?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/Gumn6nZ4zGs
- Gen 13, 2-5. 18
- Sal 14
- Mt 7. 6. 12-14
Un Abram peregrino, salido de Ur de los Caldeos, cargado de preguntas y en la búsqueda de respuestas, manteniéndose en diálogo con Dios, nos presenta esta primera lectura de hoy, nos comenta Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.. Una sugerente experiencia y una respuesta a las preguntas y procesos que vive cada uno. A veces se tiene la impresión que la relación con Dios y de él con nosotros no admite preguntas y reclamos. Nada más lejos de la realidad. Nuestra existencia y su historia está llena de preguntas y mentiríamos sin negásemos que necesitamos respuestas. Dios no busca una relación con personas mudas y no pensantes. Una espiritualidad sin diálogo es una falsa espiritualidad y nada tiene que ver con el Espíritu.
Dios le dice a Abrán: “No temas, Abram, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante.” Una falsa espiritualidad está inclinada a permanecer callada. Parece aceptación sin más. Pero cabe preguntarse: es aceptación consciente o simplemente no querer meterse en problemas. A veces podemos escudarnos en eso y dejamos pasar la ocasión de un rico diálogo con Dios que ilumine la propia existencia y el proceso personal que se está viviendo.
Abram planteó el problema interior que vivía: «Señor, ¿de qué me sirven tus dones, si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?» La fe busca comprender y no hacerlo deja en entredicho al supuesto creyente.
Querer vivir de acuerdo con el plan de Dios no implica negar los razonamientos y la búsqueda de sentido a lo que acontece cada día. Es fuerte la pregunta de Abrán ¿de qué me sirven tus dones? En el horizonte limitado por la esterilidad solamente ve una salida lógica, humanamente hablando: Eliezer de Damasco le heredará. Más dolorosa la constatación: No me has dado hijos. A este dolor, tan común en la existencia humana, sale al encuentro el Dios amor que responde clarificando y despejando dudas: “No te heredará ése, sino uno salido de tus entrañas.” En medio de soledades y oscuridades, la luz que procede de lo alto alumbra el entendimiento y la vida misma, para hacer ver que hay otras salidas. Dios hace fecunda la existencia humana cuando parece que la infecundidad lo anula todo.
El diálogo entre Dios y Abrán se resuelve en una extraordinaria fecundidad. No la de orden material, sino aquella espiritual que hace hijos de Abrahán a todos los creyentes. Establece una alianza prometiéndole la posesión de la tierra desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates.
El evangelio de hoy es pues una llamada a la autenticidad; a “ser” y no solo “parecer” discípulos de Cristo. Él mismo nos invita a vivir una vida en la que solo nuestro Padre del cielo, que ve en lo escondido, aprecie y reconozca nuestra oración, nuestra caridad y nuestra penitencia. Una vez más se trata de no hacer las cosas delante de los hombres para ser reconocidos y aplaudidos sino delante de Dios.
El discernimiento es hoy más que nunca necesario en la vida de la Iglesia y en la vida de cada uno. Porque “no es oro todo lo que reluce”, dice la gente, No podemos fiarnos y dejarnos guiar de cualquier espíritu sin discernimiento, sin ponerlo a prueba.
La guía que el Señor nos propone para el camino seguro es buscar dar buen fruto. Veamos los frutos de María, nuestra madre, que viene perpetuamente en nuestro socorro. El fruto de su vientre es el mismo Jesús.
“La verdad, por tanto, nos explica el Papa Francisco, no se alcanza realmente cuando se impone como algo extrínseco e impersonal; en cambio, brota de relaciones libres entre las personas, en la escucha recíproca. Además, nunca se deja de buscar la verdad, porque siempre está al acecho la falsedad, también cuando se dicen cosas verdaderas. Una argumentación impecable puede apoyarse sobre hechos innegables, pero si se utiliza para herir a otro y desacreditarlo a los ojos de los demás, por más que parezca justa, no contiene en sí la verdad. Por sus frutos podemos distinguir la verdad de los enunciados: si suscitan polémica, fomentan divisiones, infunden resignación; o si, por el contrario, llevan a la reflexión consciente y madura, al diálogo constructivo, a una laboriosidad provechosa.”
Es momento de reflexionar: ¿Qué clase de fruto estoy dando?
Si mi árbol está un poco seco, quizás sea tiempo de echar raíces más profundas y regarlo. Si mi árbol está verde y frondoso, quizás el Señor lo pode un poco para que dé más fruto. Lo que sí tenemos por seguro es que Cristo nos da la lluvia a todos por igual porque “por sus frutos los conoceréis”.
Palabra de Vida Mes de Junio 2021
““No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo” (Mateo 7, 21) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.