- Heb 6, 10-20
- Sal 110
- Mc 2, 23-38
Siguiendo con las manifestaciones de Jesús, en este día, la liturgia, nos invita a meditar en qué prevalece en nuestro actuar, el deber y el cumplimiento, o el Amor y la libertad…
La primera lectura nos motiva a actuar con empeño, fe, buen ánimo y fuerza, demostrando el mismo espíritu desde el principio hasta el final.
Esta sin duda alguna, es una palabra de aliento, sobretodo cuando pareciera desaparecer del horizonte de nuestra vida la esperanza, entonces somos urgidos, por el deseo expresado por el autor sagrado, a demostrar el mismo empeño de los que nos han precedido en la fe. Hacerlo hasta el final con el mismo empeño de ellos, sin dar margen a la indolencia, imitando a los que, con fe y perseverancia, consiguen lo prometido. Detrás está siempre el Señor sosteniendo a los que, de corazón, le siguen.
El Salmista nos recuerda que el Señor siempre tiene presente su alianza; que ha hecho maravillas; da alimento a quien le es fiel y su alabanza dura por siempre; por eso la mirada del discípulo está puesta en la promesa inquebrantable por parte del Señor y es que El siempre a nuestro lado, todos los días, hasta su vuelta. Y esta determinación es inmutable, por lo mismo genera una esperanza firme, “como ancla del alma, segura y firme, dice el autor de la carta a los Hebreos.
El ancla es la imagen cristiana de la esperanza; en parte porque así se nos dice en este texto de la carta los hebreos: “la esperanza es para nosotros como ancla del alma segura y firme “; en parte también porque la imagen del ancla nos habla de aquel instrumento que, clavado en la otra orilla, la vida eterna, nos permitirá a su tiempo alcanzar la meta que anhelamos.
Jesús es nuestra esperanza. Él nos precede en el camino. Ya he llegado a la meta y desde allí nos llama y nos espera, como un amor que atrae a aquellos a quienes ama. Este es el Jesús majestuoso que se revela en el evangelio de hoy.
Cuando los fariseos llaman la atención de Jesús porque sus discípulos están arrancando espigas en sábado, en realidad se trata de una auténtica acusación. Habrían encontrado ya un cargo para acusarle. Pero Jesús, consigue como siempre, salir airoso y acallar a sus adversarios con su sabiduría. Y, es así, como más bien, la acusación de los fariseos, le sirvió para recordarles que la ley y el sábado, como también el templo, son instituciones que, aun siendo sagradas, eran menos importantes que El. Jesús es Su Señor. Él es el verdadero legislador, es señor del sábado y el verdadero y definitivo templo.
Ante nuestra pregunta inicial: ¿Qué prevalece en nuestro actuar? El Papa Francisco nos explica: «Lo cierto es que frente al hambre, Jesús priorizó la dignidad de los hijos de Dios sobre una interpretación formalista, acomodaticia e interesada de la norma. Cuando los doctores de la ley se quejaron con indignación hipócrita, Jesús les recordó que Dios quiere amor y no sacrificios, y les explicó que el sábado está hecho para el ser humano y no el ser humano para el sábado. Enfrentó al pensamiento hipócrita y con la inteligencia humilde del corazón, que prioriza siempre al ser humano y rechaza que determinadas lógicas obstruyan su libertad para vivir, amar y servir al prójimo.»
Jesús es nuestra esperanza, la que no defrauda. La que nosotros esperamos pronto que se cumpla.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos
- https://es.catholic.net/op/articulos/64177/cat/331/contracorriente-desde-el-corazon.html#modal
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/01/21/jesus-es-nuestra-esperanza/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Enero “¿Crees esto?” (Juan 11, 26) https://ciudadnueva.com.ar/enero-2025/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.