?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Jue 2, 11-19
- Sal 105
- Mt 19, 16-22
Estamos escuchando la historia de Israel contenida en el libro de los Jueces, una historia de encuentros y desencuentros. Un paradigma de la historia de la humanidad y la historia personal. Dios saliendo al encuentro de su pueblo cuando gime en su dolor. Este mismo pueblo, consolado una y otra vez, no por ello deja de retornar a la causa de sus aflicciones: el culto a los dioses.
Al igual que este pueblo es la actitud de muchos de nosotros , es por eso que con el salmo hoy meditando en nuestra vida, debemos clamar al Señor, perdón y acogernos a su Misericordia.
Y el evagelio, nos presenta uno de,los grandes obstáculos que nos encontramos en nuestro camino hacia “nuestra tierra prometida”, el manejo de los bienes materiales. Y es que, como nos dice el Papa Francisco, “El apego a las riquezas nos da tristeza y nos hace estériles. Digo apego, no digo administrar bien las riquezas, porque las riquezas son para el bien común, para todos.
Y si el Señor a una persona se las da es para que las utilice para el bien de todos, no para sí mismo, no para que las encierre en su corazón, que después con esto se vuelve corrupto y triste.
El padre Yepes en el audio, nos da varias actitudes en las que solemos caer al dar cabida a esta tentación: el espejismo que nos lleva a envanecernos, a enceguecernos y llevarnos a la avaricia; esclavitud de corazón al concebirl la riqueza como prioridad de vida; como al joven rico, nos entristece al alejarnos de la verdadera felicidad del disfrutar de las cosas simples de la vida y finalmente empobrece el corazón y nos vuelve desconfiados y recelosos.
Meditemos con esta frase del Papa: “..si tú tienes la mano cerrada, tienes el corazón cerrado como aquel hombre que hacía banquetes y se vestía lujosamente, no tienes horizontes, no ves a los demás que tienen necesidad y terminarás como aquel hombre: lejos de Dios.”
Mes de agosto
Organizate
Realiza obras de caridad Ayuda a personas necesitadas, practicando obras de caridad, sobre todo a las personas necesitadas de afectos, recuerda que también son tus hermanos. Organiza, con amigos o hermanos de fe, visitas periódicas a ancianatos y hospitales, llevándoles la lectura del Evangelio del día y ¿por qué no, la Celebración de la Palabra?
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
? ?
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.