?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Fe 4, 1-7. 11-13
- Sal 18
- Mt 9, 9-13
El texto de la carta a los Efesios, es el comienzo de la sección parenética, es decir, aquella en la que después de una gran reflexión teológica sobre Cristo y la Iglesia, se pide a la comunidad cómo llevar a la práctica toda aquella teología. Es una exhortación a mantener la unidad por encima de todas las cosas, ya que Dios nos ha llamado a una gran esperanza. La exhortación inicial (v.1) apela a la vocación cristiana que todos hemos recibido. Y por lo mismo, en los vv. 2-6 se describe en qué consiste la vida interna de la Iglesia. Se señalan la humildad, la mansedumbre, la magnanimidad y el amor. Son valores de identidad verdadera que introducen los vv.4-6: la unidad de la Iglesia (cuerpo) en el Espíritu.
Hoy celebramos la fiesta de san Mateo, apóstol y evangelista. Leemos su encuentro con la Buena noticia, que después él recibirá el encargo de transmitir. El cristianismo sigue siempre este mismo proceso: anunciamos lo que hemos vivido; predicamos la misericordia que el Señor ha tenido con nosotros. Por eso el testimonio cristiano es algo vivo: hablamos de lo que hemos visto y oído.
Dios llama a cada uno en su momento. Por eso no llama a Mateo cuando llama a Juan, Andrés, Pedro o Santiago. El Señor escoge el momento y la manera más adecuada para cada cual. Y cuando nos invita lo hace entrando en nuestra casa. Aquí la casa se refiere al comedor. Jesús entra en casa de Mateo, como también en la de Zaqueo, en la de Lázaro y sus hermanos, en la de Pedro… Dios se acerca a nosotros para que no tengamos miedo de estar junto a Él. Viene a nuestra miseria y se acomoda. Por eso Jesús, como leemos en el Evangelio de hoy, banquetea alegremente con los amigos de Mateo. Ha venido a salvarlo y no puede hacerlo sin encontrarse con Mateo en su vida real. O se inventaba otro Mateo, o se acercaba a otra persona o iba con Mateo tal y como era. Lo mismo hace con cada uno de nosotros. Primero se sienta a nuestra mesa. Después él nos invita a sentarnos en la suya.
Porque Mateo, y nosotros igual que él, será invitado a participar de la Última Cena, en la que se instituye el sacramento de la Eucaristía. A partir de ese momento serán muchas las veces en que el antiguo publicano compartirá la mesa con el que es Dios y hombre. Jesús se sienta en la mesa de nuestra humanidad para comunicarnos su divinidad. Por eso la casa de Mateo es también signo de la Iglesia, en la que Jesús permanece rodeado de publicanos y pecadores. Es algo que siempre me ha causado honda admiración. ¿Por qué Jesús escoge esta compañía que, sin duda y como comprobamos a menudo, lo compromete?
La respuesta la da el mismo Jesús: “no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”. Porque el “escándalo”, que es farisaico, ya empezó en tiempos de Jesús. Hoy lo seguimos viendo. Aterroriza escuchar a tantas personas que se excusan de su falta de práctica cristiana amparándose en los defectos de quienes van a Misa. Es una historia tantas veces escuchada que agota. ¿Por qué nos cuesta tanto entender que el Señor ha venido precisamente a eso, a encontrarse con pecadores para salvarlos? ¿Por qué no se puede aceptar que para salvar a un pecador hay que acercarse a él? Tanta asepsia moral es sospechosa.. Precisamente fue el encuentro con Cristo el que cambió la vida de Mateo, cómo también debe cambiar la nuestra.
“Imiten su disponibilidad para seguir fácilmente a Jesús”, alentó el Santo Padre mientras que subrayó que antes de seguir a Jesús, San Mateo “estaba apegado al dinero y vendía su patria por dinero”.
Sin embargo, cuando el Señor lo llamó “dejó todo el dinero para seguir a Jesús”. Por ello, el Papa Francisco dijo que la conversión de San Mateo “debe ser un ejemplo para todos, para que, como él, podamos vivir como verdaderos discípulos del Señor, capaces de abandonar los cálculos del mundo”.
Mes de septiembre
Confesarse
/Confiésate y empieza de Nuevo. La confesión es un Sacramento de sanación ¿Por qué no lo aprovechas para un nuevo comienzo, dejando atrás los rencores y dolores del pasado?. La confesión de ta el impulso a una nueva vida, el Señor te lo ha regalado para que te acerques a Él limpio y renovado.p>
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.