https://youtu.be/de-Bv1Wk5Uk
- Ex 14, 5-18
- Sal -Ex 15-
- Mt 12, 38-42
La Liturgia, nos hace reflexionar si ¿seremos de esas personas que a pesar de que el Señor de muchas formas, como lo hizo con los egipcios, nos ha mostrado su Amor y Fidelidad, somos como los escribas y fariseos de los que nos habla el Evangelio y necesitamos de signos para creerle.
Y es que seamos sinceros, las quejas contra Dios son una constante en el cristianismo, lo han sido y lo siguen siendo. Además, seamos realistas, cuesta confiar cuando la realidad es hostil, lo vimos en la primera lectura. Gracias a que Moisés confiaba plenamente en la fidelidad de Dios a su promesa, el Señor se reveló, una vez más, favorable a su pueblo.
Hoy valdría la pena que reflexionemos sobre todos los acontecimientos que hemos vivido y entonces, sabremos que aunque tengamos momentos duros y desconcertantes en nuestra vida, Dios nunca nos abandona. No nos puede abandonar porque es nuestro Padre. Y Él y su Hijo Jesús, siempre están con nosotros, ofreciéndonos su amor y su ayuda en esa vida terrena antes de darnos la felicidad total prometida después de nuestra muerte. “No os dejaré huérfanos…Yo estaré siempre con vosotros hasta la consumación de los siglos”.
Jesús tampoco lo tiene fácil con los que le escuchan y le piden signos evidentes de su misión entre ellos. La respuesta de Jesús es clara: «Ninguna señal les será dada», no por miedo, sino para enfatizar y recordar que las “señales” son la relación de comunicación y amor entre Dios y la humanidad; no se trata de una relación de intereses y poderes individuales. Jesús recuerda que hay muchas señales dadas por Dios; y que no es provocándole o chantajeándole como se consigue llegar a Él.
El signo definitivo –todavía futuro- no será otro que el signo de la resurrección del Hijo del Hombre después de estar enterrado tres días y tres noches. Y alude también y les reprocha que los hombres de Nínive se convirtieron con la predicación de Jonás y ellos no son capaces de convertirse ante la predicación de Jesús que “es más grande que Jonás”.
Sólo convencerá a quienes desde ahora acojan con sencillez su palabra –expresada en imágenes (en parábolas)-, que les irá revelando progresivamente los secretos del reino.
En este día la Palabra es una invitación para que cada uno de nosotros comprenda, con humildad, que sólo un corazón convertido, vuelto hacia Dios, puede acoger, interpretar y ver esta señal que es Jesús. La humildad es la realidad que nos acerca no solamente a Dios, sino también a la humanidad. Por la humildad reconocemos nuestras limitaciones y virtudes, pero sobre todo vemos a los otros como hermanos y a Dios como Padre.
Como nos recordaba el Papa Francisco, «¡El Señor es verdaderamente paciente con nosotros! No se cansa nunca de recomenzar desde el inicio cada vez que nosotros caemos». Por eso, a pesar de nuestras faltas y provocaciones, el Señor está con los brazos abiertos para acoger y recomenzar. Procuremos, por tanto, que nuestra vida, y hoy en particular, esta palabra se haga realidad en nosotros. La alegría del cristiano está en ser reconocido por el amor que se ve en su vida, amor que brota de Jesús.
”Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes” Ef, 13, 13.
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.dominicos.org/predicacion/pdf-semana/24-7-2017.pdf
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Julio 2023
“Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque solo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa.” (Mateo 10, 42) https://ciudadnueva.com.ar/julio-2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.