?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Ex 32,15-24.30-34
- Sal 105
- Jn 11, 19-27
La liturgia nos llama a revisar cómo está nuestra fe, cuánto confiamos en Dios.
La primera lectura nos habla de la importancia de la intercesión. Ciertamente, Dios quiere que todos y cada uno de nosotros, tengamos una relación profunda y, sobre todo, personal con él, sin embargo, todos nos necesitamos,de la oración de los demás, es lo que san Pablo llama, la “comunión en la oración”. Necesitamos gente fuerte que nos guíe y nos ayuda a permanecer fieles en la fe. Por ello, la Iglesia siempre ha reconocido en los santos,en nuestra Madre la Viegen María, no solo a los hombres y mujeres que han vivido de una manera ejemplar el Evangelio, sino hombres y mujeres que han sabido, como Moisés, responder con generosidad a Dios, llegando a establecer una relación profunda y estrecha con él, lo que hace que su intercesión sea “efectiva” (si es que podemos hablar así).
Hoy recordamos a Santa Marta. El personaje de Marta es sin duda uno de los más entrañables del Evangelio. Vivía pendiente de los demás. A veces se cansaba y se sentía incomprendida, y, como es natural, se quejaba. Pero su solicitud por los demás brotaba de su amor por ellos. Y ese amor era un regalo de Dios para ella, que la hacía conocer a Dios, porque Dios es amor.
Ahora bien, quien descubre que es amado por Dios no sólo trata de “devolver” a Dios el amor que recibe de él, sino que percibe que ese amor se prolonga en el amor a los demás, que se revela en él. Si esto es así, amar a los demás nos hace conocer a Dios, porque Dios es amor. Así pues, cuando nos amamos, Dios está con nosotros y nosotros con él.
Para llegar a esto, necesitamos ser amigos de Jesus, recibirlo con actitud hospitalaria, dedicarle tiempo y escucharlo, orar en todo momento, dialogar con El como se hace con el Amado.
Así, un diálogo de amistad con Jesús, un diálogo de amor con él es capaz de descubrirnos su más profunda identidad y, en consecuencia, nuestra más grande felicidad, la certeza del cumplimiento de nuestras más grandes aspiraciones.
Pregúntate hoy, delante de santa Marta: ¿Cómo es mi amor por los demás? ¿Me lleva a conocer a Dios? Y también: Mi amistad con Jesús, vivida en el diálogo con él, ¿me hace descubrir su verdadera identidad y, en ella, la certeza de una vida feliz?
El Papa Francisco nos catequiza sobre otro aspecto importante de la fe: “Jesús nos pone en esta cresta de la fe. A Marta que llora por la desaparición del hermano Lázaro opone la luz de un dogma: “Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?” (Juan 11,25-26).
Es lo que Jesús repite a cada uno de nosotros, cada vez que la muerte viene a romper el tejido de la vida y de los afectos. Toda nuestra existencia se juega aquí, entre el lado de la fe y el precipicio del miedo. Dice Jesús: “Yo no soy la muerte, yo soy la resurrección y la vida, ¿tú crees esto? ¿tú crees esto?”. Nosotros, que estamos aquí hoy… ¿creemos esto?…
…Somos todos pequeños e indefensos delante del misterio de la muerte. Pero, ¡qué gracia si en ese momento custodiamos en el corazón la llama de la fe!… Esta es nuestra esperanza delante de la muerte. Para quien cree, es una puerta que se abre de par en par; para quien duda es un rayo de luz que se filtra por una puerta que no se ha cerrado del todo. “
Mes de julio
Organizate
Sé disciplinado y organizado para que puedas administrar sabiamente los talento que Dios te ha dado para vivir tu vida en plenitud. Si te organizas, puedes servir de una forma más óptima y hacer de todos los momentos de tu vida algo qué disfrutar
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.