?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/_lojJkrebPs
- Job 38, 1. 8-11
- Sal 106
- 2 Cor 5, 14-17
- Mc 4, 35-41
En el contexto histórico de este año 2021, donde se concentran varios eventos eclesiales, nos comenta hoy D. Juan José Llamedo González, OP, la palabra de Dios se pronuncia en medio de su Iglesia y la impulsa a tomar una decisión que ha de ser firme y sin equívocos. De todos es sabido que las decisiones comprometen y definen el camino sobre el que deseamos poner nuestros pies, así como la responsabilidad que asumimos como seres humanos.
La perspectiva desde la que se ven las cosas determina dónde nos ubicamos como personas. Es evidente que cabe juzgar la realidad de manera desenfocada y es posible quedar atrapados en un bucle de desesperanza, sin horizonte.
Job se equivocaba; el mismo Dios le sacó de su error para que no permaneciera en la mediocridad que conduce al abismo de la nada. San Pablo lo aprendió en su propio caminar: no hay opción alternativa; bueno, sí la hay, pero no era buena idea. Los discípulos lo aprendieron sobre la marcha: o con El, siempre y en toda circunstancia, o, de lo contrario, sólo queda una perenne zozobra.
El sacerdote Fray Henríquez, nos dice en la homilia que es necesario prestar atención a tres elementos presentes en el evangelio: el atardecer, la otra orilla, la gente que estaba en la playa, el mar y el actuar de Jesús.
El atardecer simboliza ese momento de la vida espiritual en el que ya no hay tanta luz y comienzan a bajar las penumbras. Y es que frecuentemente todos hemos pasado por momentos en que quedamos como en tinieblas. Jesús llega en ese atardecer y nos invita a ir a la otra orilla, o sea nos esta invitando a salir de ese atardecer, pero para ella hay que salir de ahí, ir a la otra orilla.
En el escenario, encontramos gente que ya había salido de ahí, estaba en tierra, por así decirlo. Pero se había quedado atascada ahí. Y es que, a veces salir hacia la otra orilla no es fácil, lo vemos en gente que esa relación tóxica entre agredido y agresor.
Entonces aparece el mar, el Señor nos invita a ir con El al mar, a dejar el atardecer, a dejar la tierra firme.
Y aquí aparecen las otras barcas, y es que podríamos decidir ir con El, pero en las otras barcas, en las barcas de mis condiciones. O ir con El en su barca pero sin poner nuestra confianza en El y entonces cuando el mar se pone turbulento por las lluvias y ver al Señor dormido, reclamarle como los discipulos: ¿maestro no te importa que nos hundamos? Es que estamos acostumbrados a la relación con el Dios bombero, el apaga fuegos.
Pero el Señor siempre nos muestra su poder, como vemos en este texto. El despertó y reprendió (en la biblia término usando para echar demonios). Con este acto El nos quiere demostrar que con Él sí podremos ir a la otra orillas.
Con todo esto nos dice el texto “todos quedaron espantados”, o sea no habían entendido nada.
Nuestra reflexión para este día será, y nosotros, hemos entendido o todavía queremos quedarnos en el atardecer o atascados en la playa?
Cabe aquí que recordemos parte del mensaje del Papa Francisco en la bendición Orbi ET ORBE: “El Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor. En medio del aislamiento donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado.
El Señor nos interpela desde su Cruz a reencontrar la vida que nos espera, a mirar a aquellos que nos reclaman, a potenciar, reconocer e incentivar la gracia que nos habita. No apaguemos la llama humeante (cf. Is 42,3), que nunca enferma, y dejemos que reavive la esperanza.
Abrazar su Cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y posesión para darle espacio a la creatividad que sólo el Espíritu es capaz de suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad.
En su Cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abrazar al Señor para abrazar la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza.”
Palabra de Vida Mes de Junio 2021
““No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo” (Mateo 7, 21) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.