https://youtu.be/TqayxdCCZVw
- Am 3, 1-8; 4, 11-12
- Sal 5
- Mt 8, 23-27
Hoy, a través de la liturgia, el Señor nos hace un enérgico llamado a ser personas de fe. A tener la certeza que si no contamos con El en cada instante de nuestra vida no podremos tener relación con El y entonces caemos en el caos del mundo y reaccionaremos como lo hicieron los discípulos con miedo y hasta lo increparemos porque no lo vamos a ver en medio de nuestras tormentas. Por eso en la primera lectura nos cuestiona ¿acaso podrán caminar dos juntos, si no están de acuerdo? Nuestra actitud, debe ser, como nos indica el Salmista, postrarnos ante El con reverencia de alma y pedirle: “Señor enséñanos el camino de tu santidad.” Recordemos delante de quien estamos, aquel “a quien hasta los vientos y los mares le obedecen”
En el capítulo 3 del libro de Amos, va desgranando una serie de causalidades, para finalizar con la que es la tarea del profeta “¿Quién no hablará en nombre del Señor, si él lo ordena?”. Este final nos puede centrar mucho también como cristianos. Nuestra fe no es un asunto meramente íntimo, sino profético, encarnando el Evangelio en una realidad concreta; y personal, me compromete a actuar y vivir coherentemente con ella. Es una tremenda responsabilidad hablar en nombre de Dios, no es voluntad ni deseo nuestro, sino iniciativa y mensaje de Dios.
Dios, amando profundamente a su hijo, Israel, lo corrigió con amor, pero con dureza; no en vano, pues siempre hubo una razón para hacerlo.
Ciertamente el Dios que nos ha revelado Jesús es un Dios misericordioso, un Dios que es un verdadero padre y es precisamente por ello por lo que con amor nos corrige y busca que cambiemos nuestro comportamiento hacia él y hacia los demás.
Las situaciones de desigualdad, abuso e injusticia tan extendidas, institucionalizadas y flagrantes no pueden dejarnos indiferentes, ¡claman al cielo! Y “el cielo” tiene una palabra que decir, también hoy, que el Señor sigue dando su voz a profetas de nuestro tiempo.
Por eso debemos meditar sobre lo que nos habla el evangelio de hoy, pues en medio de este mundo en el que falta para muchos el trabajo y hay quienes sufren por las enfermedades, las guerras y las epidemias que nos agobian, ¿podríamos decir que nuestra fe en Cristo permanece firme?
Muchos hermanos, para los cuales la vida en los últimos años se ha hecho pesada, podrían estar tristes y apesadumbrados, incluso con miedo ante el incierto porvenir. Jesús nos dice hoy a todos: “no tengan miedo, hombres de poca fe”. Jesús, a pesar de todo lo que nos parece, está a nuestro alrededor, navega con nosotros. Él mismo nos lo dijo: “Yo estaré con ustedes hasta la consumación de los siglos”. Si los vientos se encrespan y el mar de la vida se agita, Jesús está con nosotros.
“Desde la fe, nos explica el Papa Francisco, estamos comprometidos con que se cumpla la voluntad de Dios, y su voluntad es el bien para todos, sin excepciones.Después de que lo despertaran y que calmara el viento y las aguas, Jesús se dirigió a los discípulos con un tono de reproche: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”… La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad… El Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados.”
Cuando pensamos que la tierra se nos hunde, no olvidemos que nuestro Salvador es Dios mismo hecho hombre, el cual se nos acerca por la fe.
En estos tiempos -en realdad, siempre-, hace falta la contemplación. No hace falta despertar al Maestro. Contémplalo, parece que duerme -aunque siempre está pendiente de sus hijos-, y date cuenta de que, con Él, no nos puede pasar nada, la tormenta más grande cesará.
En estos tiempos de tantas prisas hace falta acudir al sagrario. Dejar en casa el móvil, las redes sociales, las mil distracciones que el mundo nos ofrece y contemplar a Dios, que aún pareciendo dormido es más fuerte que el más fuerte de los fuertes. Pon calma en tu alma, fíate de quien te ha llamado…, y después sal al mundo a cambiar la sociedad, a tocar los corazones en el nombre de Cristo. Te darás cuenta de que lo que parece una gran tormenta no es sino una nube de verano, que pasa y ya está. “Yo he vencido al mundo” nos dice el Señor.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- PildorasdeFe.com
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/06/28/alma-calma/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Junio 2022
«Tú eres mi Señor, mi bien, nada hay fuera de ti» (Sal 16, 2) https://www.focolare.org/espana/es/news/category/parola-di-vita/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.