?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/eETnlbhzBUE
- Ef 2, 19-22
- Sal 18
- Lc 6, 12-19
San Pablo en la primera lectura, nos recuerda la dignidad que supone ser cristiano, de los extraordinarios regalos que Dios nos ha hecho.
Nos comenta Fray Manuel Santos Sánchez O.P. que somos, ni más ni menos, que de la familia de Dios. Dios es nuestro Padre y Jesús nuestro hermano mayor.
Cada vez que pienso en esto no puedo salir de mi asombro al pensar que soy hijo de Dios, que Dios es mi papá y que Jesús es mi hermano, que María es mi mamá y que en esta familia también yo soy importante. Qué maravilla saber que nuestro Padre nos ama y ha creado para nosotros todo cuanto existe, que nos lo ha dado como regalo, y que sólo espera la oportunidad de regalarnos su paz y su alegría para que seamos inmensamente felices en este mundo, y un día abrazarnos en el cielo junto con los demás miembros de esta increíble familia.
Esta nuestra familia, continúa el fraile, forma un edificio cuya piedra angular, la piedra donde se sostiene todo el edificio, es Cristo Jesús, el Hijo de Dios. No habrá fuerza humana, ni terremoto ambiental que lo destruya. Tenemos un estupendo fundamento. Los apóstoles, entre ellos san Simón y san Judas, quienes celebramos hoy, extendieron y cimentaron después de Jesús, este edificio que es la iglesia. Nosotros queremos también colaborar a su propagación sabiendo que nos da fuerza para ello el mismo Dios, que habita en nuestros corazones. Somos “moradas de Dios por el Espíritu”.
El texto del evangelio nos dice que “Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios». San Lucas subraya de un modo especial la importancia de la oración en la vida de Cristo. Así, el evangelista da testimonio explícito de que Jesús ora a su Padre antes de los momentos decisivos de su misión: antes de comenzar su vida pública en el momento de su Bautismo, durante su Transfiguración, y en Getsemaní antes de dar cumplimiento a su Pasión. También nos muestra cómo Jesús ora a su Padre ante los momentos decisivos que van a comprometer la misión de sus apóstoles: antes de elegir a los Doce –es la escena que contemplamos hoy–, antes de que Pedro lo confiese como “el Mesías de Dios”, y durante la Última Cena para que la fe de Pedro no desfallezca ante la tentación. Toda la obra de Jesús está atravesada por la oración. Como Él mismo reveló a sus apóstoles, no hacía nada sin contar con su Padre.
Afirma el Emérito Benedicto XVI: “Observando la oración de Jesús, deben surgirnos diversas preguntas: ¿Cómo rezo yo? ¿Cómo rezamos nosotros? ¿Qué tiempo dedicamos a la relación con Dios? ¿Es suficiente la educación y formación a la oración actualmente? ¿Quién nos puede enseñar? […] Escuchar, meditar, callar ante el Señor que habla, es un arte que se aprende practicándolo con constancia. Ciertamente, la oración es un don que exige, sin embargo, el ser acogido; es una obra de Dios, pero que exige compromiso y continuidad por nuestra parte, sobre todo la continuidad y la constancia son importantes.”
«Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles». Merece la pena detenerse un instante en el heterogéneo y variado grupo que Jesús acaba de constituir, los Doce. Salvo su amistad con el Maestro, no tienen nada en común. Cuatro de ellos son pescadores del mar de Galilea, dos parejas de hermanos –Pedro y Andrés, Santiago el mayor y Juan– que además eran socios de trabajo. Además, Andrés y Juan habían sido discípulos de Juan el Bautista. Felipe es oriundo de Betsaida, más abierto a la cultura griega circundante, y amigo de otro del grupo, Bartolomé. También hay un publicano, Mateo, un cobrador de impuestos públicamente aliado de los ocupadores romanos. Pero tampoco falta alguien del signo contrario, Simón el zelote, miembro del grupo extremista que se rebelaba violentamente contra las fuerzas de Roma. Incluso algunos podrían –así lo insinúan los evangelistas– ser parientes cercanos de Jesús, sus primos quizás, como Santiago el menor, Simón y Judas Tadeo. Por último, por supuesto, no puede faltar un traidor, Judas Iscariote. Como ves, no tenían nada en común… salvo que Jesús los escogió, los llamó y los nombró apóstoles.
Pero todo esto cambió cuando Jesús se presentó como el Mesías de Israel. Tuvieron que decidir entre lo que ellos pensaban –sus recuerdos e impresiones– y las palabras de Jesús. Y se decidieron por Jesús y ellos le respondieron que sí.
Así, como nos indica el Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas, hoy contemplamos un día entero de la vida de Jesús. Una vida que tiene dos claras vertientes: la oración y la acción. Si la vida del cristiano ha de imitar la vida de Jesús, no podemos prescindir de ambas dimensiones. Todos los cristianos, incluso aquellos que se han consagrado a la vida contemplativa, hemos de dedicar unos momentos a la oración y otros a la acción, aunque varíe el tiempo que dediquemos a cada«Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos» (Lc 6,19), nos dice el evangelista. Para que nuestra identificación con Él sea total, únicamente nos falta que también de nosotros salga una fuerza que sane a todos, lo cual sólo será posible si estamos injertados en Él, para que demos mucho fruto (cf. Jn 15,4)..
«Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos» (Lc 6,19), nos dice el evangelista. Para que nuestra identificación con Él sea total, únicamente nos falta que también de nosotros salga una fuerza que sane a todos, lo cual sólo será posible si estamos injertados en Él, para que demos mucho fruto (cf. Jn 15,4).
Palabra de Vida Mes de Octubre 2021
“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman. https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.