?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Hech 13, 44-52
- Sal 97
- Jn 14, 7-14
En este ambiente de Pascua, cantemos al Señor sus maravillas, como nos invita el Salmo.
Dispongamos nuestro espíritu para que no dejemos de atender la valiosa valiosa lección que Dios nos quiere dar hoy por intermedio de Pablo, Dios envió a todo su pueblo escogido un claro mensaje de salvación, pero ellos no lo quisieron aceptar. Quizás no lo entendieron y quizás el mensaje significaba que tenían que cambiar de vida, cosa que no estaban dispuestos a hacer. Posiblemente pensaron que tendrían que comenzar a trabar amistad con personas tan diferentes, “los gentiles” (que ellos consideraban impuros), y eso era demasiado exigirles. Tal vez fue por las tres razones. Sea como haya sido, muchos de estos judíos decidieron rechazar el mensaje de Pablo.
Es probable que muchos de nosotros recordemos situaciones en las que hicimos algo parecido. Cuando el padre, la madre, un profesor, un compañero de trabajo, un amigo o hasta un extraño nos dijo algo que nos pareció molesto o injusto no quisimos escuchar más. Pero este pasaje nos enseña que Dios usa muchos medios para hablarnos de un modo que podamos dar el siguiente paso en nuestro caminar hacia el cielo.
Así pues, ten los ojos abiertos hoy. ¿Por medio de quien te hablará Dios? ¿Estás dispuesto a recibir su palabra con humildad y el corazón abierto?
Y es precisamente el mensaje del evangelio de hoy, debemos estar unidos profundamente con Dios, como la hizo Jesus. Y El Señor nos da la disyuntiva de seguirlo sino creemos en El, creer en sus obras fruto de la profunda unidad entre Dios y El.
Es pues, indispensable, para producir frutos frutos estar con comunicación profunda y unidad total con Dios, y esto se consigue con la oración diaria, frecuentando la Eucaristia, acudiendo al sacramento de la Reconciliación y alimentándonos diariamente con al Palabra.
Nos dice el Papa Francisco: “…El Padre, por lo tanto, fue revelado por Jesús: Él nos hace conocer al Padre; nos hace conocer esta vida interior que Él tiene. Y ¿a quién revela esto, el Padre?, ¿a quién da esta gracia?
La respuesta la da Jesús mismo, como dice san Lucas en su Evangelio: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños».
Por ello sólo quienes tienen el corazón como los pequeños son capaces de recibir esta revelación. Sólo el corazón humilde, manso, que siente la necesidad de rezar, de abrirse a Dios, que se siente pobre. En una palabra, sólo quien camina con la primera bienaventuranza: los pobres de espíritu.”
Mes de mayo
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Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.