https://youtu.be/BEW6vBVPxyo
- Hch 15,15-16. 22-18,1
- Sal 148
- Jn 16, 12-15
“Que Alaben al Señor todos los fieles” es la invitación que nos hace el Salmista hoy. Y es que como fieles del Señor guiados por el Espíritu Santo que nos ilumina, nos lleva hacia la verdad divina y nos conduce hacia el camino que lleva a la salvación, como nos indica el texto del evangelio, no hay motivo para que aún hoy haya quienes adoren a un Dios Desconocido, como nos habla la primera lectura. A un Dios de estatua y aunque tanto nos han hablado sobre la importancia de convertirnos, igual que los habitantes de Atenas, algunos nos burlamos, otros sencillamente postergamos para otro momento este llamado a la conversión y unos pocos nos adherimos al Señor y creemos en ese Dios de Amor y Misericordia que envió a su Hijo para darnos la Salvación y hoy nos anuncia al Espíritu Santo que nos guiará hacia la verdad plena.
Entonces, si él nos guiará hasta la verdad plena, ¿porque nos cuesta tanto dejarnos guiar por ella? Porque, admitámoslo, nos da fastidio, cuestiona todas nuestras “verdades”, todas nuestras “ideologías”, y todas nuestras “seguridades”.
El Papa Francisco nos alerta a no encerrarnos en nuestras ideas fijas y nuestras seguridades. Cuando esto ocurre, nos dice, admitámoslo, “el Espíritu Santo nos da fastidio (…) Queremos domesticar al Espíritu Santo. Y esto no funciona. Porque Él es Dios y Él es ese viento que va y viene, y tú no sabes de dónde. Es la fuerza de Dios; es quien nos da la consolación y la fuerza para seguir adelante”.
Hoy en día muchos hombres van perdiendo su interés por Dios, por las cosas divinas y trascendentes. El materialismo que vivimos está llevando al hombre a una inmanencia tal en la que se pierde de vista lo sobrenatural, el sentido de Dios y nuestro destino final. Por otro lado, nos encontramos, incluso dentro de nuestra misma Iglesia, hermanos que aun creyendo en Dios, viven con una imagen equivocada de Él. Pablo en el Aerópago, les anuncia la auténtica visión de Dios, del Dios amoroso que en su misericordia resucitó a su Hijo y lo constituyó Señor, para que todos los que crean en Él tengan vida y la tengan en abundancia.
No dejes que el materialismo te haga perder el sentido de lo espiritual; y si conoces a alguien que no tiene una idea clara del Dios Amor, háblale de su misericordia y de con cuánto amor le está buscando.
En la hermosa secuencia al Espíritu que rezaremos en Pentecostés del Evangelio lo llamamos “Dulce huésped del Alma”, “brisa en las horas de fuego”, “gozo que enjuga las lágrimas”.
Tal vez ansiamos buscando sucedáneos de felicidad y no nos damos cuenta de que, en el fondo de nuestro corazón, ésta la felicidad plena, esa paz infinita, que es el Espíritu Santo. Habitamos con una fuerza infinita, imparable, invencible, con la cual nada ni nadie podrá frenarnos.
Pues hoy, es ¡un día especial! Imagínate la típica jornada en que tú estás con tus familiares o tus amigos, y tienes muchas cosas para contarles. Quizá hace tiempo que no les ves o que vienes de un gran viaje o, simplemente, has tenido un día lleno de experiencias. Quieres explicarlo todo, pero no tienes suficiente tiempo. Pues esto es lo que le sucedió a Jesús. Por eso dice: «Mucho tengo todavía que deciros» (Jn 16,12).
Imaginémonos a Jesús con sus mejores amigos, los discípulos, diciéndoles que cuando tengan el Espíritu de la verdad —es decir, su mismo Espíritu— predicarán sin miedo por todo el mundo, con unas ganas espectaculares, y que tendrán una vida fantástica con Él. Con ello no dice que no tengamos problemas, sino que los afrontemos de otra manera, ya que con el Espíritu de Dios todo es posible. El Espíritu lo hace todo nuevo, desenmascara nuestros temores, cambia nuestra vida, hace salir de aquello que se nos hace farragoso, nos ayuda a amar a quienes nos cuesta… y que cada uno piense en aquello que necesita que el Señor cambie en su vida.
Todo eso es lo que comunica y anuncia el Espíritu. Una vida nueva donde el sinsentido que podemos vivir lo afrontamos con el Espíritu del Señor y, como dijo el Papa Francisco el año 2020 en la Misa de Pentecostés marcada por el confinamiento a causa del Covid-19, ¡una vida de donación! Éste es el fruto del Espíritu: la donación a los otros, por la unidad entre los discípulos. Nosotros recibimos el Espíritu, pero no para nosotros sino para los otros, para aquellos que están a nuestro lado, sea quien sea…
Cuando Jesús dejó esta tierra después de su resurrección nos prometió una doble ayuda y una doble presencia. Nos prometió que, de manera distinta, se iba a quedar con nosotros y nos iba a acompañar siempre “Yo estaré siempre con vosotros hasta la consumación de los siglos”. Algo que nos recuerda en cada eucaristía: “Tomad y comed esto es mi cuerpo, tomad y bebed esta es mi sangre”. Nos prometió también el envío del Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad, cuya labor principal es la de recordarnos y hacernos vivir las verdades que Jesús nos predicó.
Ojalá que hoy seamos fieles discípulos del Señor o, mejor dicho, que hoy seamos verdaderos amigos de aquel que nos da Vida y nos preguntemos: si soy discípulo del Señor, ¿cómo me doy a los otros? ¿Les doy la vida?
Bibliografía:
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/05/25/miercoles-25-de-mayo-de-2022-el-espiritu-santo-nos-da-fastidio/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Mayo 2022
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/05/01/mayo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.