?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Stgo 2, 1-9
- Sal 33
- Mc 8, 27-33
Tu piensas como los hombres, no como Dios! Frase de la liturgia tan valedera en ese entonces como hoy.
Y aunque el tema sobre el que reflexiona Santiago nos parece teóricamente que no tiene nada que ver con nosotros, puesto que no caemos en esas discriminaciones, pero no parece ser tan obvio en la praxis. En nuestras comunidades a veces, no sólo aparecen las diferencias por el ámbito social al que pertenecemos, sino también a causa del juicio que hacemos por la apariencia, sea cual sea ésta. ¿Acaso no establecemos miembros de primera y segunda categoría? ¿No dejamos al margen a aquellos que no consideramos que tengan nuestro “perfil ideal”?
Y en el evangelio, Jesús cerca de Cesarea de Filipo hace dos preguntas a los discípulos para ver que eco está provocando su mensaje y su persona. En la primera les interroga sobre que dice la gente de Él. Esto no les compromete, tan solo han de recoger lo que están oyendo de lo que se dice por ahí.
El Maestro hace a sus discípulos una segunda pregunta mucho más comprometedora: ¿Y vosotros quien decís que soy yo? Con su respuesta han de pronunciarse no sólo sobre cuál es la identidad de Jesús, sino cuál es su relación con Él y las repercusiones que eso tiene en su vida. Pedro, como portavoz de los Doce, toma la Palabra: Tú eres el “Mesías” Reconocer a Jesús como Mesías, no era algo tan fácil para un judío de la época, era reconocer en El al descendiente de David (2 Sm7) que vendría a liberar a su pueblo. Sin embargo, a pesar de su identificación, Pedro no parece haber entendido muy bien el tipo de mesianismo de Jesús. Por ello cuando Jesús le explica el sufrimiento y la muerte que ha de atravesar, lo increpa para que desista de su empeño. El Maestro reconoce que la mirada de Pedro aún es corta y “piensa como los hombres, no como Dios”.
A nosotros también igual que a Pedro nos cuesta entender el misterio del dolor y el sufrimiento que anuncia Jesus. Es por eso que este texto nos deja la enseñanza, nos dice el Padre Yepes, de que, nosotros también aceptamos la fe cuando vemos actuar el poder y la fuerza de Dios, pero nos cuesta cuando ese poder se manifiesta desde la paradoja, la contradicción e ironía de la Cruz, pensamos como los hombres, sin embargo debemos pensar como Dios y saber que no podemos entender su mensaje sin entender el misterio del dolor: solo en Jesus crucificado y resucitado podemos entender el sentido del dolor.
Afirma el Papa Francisco: “…La pedagogía de Jesús, también con nosotros, es así: paso a paso nos prepara para entenderlo bien. Y también nos prepara a acompañarlo con nuestras cruces en su camino hacia la redención.
En la práctica nos prepara a ser los cirineos para ayudarle a llevar la cruz. De modo que nuestra vida cristiana sin esto no es cristiana. Es solamente una vida espiritual, buena. Y Jesús mismo se convierte sólo en el gran profeta.
La realidad es otra: Jesús nos salvó a todos haciéndonos seguir el mismo camino escogido por Él. Así también debe ser protegida nuestra identidad de cristianos.
Y no se debe caer en la tentación de creer que ser cristianos es un mérito, es un camino espiritual de perfección: no es un mérito, es pura gracia.
Es también un camino de perfección, pero que por sí solo no es suficiente. Porque ser cristiano es la parte de Jesús en su propia identidad, en ese misterio de la muerte y de la resurrección.”
Jesús nos dirige cada día esa misma pregunta: ¿Tú quién dices que soy yo? Con ella nos lanza un dardo interpelante. Nuestra respuesta ha de ser bien reflexionada. Con ella, no sólo respondemos a una realidad objetiva, quién es Jesús de Nazaret, sino a una cuestión que toca nuestra propia identidad:
¿Cuál es mi relación con Él?
¿Qué repercusión tiene esta relación en mi vida cotidiana?
Mes de Febrero
Intención de oración universal
Escuchar los gritos de los migrantes.
Recemos para que el clamor de los hermanos migrantes víctimas del tráfico criminal sea escuchado y considerado.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.