?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Dan 6, 12-28
- Dan 3
- Lc 21, 20-28
Muchas veces, nosotros hoy, igual que el Rey Darío, como hemos visto en la lectura de Daniel, para quedar bien ante los poderosos, uno se ve atrapado ante sus propias sentencias, opiniones, comportamientos y actitudes. Sobre todo, si éstas mantienen una apariencia totalitaria. No siempre la coherencia se ajusta a lo que uno pretende o piensa.
Vemos pues, en este relato, el rey Darío mantiene su palabra ante los sátrapas, pero interiormente se preocupa por Daniel. Su decisión le ha dejado intranquilo. Hay ocasiones que nuestras decisiones no las creemos justas, sobre todo si van acompañadas de la presión de los ególatras, los celosos, y envidiosos, y esas decisiones no nos dejan vivir.
Hay algo que Darío dice del Dios de Daniel: “Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, te va a librar”, y mas adelante: “Él es el Dios vivo que permanece para siempre”. Es el testimonio ante lo que parecía imposible. Daniel salió vivo de los leones. Un Dios que defiende a los vivos, que actúa, que permanece para siempre a nuestro lado, así lo demostró con Daniel, y así lo reconoció el rey Darío.
Cuantas veces ha hecho con nosotros el Señor lo que hizo con Daniel y nos ha salvado de las fauces de esos “leones” que nos quieren devorar feroces. Por eso con el Salmo alabémoslo diciendo: “bendito seas para siempre, Señor”
“Pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de la liberación”, concluye el texto del evangelio de hoy y el Papa Francisco nos exhorta a tener la actitud necesaria para ello: “La esperanza cristiana no es sólo un deseo, un auspicio, no es optimismo: para un cristiano, la esperanza es espera, espera ferviente, apasionada por el cumplimiento último y definitivo de un misterio, el misterio del amor de Dios en el que hemos renacido y en el que ya vivimos.
Esa espera de alguien que está por llegar: es Cristo el Señor que se acerca siempre más a nosotros, día tras día, y que viene a introducirnos finalmente en la plenitud de su comunión y de su paz.
La Iglesia tiene entonces la tarea de mantener encendida y claramente visible la lámpara de la esperanza, para que pueda seguir brillando como un signo seguro de salvación y pueda iluminar a toda la humanidad el sendero que lleva al encuentro con el rostro misericordioso de Dios…
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p data-removefontsize=”true” data-originalcomputedfontsize=”17″>Debemos preguntarnos, sin embargo, con gran sinceridad, ¿somos testigos realmente luminosos y creíbles de esta espera, de esta esperanza? ¿Nuestras comunidades viven aún en el signo de la presencia del Señor Jesús y en la espera ardiente de su venida, o aparecen cansadas, entorpecidas, bajo el peso de la fatiga y la resignación? ¿Corremos también nosotros el riesgo de agotar el aceite de la fe, de la alegría?. Estemos atentos…”
Mes de noviembre
Ayuda espiritual
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Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.