?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Mi 7,14-15.18-20
- Sal 102
- Lc 15, 1-3.11-32
El Señor es compasivo y misericordioso, proclamamos hoy con el Salmo y la primera lectura, nos invita a reflexionar como se manifiesta esa misericordia día tras día en nuestra vida.
El evangelio nos lleva a reflexionar sobre nuestro aguijón, el pecado, representado claramente en el hijo pródigo: “A una decisión de ese género no se llega de repente: que esto no se nos olvide. Ya antes habría consentido pensamientos solapados de rebeldía, de crítica contra su padre, de celos hacia su hermano, soñando con ‘liberarse’, con ser ‘autónomo’.” (San Juan Pablo II, Exhortación “Reconciliación y penitencia” 17)
En el fondo, el pecado del hombre es un misterio. Poniendo blanco sobre negro, supone que le diga un hijo a su padre “no quiero vivir con quien me ha dado todo”, “no quiero estar con quien de verdad me hace libre, porque quiero vivir a mi aire, ¡libremente!” Para finalmente acabar sólo y lleno de tristeza y amargura. ¿Cómo comprender que una criatura se vuelva contra Aquel que le ha dado todo? Le ha hecho hijo suyo, consorte de la naturaleza divina, llamado a una relación de intimidad en la que Dios mismo se nos da ¿Cómo es posible semejante rebelión? Sólo si “algo” oscurece su entendimiento y debilita su voluntad. San Juan Pablo II, nos lo recuerda en la Exhortación Reconciliación y penitencia 14 “La realidad del pecado es un “misterio de la iniquidad” (2 Tes 2,7): obra de la libertad del hombre y de factores que se sitúan más allá de lo humano. Donde conciencia, voluntad y sensibilidad están en contacto con las oscuras fuerzas del mal” ¡El demonio está detrás, sin él no se entendería el pecado! Desde el pecado original ha introducido una duda sobre la bondad de Dios, de que quiera mi bien (no de su existencia)…
“Sin embargo, el pecado no tiene la última palabra (Ratzinger, Misa antes del Cónclave, 21-IV-2005) ¡cómo iba a tener la última palabra el demonio o nuestra miseria! ¡Dios es más grande que nuestro pecado! “Donde abundó el pecado sobreabundó la gracia” (Rm 5,20). “La misericordia de Dios ha puesto un límite al mal” (Juan Pablo II, Memoria e identidad). Es como Dios dijera al mal ¡Hasta aquí llega tu poder! Dios rico en misericordia (cf. Ef 2,4) sale a nuestro encuentro y nos pone “el mejor traje”: su Hijo ¡nos reviste de Cristo! Y hace todas las cosas nuevas. Nos permite recomenzar de nuevo (cf. Ap 21,5).
Mes de marzo
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Intégrate a una misión evangelizadora o planea un peregrinaje, esto avivará el deseo de servir y mantendrá ardiendo la llama de la fe.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo me sale bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Gracias Rosa por ayudarnos a crecer espiritualmente. Dios te bendiga en todo lo que hacés. Te de paz y mucha salud.