?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Ez 37, 1-14
- Sal 106
- Mt 22, 34-40
Especial, significativo el pasaje que nos presenta hoy el profeta Ezequiel de los huesos secos, que simbolizan el pueblo de Dios. Entrañable el diálogo que mantiene Yahvé con el profeta. “¿Hombre mortal, podrán revivir estos huesos?”. Ante el asombro de Ezequiel, el Señor vuelve a dar vida a esos huesos secos.
En medio de la sociedad y el mundo que nos toca vivir, casi me parecería estar viendo ese paraje de los huesos secos del profeta, viendo un cristianismo tibio, en medio de un mundo terriblemente paganizado, enfermo de hedonismo y materialismo y casi podría oír la voz del Señor:en el Espíritu. Y la verdad es que, por más imposible que nos parezca, nuestra sociedad puede cambiar y volver a la vida, a la vida
Para ello es necesaria, como lo vemos en el pasaje de Ezequiel, la participación del Espíritu que es quien da la vida. Sin embargo, para que el Espíritu sople sobre estos huesos secos necesitamos invocar al Espíritu Santo, como lo hizo el profeta. Necesitamos unirnos en oración para suplicar al Señor que aparte de nosotros lo que está matando nuestra sociedad.
El salmo nos viene como rocio a nuestro espíritu: …”Den gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los hombres.
Calmó el ansia de los sedientos, y a los hambrientos los colmó de bienes.
Con respecto al evangelio el Papa Francisco, nos explica; …”No se puede amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede amar al prójimo sin amar a Dios. En efecto, la señal visible que el cristiano puede mostrar para testimoniar el amor de Dios al mundo y a los demás, a su familia, es el amor por los hermanos…”
El sacerdote Esteban Ganola, en la homilia de hoy nos indica que en la Eucaristia décimos, “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” y con esto estamos hablando del AMOR. Entonces si parafraseamos la frase y decimos desde lo más profundo de nuestro corazón y convencidos ello: Este es el AMOR que quita el pecado del mundo, estaríamos preparando nuestro corazón y nuestro espíritu para la consecuencia de ello que es el perdón, y así podríamos ejercitar esa capacidad de AMAR que viene del Señor de salvar a ese pecador que nos hizo daño porque el AMOR, transforma.
Y nos invita a que como catequistas debemos fundamentar la formación en estos dos mandamientos, pues en ellos se resumen los Diez Mandamientos, así formaremos cristianos que actúen movidos por el AMOR y no por meros mandatos que nos convierten en algo así como fariseos…
“El que cree en mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.”
Es importante, pues aprender a AMAR:
Como leemos: amar a Dios con todo nuestro corazón es el mandamiento más importante. Pero, ¿qué significa? Desafortunadamente vivimos en una época donde la palabra amor a terminado significando solo un sentimiento. Amar a alguien se confunde con “me cae bien”. Sin embargo, que alguien “me caiga bien” no necesariamente constituye el amor en términos bíblicos. Porque en términos bíblicos el amor esta estrechamente conectado con hacer y específicamente el amar a Dios con hacer lo que Dios quiere
“Nosotros amamos, porque Él nos amó primero”. (1 Juan 4:19)
Necesitas aprender a amarte a ti, para ello necesitas amar a Dios con cada esquina de tu corazón. Mientras lo haces, algo asombroso pasará. Cambiará el modo en como te ves a ti mismo. A medida que te veas a ti mismo a través del lente de la Palabra de Dios, va a empezar a conocer que tan ancho y profundo y eterno es el amor de Dios por ti.
El amor de Dios también se extenderá a tus relaciones con los demás. “ Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mateo 22:39)
Eso quiere decir que:
- Puedes ser fiel a una persona porque Dios es fiel a ti.
- Puedes perdonar cuando te hayan herido porque Dios ha perdonado mucho de ti.
- Puedes ser amable y gentil con otros porque Dios ha sido amable y gentil contigo.
- Puedes ser humilde porque Dios es humilde.
- Puedes sacrificarte por otros porque Jesús sacrificó mucho por ti.
Oremos con el padre Miguel Babatina, en el audio de hoy.
Palabra de Vida Mes de agosto
¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? (Romanos 8,35
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.