https://youtu.be/Vw3xBJ1IVqg
- Hch 4, 1-12
- Sal 117
- Jn 21, 1-14
La Pascua es un tiempo propicio para que este encuentro que tuvo Pedro con el Señor y que lo hace hablar con autoridad ante los cuestionamientos de los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y cuantos pertenecían a las familias de los sumos sacerdotes, se realice en lo profundo de nuestro ser.
Ahora Pedro conoce a Jesús no solo como “un profeta poderoso en obras delante de Dios y de los hombres”, sino como su Dios y su Señor.
Es por ello necesario que todos y cada uno de nosotros tenga también este encuentro personal, como decía el Papa Juan Pablo II: “de ojos abiertos y corazón palpitante”, con Jesús resucitado, ya que este encuentro es el elemento que transforma nuestra vida. Simplemente hay que estar atentos, Jesús nos saldrá al encuentro en cualquier momento, no lo dejemos pasar sin que nos cambie el corazón. Entonces con el Salmista daremos gracias al Señor.
La Resurrección es un acontecimiento histórico que tiene lugar en un mundo real, con gente real, que ve cosas reales, que vive normalmente y que hace cosas normales y que cuando lo cuenta, cuenta lo que vieron y oyeron a gente normal que hace cosas normales, que vive en un mundo real y que entiende las cosas como son. El evangelista seguramente no escribió pensando en que sólo algún sabio de Oxford después de mucho estudio sería capaz de entenderle.
“Hoy, nos explica el Papa Francisco, en esta otra captura de peces no se habla de asombro. Se ve una cierta naturalidad, se ve que ha habido un progreso, un camino de conocimiento del Señor, de intimidad con el Señor; diré la palabra correcta: familiaridad con el Señor. Al ver esto, Juan le dice a Pedro: “¡Pero si es el Señor!” Y Pedro se mete la vestidura y se lanza al mar para ir hacia el Señor. La primera vez, se arrodilló ante él y le dijo: “Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador”. Esta vez no dice nada, se había convertido en algo natural. Nadie preguntó: “¿Quién eres?”. Sabían que era el Señor, se había convertido en algo natural, estos encuentros con el Señor”
Todos sabían «que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da» (Jn 21,12-13). Igual hizo con el pescado. Tanto el alimento espiritual, como también el alimento material, no faltarán si obedecemos. Lo enseña a sus seguidores más próximos y nos lo vuelve a decir a través de San Juan Pablo II: «Al comienzo del nuevo milenio, resuenan en nuestro corazón las palabras con las que un día Jesús (…) invitó al Apóstol a ‘remar mar adentro’: ‘Duc in altum’ (Lc 5, 4). Pedro y los primeros compañeros confiaron en la palabra de Cristo (…) y ‘recogieron una cantidad enorme de peces’ (Lc 5,6). Esta palabra resuena también hoy para nosotros».
Pedimos al Señor… que en lo sencillo, en lo normal: esfuerzo, trabajo, comunidad, relación… verte a Ti. Que ahí estás “alentando nuestra vida”. Que sales a nuestro encuentro porque nos amas, porque has dado tu vida y es sincero tu amor. Hoy también quiero darte gracias por las personas que me han señalado que eras “tú”…_“¡Es el Señor!”_ cambiando el sentido de lo que acontecía. Gracias por acercarte y preparar las brasas y el pan. ¡Tantas veces lo has hecho! “ Está fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.” Una y otra vez vienes a mi. “Vamos, almorzad”.
Bibliografía:
- PildorasdeFe.com
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/04/22/153/
Palabra de Vida Mes de Abril 2022
“ Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.” (Marcos 16, 15) https://ciudadnueva.com.ar/abril-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.