?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Hch 17. 15-16. 22-18, 1
- Sal 148
- Jn 16, 12-15
En el texto de la primera lectura de hoy, seguimos reflexionando y aprendiendo de este gran evangelizador San Pablo, como en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve victorioso de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo: Doy gracias a Dios, que siempre nos asocia a la victoria de Cristo. Imbuido de estos sentimientos, se lanzaba a las contradicciones e injurias, que le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que nosotros empleamos en la consecución de los honores, deseando la muerte más que nosotros deseamos la vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo mucho que muchos otros apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él temía era ofender a Dios; lo demás le tenía sin cuidado. Por esto mismo, lo único que deseaba era agradar siempre a Dios.
Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte, sin él, de los más encumbrados y honorables.
Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este amor: para él, su privación significaba el infierno, el único sufrimiento, el suplicio infinito e intolerable.
Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de los ángeles, los bienes presentes y futuros, el reino, las promesas, el conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.
Con respecto al evangelio, nos dice el padre Fernando Muñoz, en esta despedida de Jesús, les hace ver de nuevo a sus discípulos el contraste entre la vida cristiana y la vida del mundo: “Ustedes se entristecerán y el mundo se alegrará con mi partida”.
Y es que el mundo nos propone como la verdadera fuente de la felicidad un mundo sin Dios, en donde cada uno puede regir su vida como mejor le parezca. Los cristianos, por el contrario, hemos entendido que la vida sin Dios es caos, destrucción, angustia y soledad. Por ello la lucha en nuestro corazón continúa, pues no faltan las invitaciones a vivir, si no toda nuestra vida, sí muchas situaciones particulares (fiestas, negocios, relaciones en el noviazgo o el matrimonio) al margen de Dios.
Si por nuestra debilidad nos hemos dejado llevar por estas invitaciones, ¡ánimo!, el Señor no nos ha abandonado; y si te sientes ahorita triste y desanimado porque tu vida atraviesa por un período en donde no sientes la cercanía de Dios ¡Ánimo! Jesús prometió que tu tristeza se convertirá en gozo. Y Jesús no miente. ¡Ten fe!
Y esta lucha entre el espíritu del mundo y el Espiritu de la Verdad, es precisamente lo que el padre Yepes en el audio, también nos explica. El Espíritu Santo debe suficiente motivo de alegría para los cristianos. Si Dios está en nuestro corazón como lo constata el testimonio de San Pablo, como lo comentábamos en el tema Maria, modelo de alegría, no hay motivo para no estar alegres, pues el Espiritu de Dios mora en nosotros y esto nos debe llevar a tener una espiritualidad auténtica, en esa alegría que es serena, silenciosa, simple, sin alardes, calmada, equilibrada…, esa que solo se puede dar en aquellas personas que aman a dios en Espiritu y Verdad.
Por eso con el Salmista, “cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas…Una vez mas ha demostrado Dios su amor y su lealtad.”
Palabra de Vida Mes de Mayo
“Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié” (Juan 15, 3)
Intención de oración universal
Recemos por laS adicciones
El Padre nos ama y sabe mejor que nosotros lo que nos vuelve libres, ligeros, para caminar sin el peso inútil de nuestros apegos, de los juicios negativos, de la búsqueda afanosa de nuestro beneficio, de nuestra ilusión de tener todo y a todos bajo control. En nuestro corazón hay también aspiraciones y proyectos positivos, libres de apego s. https://ciudadnueva.com.ar/mayo-2020/
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
? ?
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.