I?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Eclo 17, 1-13
- Sal 102
- Mc 10, 13-16
La oración colecta de hoy, nos invita a que la meditación de los misterios del Señor, nos impulse a decir y hacer lo que sea del agrado del Señor, y ese debe ser nuestro objetivo con la reflexión de la. Liturgia de cada día.
Hoy la primera lectura nos confronta acerca de cómo administramos los dones naturales que el Señor ha puesto para “nuestro dominio”. Ante la tentación de pensar que son algo a nuestro capricho, el papa Francisco recogió en su encíclica Laudato si, en el número 6, la siguiente reflexión de Benedicto XVI, que nos invitó a tomar conciencia de que la creación se ve perjudicada «donde nosotros mismos somos las últimas instancias, donde el conjunto es simplemente una propiedad nuestra y el consumo es sólo para nosotros mismos. El derroche de la creación comienza donde no reconocemos ya ninguna instancia por encima de nosotros, sino que sólo nos vemos a nosotros mismos». Por tanto, nuestro elemento de juicio sobre las cosas no puede ser otro que el papel que Dios ha asignado a cada realidad en el mundo.
Y tú, ¿vives con esta conciencia de ser tan importante como para que Dios haya puesto ciertos dones suyos a tu disposición, para que los cuides? Y, ojo, no caigamos en la tentación de que esto se hace simplemente reciclando, que también es importante, pero… lo más importante, el gran reto, es conseguir que cada cosa refleje la gloria de Dios que toda la creación esconde.
El Salmo nos recuerda la compasión de Dios para los que lo aman y el Evangelio nos llama a vivir como niños, confiando en su misericordia. A tener alma de niños, esa que es capaz de confiar plenamente en sus padres.
La razón irrumpe conforme van creciendo y con ella se va dando cabida a pensamientos, actitudes y hábitos que no dejan a Dios actuar en nuestra vida.
Quien no se hace pequeño como un niño no verá el Reino de los cielos”. Ayudemos pues a nuestros pequeños viviendo también nosotros la infancia espiritual, anhelando los brazos amorosos de nuestro Dios. Siendo para ellos un ejemplo vivo de sencillez y alegría. No los expongamos anticipadamente a situaciones que los confundirán y no les permitirán vivir en plenitud su niñez; dejemos que sean “verdaderamente niños” y que disfruten de los brazos amorosos de su Padre del cielo. Protejamos la inocencia de nuestros niños y nosotros mismos hagamos un serio esfuerzo de regresar a la transparencia que le es propia a esta edad de la vida.
Mes de febrero.
Acercar una persona a la Fe
Trata de llevar, al menos, a una persona de poca fe a la Iglesia y ayúdale en su proceso de conversión y ¿por qué no?, a lo mejor estarías ayudando también a tu propia conversión.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo me sale bien”
Sor Evelia 08/01/2013.