- Hch 4, 8-12
- Sal 117
- 1 Jn 3, 1-3
- Jn 10, 11-18
En este cuarto domingo de Pascua, celebramos a Jesús el Buen Pastor, quien se nos muestra como referente para afirmar que como sus ovejas, estamos llamados a la salvación siguiendo Su Camino.
Y es que El, como nuestro Buen Pastor, nos promete cariño y entrega, protección y seguridad y eso nos ayuda a levantarnos cuando, nos sentimos solos, desamparados, solitarios… o sea, cuando nos sentimos como ovejas perdidas y el peso de nuestras debilidades, de nuestros sufrimientos, de nuestras limitaciones nos dan pena y nos mortifican, entonces creo que nada nos anima más que estar con Jesús, nuestro Pastor, que nos vigila, dirige y nos busca, que conoce a cada uno de nosotros por su nombre, nos llama y, si llega el caso, arriesga su vida por defendernos del enemigo.
¿Quiénes son las ovejas del rebaño del Pastor? Todos nosotros como Iglesia formamos parte de del rebaño, es decir, del grupo de las ovejas de Jesús. Jesús dijo que era como un pastor porque él ama y se preocupa por cada uno de nosotros así como un pastor por sus ovejas. Quiere que todos estemos a salvo y seamos felices; y así como el pastor conoce a cada una de sus ovejas, Jesús nos conoce a cada uno de nosotros y todos somos importantes para Él.
En su reflexión antes del rezo de la oración mariana del Regina Caeli de hoy, el Papa Francisco resaltó que “para Jesús, el Buen Pastor que se entrega por sus ovejas y que las busca siempre, cada uno vale “el precio infinito de su vida. Y afirmó, “No es una forma de hablar: Él dio realmente su vida por mí, murió y resucitó por mí, porque me ama y encuentra en mí una belleza que yo a menudo no veo”.
El Papa Francisco alentó a verse cada uno con los ojos de Jesús y no con los ojos del mundo que miden el valor de las personas por el éxito. “Hoy Jesús nos dice que nosotros para Él valemos mucho y siempre”.
En el texto de la primera lectura, encontramos una invitación a comprometernos con la evangelización en el nombre de Jesús: “este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús”, el texto del evangelio lo complementa al comunicarnos San Juan que “Jesús es la piedra angular”. Esta es la raíz de nuestra fe cristiana: creer a Dios que nos revela que el crucificado está vivo y resuci-tado. Porque en realidad cuando creemos en la resurrección de Jesús creemos en el poder de Dios que le resucitó.
“Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona, a quien Dios haya constituido como salvador nuestro.” El es el único punto de apoyo firme en la construcción de nuestra vida de creyentes, el único soporte fiable de la Iglesia y de su misión en la historia.
San Pablo en la segunda lectura, no indica que “ahora somos hijos de Dios”. Es necesario entretenerse no solamente en la nuestra reflexión sino toda la vida en esta breve pero rotunda expresión: ¡Somos hijos de Dios! Jesús nos había enseñado durante su ministerio que debíamos dirigirnos a Dios Padre como lo hacía Él mismo, llamándolo e invocándolo como “Papá” con toda la carga de confianza filial, responsabilidad y obediencia amorosa que eso conlleva. Nuestra experiencia humana nos enseña que “papá” y “mamá” (Dios es ambas cosas a la vez) reflejan un clima de delicada y profunda confianza y amistad que engendra múltiples relaciones. Dios es infinitamente gratuito. Sabe que el don gratuito empuja más a la respuesta que la imposición o el sometimiento. En su Reino quiere hijos no esclavos. La Pascua nos invita a ahondar en nuestra conciencia de filiación. En la noche pascual renovamos nuestro bautismo. El mundo en sus relaciones laborales, sociales, familiares y de todo tipo cambiaría profundamente si los hombres tuviéramos “conciencia” real de esta filiación.
En este día, se nos recuerda que somos ovejas. Todos nosotros como Iglesia formamos parte de del rebaño, es decir, del grupo de las ovejas de Jesús, pues como Iglesia estamos llamados a orar hoy que la Iglesia celebra la Jornada Mundial por las Vocaciones (al sacerdocio y a la vida consagrada) y la Jornada de Vocaciones Nativas, con el fin de que Dios, mueva los corazones de aquellos que sientan este llamado y tengamos nuevas vocaciones.
Terminamos esta reflexión con el Salmista, diciéndole al Señor que El nuestro Dios y le damos gracias y lo alabamos porque es bueno y eterna es su Misericordia.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/04/21/domingo-21-de-abril-de-2024-cuarto-domingo-de-pascua-b-para-que-tengamos-vida/
- https://www.aciprensa.com/noticias/104087/vaticano-el-mensaje-del-papa-francisco-en-domingo-del-buen-pastor-en-la-pascua-2024
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/gerardo-sanchez-mielgo/
Palabra de Vida Mes de Abril 2024. “Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima” (Hechos de los Apóstoles, 4,33)
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.