https://youtu.be/QTQo_yVFS3o
- Deut 30, 15-20
- Sal 1
- Lc 9, 22-25
Sería muy provechoso que nos preguntáramos, ¿cómo estoy conduciendo nuestra vida? El Señor en la liturgia de hoy nos presenta dos opciones, la decisión es nuestra.
Dios nos propone de nuevo en esta Cuaresma hacer la elección; cada uno de nosotros deberemos tomar la decisión más importante de nuestra vida, la decisión para elegir entre la vida y la muerte. Hagamos un proyecto espiritual para que esta Cuaresma nos ayude a profundizar en nuestra opción por Jesús.
Elegir la vida, amando al Señor, escuchando su voz, adhiriéndonos a El. O elegimos la muerte cuando no obedecemos , ponemos resistencia en nuestro corazón, nos dejamos arrastrar por los ídolos…
La elección de la muerte tiene hoy estos nombres: egoísmo, injusticia, violencia, odio, olvido de Dios…
Elegir la vida es: vivir, es crecer, experimentar la bendición de Dios en esta tierra. Elegir la vida tiene hoy estos nombres: Dar sentido a la existencia, dar alegría, hacer una convivencia fraterna, ayudar, echar una mano, compartir, vivir con fe el Evangelio.
El Salmista nos ánima a elegir la vida: “dichoso el hombre que confía en el Señor… aquel que no se guía por mundanos criterios.”
Eso sí, en la vida del cristiano, igual que en todo, hay derechos y deberes. Y el problema de nuestro cristianismo hoy, es que queremos las ventajas de ser cristiano sin asumir las responsabilidades que esto implica (actitud muy difundida hoy en nuestro mundo: Beneficios sin obligaciones).
“El que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la enontrará”, nos dice el texto del evangelio.
Entonces si decidimos elegir la vida, como nos habla el evangelio; una de las primeras preguntas que nos debemos hacer es: ¿Qué tan decidido estoy a seguir a Jesús?
Afirma el Papa Francisco “podríamos titularlo el estilo cristiano”
Hoy escuchamos cuáles son las condiciones, y nos damos cuenta de que no son fáciles: “Negarse a sí mismo”, es decir, renunciar a nuestros gustos, deseos y aficiones, para acomodarnos a los de Jesús y su evangelio; y ofrecerlo como ayuno.
“Tomar la cruz de cada día”, lo cual implica hacer con amor todo lo que se nos presente a lo largo de la jornada: Lo bueno y lo que no nos agrada y ofrecerlo como limosna.
Y para lograr ambas cosas, necesitamos orar, orar y orar. Solos no podemos.
La Cuaresma puede ser una buena oportunidad para, si aun no lo hacemos, iniciarnos en el ejercicio de la oración Será muy difícil que logremos renunciar a nosotros mismos si no somos capaces de sacar tiempo para relacionarnos con el Señor. Con la Oración Colecta, pidámosle que inspire son su Gracia nuestras acciones y las acompañe con su ayuda, para que todas nuestras obras tengan siempre en El su principio y lleguen a buen término.
Oración, ayuno y limosna, tres pilares de la Cuaresma. Pensemos bien de qué manera los utilizaremos en estos días, para que la Pascua sea verdaderamente una “Pascua de Resurrección”.
El Pontífice continúa. “Se trata de un camino que hay que recorrer «con alegría, porque —explicó el Papa— Él mismo nos da la alegría. Seguir a Jesús es alegría». Pero es necesario seguirlo con su estilo –insistió–, «y no con el estilo del mundo», haciendo lo que cada uno puede: lo que importa es hacerlo «para dar vida a los demás, no para dar vida a uno mismo. Es el espíritu de generosidad». Entonces, el camino a seguir es éste: «Humildad, servicio, ningún egoísmo, sin sentirse importante o adelantarse a los demás como una persona importante. ¡Soy cristiano…!». Con este propósito, el Papa Francisco citó la imitación de Cristo, subrayando que «nos da un consejo bellísimo: ama nesciri et pro nihilo reputari, “ama pasar desapercibido y ser considerado una nulidad”». Es la humildad cristiana. Es lo que Jesús hizo antes».
«Pensemos en Jesús que está delante de nosotros —prosiguió—, que nos guía por ese camino. Ésta es nuestra alegría y ésta es nuestra fecundidad: ir con Jesús. Otras alegrías no son fecundas, piensan solamente, como dice el Señor, en ganar el mundo entero, pero al final se pierde y se arruina a sí mismo».
Por eso, «al inicio de la Cuaresma —fue su invitación conclusiva— pidamos al Señor que nos enseñe este estilo cristiano de servicio, de alegría, de negación de nosotros mismos y de fecundidad con Él, como Él la quiere”.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=23-02-2023
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014/documents/papa-francesco_20140306_estilo-cristiano.html
Palabra de Vida Mes de Febrero 2023
Tú eres el Dios que me ve” (cf. Génesis 16, 13) https://ciudadnueva.com.ar/wp-content/uploads/2022/12/PV-02-2023_doble.doc
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.