https://youtu.be/JE5-phXi3Cw?si=0f4BQn0TZD_9zpzc
- 1 Mc 4, 36-37. 52-59
- Sal tomado de 1 Cro 29
- Lc 19, 45-48
Hoy la liturgia nos lleva a reflexionar en lo importante que es el Templo, la Casa de Dios, pues algo innato en el hombre es el dar gloria a Dios. Es por ello que todas las culturas de todos los tiempos, han tenido como algo muy preciado el Templo, pues, éste se identifica con el Lugar Santo, el lugar en donde la presencia de Dios se hace manifiesta.
En la primera lectura, vemos como el pueblo de Israel celebra la victoria sobre los enemigos que profanaron el templo alabando y dando gracias al Señor. Reconstruyen y ponen orden en el lugar sagrado, organizan fiestas y “holocaustos de comunión” según los antiguos ritos. Están convencidos de que Dios les ha ayudado y la euforia del triunfo no les hace olvidar a quien se lo deben todo.
En el evangelio vemos a un Jesús airado con aquellos que han convertido la casa de su Padre en un mercado. La enseñanza de Jesús es que con Dios no se mercadea. En un mercado lo importante es la mercadería, más que las personas.
El Templo, dice Jesús, es casa de oración. Es decir, de diálogo con Dios. El gesto de Jesús es profético. A la manera de los antiguos profetas, realiza una acción simbólica, plena de significación de cara al futuro. Al expulsar del templo a los mercaderes que vendían las víctimas destinadas a servir de ofrenda y al evocar que «la casa de Dios será casa de oración» (Is 56,7), Jesús anunciaba la nueva situación que Él venía a inaugurar, en la que los sacrificios de animales ya no tenían cabida. San Juan definirá la nueva relación cultual como una «adoración al Padre en espíritu y en verdad» (Jn 4,24). La figura debe dejar paso a la realidad. El Rito Nuevo es la palabra de Jesús. Por eso, san Lucas ha unido a la escena de la purificación del templo la presentación de Jesús predicando en él cada día. El culto nuevo se centra en la oración y en la escucha de la Palabra de Dios. Pero, en realidad, el centro del centro de la institución cristiana es la misma persona viva de Jesús, con su carne entregada y su sangre derramada en la cruz y dadas en la Eucaristía.
Además, nos explica el Papa Francisco, “…en el Evangelio, san Lucas no dice que «Jesús está enfadado». Jesús más bien «es el celo por la casa de Dios, aquí: es más que el enfado». Pero, se preguntó el Pontífice, «¿por qué actúa Jesús así? Él lo había dicho y lo repite de otra manera aquí: no se puede servir a dos señores. O das culto a Dios o das culto al dinero». Y «aquí la casa del Dios vivo es una casa de negocios: se daba precisamente culto al dinero». Jesús, en cambio, dice : «Está escrito: mi casa será casa de oración; pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos». De este modo, «distingue claramente las dos cosas».
Así que «no se puede servir a dos señores: Dios es absoluto». Pero hay otra cuestión: «¿Por qué Jesús se molesta con el dinero?». Porque —respondió el Pontífice— «la redención es gratuita: la gratuidad de Dios». Jesús, en efecto, «vino a traernos la gratuidad total del amor de Dios». Por ello «cuando la Iglesia o las iglesias se convierten en negocios, se dice que la salvación no es tan gratuita». Y es justo «por eso que Jesús toma el látigo en la mano para hacer este rito de purificación en el templo».
Hoy sabemos, por medio de la Revelación, que Dios no únicamente habita el templo material, sino que nosotros mismos somos ese templo.
Nosotros, los hijos de Dios, somos templos del Espíritu Santo, somos un lugar para el Señor, el sitio de nuestra alma inmortal ¿Cómo andamos de mercaderes? ¿Cómo andamos de materialismo, de rencor, de envidia? ¿Cuántos odios habitan en nosotros, cuántos olvidos del prójimo, cuántas faltas de caridad y amor? A poco que hagamos un examen de conciencia comprobaremos que poco a poco lo que es ajeno a Dios está invadiendo las estancias de nuestro interior, atenazando nuestro corazón y convirtiendo nuestro templo en un mercado donde todo se compra y se vende y donde queda poco espacio para el Señor.
El Evangelio de hoy nos dice que Jesús “todos los días enseñaba en el Templo” y la gente le escuchaba. Nosotros debemos limpiar nuestra casa, dejarla serena, para poder oír todo aquello que Cristo viene a decirnos, para recibirle con la paz que requieren las cosas importantes, sin distracciones ni ruidos que nos impidan entender el sentido profundo de la Palabra de Dios.
”Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes”. Ef 13, 13
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=24-11-2023
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/11/24/el-verdadero-sacrificio-a-dios/
- https://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014/documents/papa-francesco_20141121_escandalo-pueblo.html
Palabra de Vida Mes de Noiembre 2023
“Pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas» 1 Tes 5, 5-6 https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida. Octubre 2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.