https://youtu.be/fqzuzuQbv0M
- Sof 2, 3; 3, 12-13
- Sal 145
- 1 Cor 1, 26-31
- Mt 5, 1-12
Iniciamos la reflexión con la Monición de la Plegaria Eucarística que nos indica que junto al pan y al vino que presentamos en el Eucaristía de hoy, también hemos presentado nuestra vida al Señor para que la transformación de los dones en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sea motivo por el cual en nuestras vidas se acreciente la confianza en Dios.
Este mensaje del Señor es para los que quieren vivir unas actitudes de desprendimiento, de humildad, de deseo de justicia, de preocupación e interés por los problemas del prójimo, y todo lo demás lo dejan en un segundo término y la liturgia de hoy nos presenta cuatro enseñanzas puntuales para poner en práctica:
- Dichosos los pobres de espíritu, nos dice el Salmista y lo menciona el evangelio como una de las Binaventuranzas. La palabra griega para bienaventurados implica dichosos, ser pobres en espíritu no significa que estamos empobrecidos espiritualmente o que ante Dios no tenemos nada de valor espiritual. ¿Cómo podríamos sentirnos dichosos si este fuera el caso? En realidad, ser pobres en espíritu es algo positivo y beneficioso para nuestras vidas cristianas. Ser pobres en espíritu no sólo significa ser humilde, sino también desprendido en el espíritu, en lo profundo del ser, sin aferrarse a las cosas viejas de la vieja dispensación, sino descargándose de todo eso para recibir las cosas nuevas, las cosas del reino de los cielos.
- Busquen al Señor, ustedes los humildes de la tierra, en la primera lectura. La humildad es una virtud derivada de la templanza por la que el hombre tiene facilidad para moderar el apetito desordenado de la propia excelencia, porque recibe luces para entender su pequeñez y su miseria, principalmente con relación a Dios. Por eso para santa Teresa “la humildad es andar en verdad; que lo es muy grande no tener cosa buena de nosotros, sino la miseria y ser nada; y quien esto no entiende anda en mentira
- El Señor ha elegido a los débiles del mundo, acabamos de leer en el texto a los Corinitios y el evangelio complementa con el texto de las bienaventuranzas y termina invitándonos a alegrarnos y saltar de contento porque el premio será grande en los cielos. Esto porque La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias; pero el Señor mira el corazón”. La teología bíblica tiene como principio fundamental que la elección de Dios no sigue las pautas de la mirada humana, sino que es siempre diametralmente opuesta. El escoge lo pequeño, lo débil, lo oscuro. El hombre elige lo grande, lo fuerte, lo que tiene relieve, lo impresionante. Es natural que así sea, porque el hombre no puede conseguir que lo débil sea fuerte, o que el pequeño sea grande, y Dios sí. Dios puede romper el cántaro y hacerlo nuevo y enderezar lo torcido y curar lo deteriorado. De esta manera demuestra que la fuerza viene de él y lo pone de relieve. Si así no fuera, los elegidos por ser fuertes, confiando en sus fuerzas, no acudirían a Dios y estarían tentados de atribuirse la elección y sus efectos. Se envalentonarían y dejarían oscurecido el poder de Dios, como ocurrió con Lucifer, el más bello de los ángeles.
- El que se gloríe, se gloríe en el Señor. Antes de que el apóstol Pablo entrara en el corazón de su carta a los cristianos de Corinto repasó algunas de las verdades básicas de la fe. Él quería que los corintios recordaran cómo fueron llevados a la fe. Todo era obra de Dios. Se les había dicho la increíble noticia de que a través de la muerte de un judío llamado Jesús sus pecados fueron perdonados. Ese mensaje que los llevó a creer en Jesús fue entregado por un hombre mediocre llamado Paul. Lo que parecía una locura a los sabios de la época dio a los cristianos de Corinto la sabiduría de la salvación. Ellos fueron la prueba viviente de que el plan de salvación de Dios no puede ser «imaginado» y lógicamente comprendido. Ya que ellos no hicieron nada para su salvación, ellos no tenían nada que jactarse, excepto la gracia de Dios para ellos. De hecho, Dios los tomó a ellos de personas que no tenían ninguna razón para presumir de sí mismos y les dio mucho de qué jactarse. Si ellos se iban a jactarse ello podría ser únicamente en el Señor.
Afirma el Papa Francisco: “He aquí el gran secreto que está a la base de todo el discurso de la montaña: sean hijos de su Padre que está en los cielos” destacó el Papa quien añadió que “el cristiano no es uno que se compromete a ser más bueno de los otros, sino que sabe ser pecador como todos”
Mt 5, 12 en la Antífona de la Comunión nos invita a alegrarnos y saltar de contento porque nuestro premio será más grande en los cielos. Aleluya.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
- https://blog-es.biblesforamerica.org/que-significa-ser-pobres-en-espiritu/
- https://es.catholic.net/op/articulos/20469/cat/130/la-virtud-de-la-humildad.html#modal
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/40292/cat/876/los-debiles-son-los-preferidos-de-dios.html#modal
- https://elpuntocristiano.org/bosquejos/gloriese-en-el-senor/
- https://es.catholic.net/op/articulos/72167/papa-francisco-propone-vivir-las-bienaventuranzas.html#modal
Palabra de Vida Mes de Enero 2023
«Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia» (Is 1, 17). https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.