó de la profecía».
Y luego un interrogante: «¿Vamos por el camino de Jesucristo, el camino de la humillación, de la humildad, del abajamiento para el servicio?».
Según el Pontífice, si nos damos cuenta de no estar «firmes en esto», es bueno «preguntarnos: ¿cuándo tuvo lugar mi encuentro con Jesucristo, ese encuentro que me llenó de alegría?». Es un modo para volver espiritualmente a ese primer encuentro con el Señor, «volver a la primera Galilea del encuentro: todos nosotros hemos tenido una». El secreto, dijo el Papa, es precisamente «volver allí: reencontrarnos con el Señor y seguir adelante por esta senda tan hermosa, en la que Él debe crecer y nosotros disminuir».
Se nos habla, en este texto también de la fama de Jesús —conocido por sus milagros y enseñanzas—. Era tal esta fama que para algunos se trataba del pariente y precursor de Jesús, Juan el Bautista, que habría resucitado de entre los muertos. Y así lo quería imaginar Herodes, el que le había hecho matar. Pero este Jesús era mucho más que los otros hombres de Dios: más que aquel Juan; más que cualquiera de los profetas que hablaban en nombre del Altísimo: Él era el Hijo de Dios hecho Hombre, Perfecto Dios y perfecto Hombre. Este Jesús —presente entre nosotros—, como hombre, nos puede comprender y, como Dios, nos puede conceder todo lo que necesitamos.
Jesús acaba de volver a Galilea con fama de profeta de Dios y es ninguneado o despreciado por sus propios conciudadanos, aunque también preocupa a las autoridades, incluso al rey Herodes.
Si nos fijamos bien, la trama nos recuerda la propia historia de amor-odio, de fidelidad e infidelidad entre Dios e Israel, los intereses creados que se imponen a la fe y el verdadero culto al Señor. La muerte del profeta es la que también le espera a Jesús y a cualquiera que trate de vivir en plenitud el Evangelio, pero como hemos leído en la Carta a los Hebreos, nada hemos de temer si Dios está con nosotros.
Pero es también nuestra propia historia de cada día porque como cristianos nos enfrentamos o nos dejamos enredar en las tramas de una sociedad de apariencias e injusticias donde todo vale para conseguir un gramo de poder, de prestigio… donde el amor es solo moneda de cambio para mis intereses inconfesables. Da igual que seamos Herodías, su hija o el propio Herodes. Lo difícil es ser justo y temeroso del Dios del Amor, dar la vida por y para conseguir la Vida.
Dichosos los que cumplen la Palabra del Señor con uncorazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto.
Bibligrafía:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/02/03/juan-o-herodes-tu-quien-quieres-ser/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014/documents/papa-francesco_20140207_primera-galilea.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=03-02-2023
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Febrero 2023
Tú eres el Dios que me ve” (cf. Génesis 16, 13) https://ciudadnueva.com.ar/wp-content/uploads/2022/12/PV-02-2023_doble.doc
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.