https://youtu.be/FS_Su10MvPI
- Hch 9, 31-42
- Sal 115
- Jn 6, 60-69
La liturgia de hoy nos muestra, por un lado como el Señor sigue manifestándose a través de los Apóstoles y además de la importancia de tener confianza en El.
En la primera lectura, contemplamos a Pedro, figura central en estos pasajes, realizando los mismos gestos del Señor Jesús; podemos ver como en flashback a Jesús resucitando a la hija de Jairo, o curando al paralítico. Pedro usa incluso sus mismas palabras. Son signos semejantes que quieren despertar la fe en nosotros.
Pero llama la atención que con el milagro, se pide la colaboración del curado: “Levántate y haz la cama”. Tras ocho años tendido en una camilla, lo que puede estar indicándonos que la postración de este enfermo era total, tras la frase lapidaria “Jesucristo te cura”, no está todo hecho. A Eneas se le pide que él también participe con su acción en esa curación que le ofrece el Señor. Parece resonar aquí la pregunta de Jesús al paralítico de la piscina de Betesda “¿quieres quedar sano?”. Porque nosotros, cristianos, debemos tener la conciencia clara de que todo nos viene de Dios, pero debemos actuar como si todo dependiera de nosotros.
De la resurrección de Tabita, quisiera resaltar el hecho de que “era muy generosa haciendo buenas obras y dando limosnas”. Como nos dice San Lucas en el paralelo que encontramos en el Evangelio (Lc. 12,33), el que da limosna tiene un tesoro inagotable en el cielo. Por eso Tabita alcanza la misericordia de Dios que no quiere la muerte de sus fieles. Por eso el Señor rompe sus cadenas y la libera de los lazos de la muerte, devolviéndola viva a la comunidad, para que viendo estos signos, muchos se conviertan y crean.
Y, acabamos de leer en el Evangelio, el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida, que es Él mismo que se dará a nosotros como alimento para nuestras almas y para nuestra vida cristiana. Y, como suele pasar, hemos contemplado dos reacciones bien distintas, si no opuestas, por parte de quienes le escuchan.
Para algunos, su lenguaje es demasiado duro, incomprensible para su mentalidad cerrada a la Palabra salvadora del Señor, y san Juan dice —con una cierta tristeza— que «desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él» (Jn 6,66). Y el mismo evangelista nos da una pista para entender la actitud de estas personas: no creían, no estaban dispuestas a aceptar las enseñanzas de Jesús, frecuentemente incomprensibles para ellos.
A nosotros nos puede pasar lo mismo. Estamos en un tiempo en que la vida cristiana debe ser vivida a la intemperie, a contracorriente, proclamando unos valores que el mundo entiende como contravalores y podemos ceder a la tentación de cobijar en nuestro corazón este pensamiento: esto es muy duro, ¿quién puede cargar con esto? Mejor marcharse.
Hoy, ante las dificultades de la Iglesia, nos podemos acordar de Santa Catalina de Siena, Virgen y doctora de la Iglesia. Ella fue valiente para decir lo que sentía ante Dios que tenía que decir, pero también para suplir con la penitencia lo que faltaba. Y sobre todo, se sentía tan amada por Cristo, que participaba de su cruz. Es todo un modelo, un ejemplo. Quizá inimitable, pero una cosa que podemos hacer es, como ella, aunque sea Pascua, meditar asiduamente la Pasión de Cristo. Allí contemplaremos su amor, y entonces podremos donarnos completamente a la Iglesia, como ella.
Afirma el Papa Francisco: “Jesús nos pide que respondamos a su propuesta de vida, que decidamos cuál es el camino que queremos recorrer para llegar a la verdadera alegría. Se trata de un gran desafío para la fe. Jesús no tuvo miedo de preguntar a sus discípulos si querían seguirle de verdad o si preferían irse por otros caminos. Y Simón, llamado Pedro, tuvo el valor de contestar: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”. Si sabéis decir “sí” a Jesús, entonces vuestra vida se llenará de significado y será fecunda”
No es que los doce sean más listos que los otros, ni tampoco más buenos, ni quizá más expertos en la Biblia; lo que sí son es más sencillos, más confiados, más abiertos al Espíritu, más dóciles. Les sorprendemos de cuando en cuando en las páginas de los evangelios equivocándose, no entendiendo a Jesús, discutiéndose sobre cuál de ellos es el más importante, incluso corrigiendo al Maestro cuando les anuncia su pasión; pero siempre los encontramos a su lado, fieles. Su secreto: le amaban de verdad.
Pidamos con la Oración Colecta a nuestro Señor que así como hizo arder de amor divino a Santa Catalina de Siena, al contemplar la pasión de tu Hijo y al servir a tu Iglesia, nos conceda por su interesión, que asociados al misterio de Cristo, nos alegremos en la manifestación de su gloria.
¡Felices Pascuas de Resurrección!
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/21-4-2018/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/04/29/sangre-y-fuego/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/5247/cat/331/tambien-ustedes-quieren-marcharse.html#modal
Palabra de Vida Mes de Abril 2023
“ Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.” (Col 3,2) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.