https://youtu.be/jpk9E3rVmiU
- Ex 40, 16-21. 34-38
- Sal 83
- Mt 13, 47-53
“Dichosos los que viven en tu casa”, nos indica el Salmo. Y es que Dios hoy se nos muestra cercano, acompañándonos en todo momento como nos muestra la primera lectura, “durante el día la nube del Señor, se posaba sobre el santuario y durante la noche había fuego que podían ver todos los israelitas desde sus tiendas.”
En tiempos de Moisés la presencia del Señor se realizaba por medio de una nube que cubría el santuario, hoy su presencia se realiza de modo más perfecto y sensible, a través de la Eucaristía. Por ello, Dios está presente en todos los Sagrarios del mundo.
Está esperando para llenarnos con su gloria, para platicar con nosotros, para consolarnos y para darnos fuerza para continuar nuestro camino hasta llegar a la Tierra prometida, es decir, hasta el cielo
Nos indica San Juan Pablo II con respecto al texto del Evangelio: “Según las palabras de Jesús, tal cómo nos las han transmitido los cuatro Evangelistas, este Reino de Dios viene esclarecido a través de múltiples parábolas y comparaciones. La comparación de hoy es una de ellas. Nos parece unida de un modo singularmente estrecho a aquel trabajo que desempeñaban los Apóstoles de Cristo, entre ellos Pedro, y muchos de sus oyentes a la orilla del mar de Genesaret. Cristo dice: el reino de los cielos es semejante «a una red barredera, que se echa en el mar y recoge peces de toda suerte» (Mt 13, 47). Estas sencillas palabras transforman por completo la imagen del mundo, la imagen de nuestro mundo de hombres, tal como nosotros lo forjamos con nuestra experiencia y nuestra ciencia. Pero experiencia y ciencia no pueden traspasar en modo alguno esas fronteras inherentes al «mundo» y a la existencia humana, esas fronteras necesariamente unidas al «mar del tiempo», las fronteras de un mundo en el que el hombre nace y muere, de acuerdo con las palabras del Génesis: «polvo eres, y al polvo volverás» (Gén 3, 19). La comparación de Cristo habla, por el contrario, deltraspaso del hombre a un «mundo» distinto, a una nueva dimensión de su existencia. El Reino de los cielos es precisamente esa nueva dimensión que se abre sobre el «mar del tiempo» y es, simultáneamente, la «red» que actúa en ese mar para conseguir el definitivo destino del hombre y de todos los hombres en Dios.”
Al final como nos indica san Mateo cuando recapitule todas las cosas en Cristo, el mal será separado del bien, por eso en la Oración Colecta, pedimos que nuestro corazón esté puesto en los bienes eternos.
Ahora debemos optar libremente: o buscamos a Dios y el bien con todas nuestras fuerzas, o colocamos nuestra vida en el precipicio de la muerte. O estamos con Cristo o estamos contra Él. Convertirse significa, en este caso, optar totalmente por pertenecer a los justos y llevar una vida digna de hijos. Sin embargo, tenemos en nuestro interior la experiencia del pecado: vemos el bien que deberíamos hacer y en cambio obramos el mal; ¿cómo intentamos dar una verdadera unidad a nuestras vidas? Nosotros solos no podemos hacer mucho. Sólo si nos ponemos en manos de Dios podremos lograr hacer el bien y pertenecer a los justos.
”Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes.” Ef 13, 13
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=03-08-2023
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.deiverbum.org/mt-13_47-53/
Palabra de Vida Mes de Agosto 2023
“Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo”. (Mateo 15, 28) https://ciudadnueva.com.ar/julio-2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.