https://youtu.be/nqIGktfj4es
- 2 Cor 11, 18. 21-30
- Sal 33
- Mt 6, 19-23
“Donde está tu tesoro ahí esta tu corazón”y “acumulen tesoros para el cielo”, dos frases en la que se contra la liturgia de este día, en que el Señor nos invita a fija nuestra mirada en el Cielo, nuestra meta final y entonces que nuestro corazón esté encaminado a acumular esas riquezas por las que hemos trabajado para recibir la corona prometida.
En el texto de la segunda carta a los Corintios, vemos como Pablo, ante las descalificaciones que están utilizando aquellos que pretenden desautorizarle, los rebate con una enumeración de todas las vicisitudes que ha tenido que soportar para llevar la “Buena Noticia de Jesús” al mundo de los gentiles, todo ello sin ánimo de vanagloria sino, como él dice, si hay que gloriarse, me gloriaré en lo que muestra mi debilidad.
Una gran lección sin duda alguna nos da el Apóstol, pues lo más común, es que después de haber participado e en alguna experiencia espiritual que nos mueve a vivir la vida cristiana de una manera más profunda, busquemos cómo hacer manifiesto este cambio, cómo mostrarle a los demás que Jesús es ahora una experiencia en nuestro corazón; y por lo general no se nos ocurre mostrarlo de otra manera que no sea con signos externos.
San Pablo entendió a Cristo, se entregó completamente cuando le habló camino de Damasco y vivía como quería. Entendió perfectamente el Evangelio: “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón.” Y su tesoro era Cristo, por eso en su ánimo no hay polilla, ni carcoma ni ladrones que abran un boquete por donde se “cuele” la tristeza.
“La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad.” La falta de coherencia, el tener el corazón dividido, lleva a la oscuridad de la tristeza, del abatimiento. Siempre podemos recuperar nuestro verdadero tesoro, volver nuestro corazón al de Cristo y decir, como los niños pequeños que nunca debemos dejar de ser, “tuyo es, mío no.”
Cuando en los ratos de oración ante el Sagrario hago consciente esa realidad, y recuerdo cuál es mí único tesoro, entonces mis debilidades se convierten en caricias de la Misericordia de Dios y me doy cuenta de la fortaleza con que Dios actúa, a pesar de contar con una herramienta tan frágil como yo. Entonces se ilumina la oscuridad, la tristeza se aleja, lo imposible se vuelve realizable y se mira la vida con un “ojo sano,” de una manera nueva y esperanzada. Seguro que a ti te sucede lo mismo.
Seamos sinceros con nosotros mismos, ¿en qué empleamos nuestros esfuerzos, cuáles son nuestros afanes? Ciertamente, es propio del buen cristiano estudiar y trabajar honradamente para abrirse paso en el mundo, para sacar adelante la familia, asegurar el futuro de los suyos y la tranquilidad de la vejez, trabajar también por el deseo de ayudar a los otros… Sí, todo esto es propio de un buen cristiano. Pero si aquello que tú buscas es tener más y más, poniendo el corazón en estas riquezas, olvidándote de las buenas acciones, olvidándote de que en este mundo estamos de paso, que nuestra vida es una sombra que pasa, ¿no es cierto que —entonces— tenemos el ojo oscurecido? Y si el sentido común se enturbia, «¡qué oscuridad habrá!»
El Papa Francisco, nos exhorta a tener «un corazón libre», precisamente porque «Jesús nos habla expresamente de libertad del corazón». Y «un corazón libre se puede tener sólo con los tesoros del cielo: el amor, la paciencia, el servicio a los demás, la adoración a Dios». Estas «son las verdaderas riquezas que no son robadas». Las otras riquezas —dinero, vanidad, poder— «dan pesadez al corazón, lo encadenan, no le dan libertad».
Hay que tender, por lo tanto, a acumular las verdaderas riquezas, las que «liberan el corazón» y te hacen «un hombre y una mujer con esa libertad de los hijos de Dios». Se lee al respecto en el Evangelio que «si tu corazón es esclavo, no será luminoso tu ojo, tu corazón». En efecto, subrayó el Papa Francisco, «un corazón esclavo no es un corazón luminoso: será tenebroso». Por eso «si acumulamos tesoros en la tierra, acumulamos tinieblas que no sirven, no nos dan alegría. Pero sobre todo no nos dan libertad».
En cambio, recalcó el obispo de Roma, «un corazón libre es un corazón luminoso, que ilumina a los demás, que hace ver el camino que lleva a Dios». Es «un corazón luminoso, que no está encadenado, es un corazón que sigue adelante y que además envejece bien, porque envejece como el buen vino: cuando el buen vino envejece es un buen vino añejo». Al contrario, añadió, «el corazón que no es luminoso es como el vino malo: pasa el tiempo y se echa a perder cada vez más y se convierte en vinagre».
El Pontífice concluyó invitando a rezar al Señor para que «nos dé esta prudencia espiritual para comprender bien dónde está mi corazón, a qué tesoro está apegado mi corazón». Y «nos dé también la fuerza de «desencadenarlo», si está encadenado, para que llegue a ser libre, se convierta en luminoso y nos dé esta bella felicidad de los hijos de Dios, la verdadera libertad».
”Que la Gracia de nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes”. Ef 13, 13
Fuente
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014/documents/papa-francesco_20140620_caza-tesoro.html#:~:text=Haceos%20tesoros%20en%20el%20cielo,acumul%C3%A9is%20tesoros%20en%20la%20tierra.
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=23-06-2023.
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/06/23/convencernos-de-nuestra-debilidad/
Palabra de Vida Mes de Junio 2023
“Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes.” (2 Corintios 13, 11) https://ciudadnueva.com.ar/junio-2023/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.