https://youtu.be/TszFwIuJheo
- Hch 9, 1-20
- Sal 116
- Jn 6, 52-59
Seguimos en Pascua y el Señor, con la liturgia, nos sigue invitando a proclamar el Evangelio.
Hoy el texto de los Hechos de los Apóstoles, nos habla de la conversión de Saulo y como se puso a predicar, pues nosotros igual que él debemos ser sus instrumentos .
Así hace las cosas Dios, así es de imprevisible para nuestros ojos: Irrumpe en nuestras vidas, nos busca y si nosotros somos capaces de escucharle, nos transforma para siempre.
Estoy seguro de que San Pablo jamás pudo pensar, cuando iba camino de Damasco, que terminaría al servicio del Señor, dando aliento a los que perseguía con tanta pasión, ayudando a propagar la figura de Jesús.
Esto ocurre cuando, como en el caso de Ananías con San Pablo, es necesario trabajar, cooperar, convivir con alguien que por su conducta o actitud hacia nosotros o hacia nuestras personas queridas no ha sido correcta.
Saulo, tras tres días de ceguera (tres días estuvo Cristo en el sepulcro) y, supongo, que de meditar lo que había vivido, se bautiza y todo el odio, todo el rencor se transforma en amor. Así cambia Cristo a los que se encuentran con Él.
Hoy en el evangelio, Jesús hace tres afirmaciones capitales, como son: que se ha de comer la carne del Hijo del hombre y beber su sangre; que si no se comulga no se puede tener vida; y que esta vida es la vida eterna y es la condición para la resurrección (cf. Jn 6,53.58). No hay nada en el Evangelio tan claro, tan rotundo y tan definitivo como estas afirmaciones de Jesús.
“Comer para vivir”: comer la carne del Hijo del hombre para vivir como el Hijo del hombre. Este comer se llama “comunión”. Es un “comer”, y decimos “comer” para que quede clara la necesidad de la asimilación, de la identificación con Jesús. Se comulga para mantener la unión: para pensar como Él, para hablar como Él, para amar como Él.
Afirma el Papa Francisco: “Esta fe nuestra en la presencia real de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, en el pan y en el vino consagrados, es auténtica si nos comprometemos a caminar detrás de Él y con Él. Adorar y caminar: un pueblo que adora es un pueblo que camina. Caminar con Él y detrás de Él, tratando de poner en práctica su mandamiento, el que dio a los discípulos precisamente en la última Cena: “Como yo os he amado, amaos también unos a otros”. El pueblo que adora a Dios en la Eucaristía es el pueblo que camina en la caridad. Adorar a Dios en la Eucaristía, caminar con Dios en la caridad fraterna.”
Hemos de recuperar el fervor eucarístico. Ninguna otra religión tiene una iniciativa semejante. Es Dios que baja hasta el corazón del hombre para establecer ahí una relación misteriosa de amor. Y desde ahí se construye la Iglesia y se toma parte en el dinamismo apostólico y eclesial de la Eucaristía.
Estamos tocando la entraña misma del misterio, como Tomás, que palpaba las heridas de Cristo resucitado. Los cristianos tendremos que revisar nuestra fidelidad al hecho eucarístico, tal como Cristo lo ha revelado y la Iglesia nos lo propone. Y tenemos que volver a vivir la “ternura” hacia la Eucaristía: genuflexiones pausadas y bien hechas, incremento del número de comuniones espirituales… Y, a partir de la Eucaristía, los hombres nos aparecerán sagrados, tal como son. Y les serviremos con una renovada ternura.
¡Felices Pascuas de Resurrección!
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=28-04-2023
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- http://es.catholic.net/op/articulos/15699/este-es-el-pan-bajado-del-cielo.html#modal
Palabra de Vida Mes de Abril 2023
“ Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.” (Col 3,2) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.