- Hch 25, 13-21
- Sal 102
- Jn 21, 15-19
La liturgia nos invita para que desde nuestra fragilidad confesemos nuestro Amor al Señor y reafirmemos nuestro compromiso con la misión que nos ha encomendado.
La Iglesia vive para desarrollar su misión, en pastorear y apacientar, como aquella que guía, que cuida, que protege y alimenta a sus ovejas. La invitación del Papa Francisco en aquel Jueves Santo es a no olvidar que un requisito fundamental del liderazgo que hoy demandan nuestros pueblos, y al que todos estamos llamados a participar o al menos a contribuir, es atreverse a oler a ovejas, olor que únicamente se impregna con el contacto físico y el acompañamiento personal.
Cabría que nosotros nos preguntemos, si como miembros de la Iglesia, cómo estamos asumiendo esta misión que se nos ha encomendado.
La respuesta la encontramos en el relato del evangelio de hoy. Observemos que la primera pregunta del Señor a Pedro fue “¿me amas más que éstos?” Recordemos que la última vez que estuvieron reunidos en el aposento alto, el Señor Jesús les dijo a los suyos: “uno de vosotros me ha de entregar”. Sin duda, Simón debió pensar: “Es cierto, yo tampoco me he fiado de este grupo. Pero aquí hay alguien en quien tú puedes confiar. Y ése soy yo. Puedes confiar en mí”. Y en el pasaje que estudiamos, el Señor le preguntó: “Simón, hijo de Jonás, ¿estás dispuesto a decirme que me amas más que estos otros discípulos? Ahora, escuchemos lo que Simón Pedro respondió: Señor, tú sabes que te amo”. Y aquí Simón no utilizó la palabra agapao, sino fileo, O sea que, en realidad le dijo: “Señor, tu sabes que tengo afecto por ti”.
¿Por qué Simón Pedro no utilizó la misma palabra que el Señor usó? En nuestra opinión, ya no se enorgullecería más ni se jactaría de lo que iba a hacer por el Señor. De ahí en adelante, estaría dispuesto a hacer cosas grandes, pero no diría nada al respecto. Por eso descendió a un plano inferior y respondió al Señor diciéndole: “Tengo afecto por ti”.
Veamos lo que le pidió el Señor al responderle: “Apacienta mis corderos”, es decir, los hijos de las ovejas que no pasaban de un año de edad. Algunos, erroneamente han entendido que a los corderos, es decir, a algunos creyentes, habría que criticarlos. Pero el Señor no le encargó tal cosa, sino que los alimentase.
Consideremos ahora la segunda pregunta del Señor a Pedro, en el versículo 16: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te quiero. Le dijo: Pastorea mis ovejas”. Esta vez, el Señor omitió la frase “más que éstos” y tal vez, el motivo fue el siguiente. Es que le estaba diciendo: “Simón Pedro, quizás ya no te puedes enorgullecer y decirme que me amas más que los otros discípulos, pero ¿no puedes decirme ahora que tú mismo me amas?”. Al decir esto, estaba ayudando a este hombre, tratando de elevarle a un plano más elevado. Pero Pedro, simplemente no podía reaccionar así, y de alguna manera tenemos que admirarle por ello. Nos agrada ver que ya no se estaba jactando de nada. En cambio, estaba dispuesto a asumir una posición inferior. Escuchemos su afirmación. “Si Señor; tú sabes que te quiero, o tengo afecto por ti”. Ya no trataba de elevarse, no se atrevía a elevarse sobre los demás.
Prestemos atención a la segunda exhortación del Señor, que también nos implica a nosotros: “Pastorea mis ovejas”. Destacamos lo siguiente, Él le había dicho antes “Alimenta, o apacienta mis corderos” pero ahora le dice, “Pastorea, o disciplina a mis ovejas”. En nuestro tiempo, a veces nos parece que debiéramos actuar al revés. Es decir, disciplinar a los más jóvenes, y enseñar a los mayores. Pero el método nuestro no es el apropiado, sino el método expuesto por el Señor: alimentar o apacentar a los corderos y disciplinar a las ovejas mayores. ¿Y por qué? Porque las corderos siguen naturalmente a las ovejas; por ello, son las ovejas mayores las que deben ser disciplinadas o pastoreadas.
Finalmente, consideremos la tercera pregunta del Señor a Pedro, en el versículo 17: “Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres? Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: ¿Me quieres?, y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.”
Aquí llegamos a ver el significado real de la conversación entre el Señor y Simón Pedro. Pedro estaba afligido, y no porque el Señor le formuló la pregunta tres veces. Estaba triste porque el Señor había descendido rebajándose a su nivel, utilizando la misma palabra que él había usado.
Pero Simón Pedro no estaba listo para subir a otro nivel. Lo mejor que podía hacer era expresarle al Señor su afecto por Él. Ya no podía jactarse de nada porque era consciente de que el Señor conocía su corazón y sabía de su afecto sincero por Él.
La tercera exhortación fue que apacentase o alimentase Sus ovejas. Y debiéramos recordar siempre que la prueba de fuego para cualquier persona en la actualidad, cualquiera sea su posición o circunstancias que le rodeen, es la respuesta a la misma pregunta del Señor Jesucristo a Pedro que hemos considerado. “¿Me amas?” Usted y yo tenemos la respuesta, estimado oyente.
El Salmo nos invita a confiar en la Misericordia de nuestro Señor. El ha vencido el mal en mí, mal que se mostraba como rebelión de mi alma, y el Señor restaura mi vida, como a Pablo, quien ser hace fiel a la llamada del Señor para ser su mensajero, para extender su Reino a través de sus viajes y visitas a las comunidades cristianas. Es consciente de que el designio de Dios se cumple muchas veces, a través de mediaciones humanas y es esa fe en Dios lo que le hace agotar todas las posibilidades de defensa.
Pedimos al Espíritu Santo, fuente del amor, que nos conceda un gran amor por Jesús y por el Reino, que sea tan grande y tan perfecto que los demás lo noten y viendo tus buenas obras, crean en Jesús y en su amor y que nos de la valentía y el celo apostólico para extender tu Reino, para ser sus testigos allí donde se desarrolle nuestra vida.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Libro Busco Tu Rostro. Autor Carlos G. Vallés.
- https://revistasic.org/el-necesario-olor-a-oveja/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/05/17/me-amas-mas-que-estos-2/
- https://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=283
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=17-05-2024
Palabra de Vida Mes de Mayo 2024. “Quien no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es Amor.” 1Jn 4, 8
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.