?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/FtAu1pERo2I
- 2 Cor 11, 1-11
- Sal 110
- Mt 6, 7-15
La primera lectura nos lleva a reflexionar en la experiencia de San Pablo, quien se encuentra con que en la iglesia de Corinto, donde él ha predicado a Cristo, algunos han aceptado lo que otros les han predicado sobre el mismo Cristo Jesús y su evangelio. La única explicación que San Pablo encuentra para que los de Corinto hagan más caso a estos predicadores que a él, a los que llama de manera irónica “superpredicadores”, es que al igual que Eva, han sido seducidos y engañados por la serpiente con su astucia.
La gran pena de san Pablo no está en que no le acepten a él, a su persona. Lo que le duele de verdad es que es que no acepten al Cristo predicado por él, porque bien sabe que es el verdadero y único Cristo.
Esto y el mensaje del evangelio de hoy me llevó a meditar precisamente en una compañera de vida en la que quisiera basar nuestra reflexión de hoy, la tentación, porque, lejos de ser algo meramente negativo, pueden llegar a ser una fuente de crecimiento espiritual maravillosa.
Porque las tentaciones, con todos los obstáculos en la vida, son oportunidades. Si lo piensas, cada vez que el demonio o tu propia debilidad te invitan a faltar al amor de Dios, a decirle ‘no’, también tienes la oportunidad de darle la vuelta a la tortilla y decirle ‘sí’. No podemos pensar que, aparecida la tentación, la caída es una realidad (hay gente que, por desgracia, cree haber pecado porque se le ocurre cualquier cosa sin darse cuenta de que el pecado llega cuando se acepta tal o cual pensamiento). Tampoco podemos pensar que la tentación es inevitable, pues, con perseverancia, firmeza y lucha, incluso el demonio se puede cansar de atacar siempre por el mismo lado (una vez escuché una frase que me gustó mucho: el demonio es pecador y, por tanto, también puede tender a la pereza). Tampoco podemos entrar a negociar con ella y luchar como si fuéramos más listos que el diablo. ¡No! Ni somos más listos ni más fuertes que él. Por contra, tenemos a Alguien junto a nosotros que, sí, es infinitamente más fuerte que Satanás o que la fuerza de nuestra debilidad: Dios. Es por eso que, ante la tentación, hemos de hacer caso a lo que nos dice esta oración dominical y buscar los brazos de ese Padre nuestro. Pedirle que no caigamos en la tentación. Si hacemos esto, si nos entregamos a la oración cuando somos tentados, veremos cómo vencemos. ¡Ah! Y nunca olvidemos a la Virgen o a los santos a los que tengamos devoción y que son nuestros patronos particulares, además del ángel de la guarda.
Como decíamos antes, la tentación es un debate entre un ‘sí’ a Dios y un ‘no’ al mal, en el que las medias tintas son un ‘no’. Por eso tenemos que entrenarnos para resistir esos combates. Al final, cuando descuidamos nuestra vida cristiana, si no nos educamos en los ‘síes’ al Señor, ¿cómo vamos a pronunciar ese ‘Padre nuestro’ cuando las cosas se empiecen a tambalear? Por eso, si estás en una época de mayor tranquilidad en tu vida, si las cosas marchan con velocidad de crucero, tampoco te puedes relajar, antes bien dar gracias a Dios por ello, hacer experiencia de cómo el Señor te protege y entrenarte para cuando tenga que llegar la hora de la cruz, que llegará como nos llega a todos. Es el sentido de la ascesis cristiana, un entrenamiento para resistir los embistes del Maligno.
El Papa Francisco, en su catequesis sobre la penúltima invocación de la oración del padrenuestro que dice: «No nos dejes caer en la tentación». Dice que “esta petición se encuentra en el centro del drama entre nuestra libertad y las insidias del maligno.
Es una frase difícil de traducir en las lenguas modernas, pero está claro que Dios no es el que nos tienta, como si Él fuera el que busca hacernos caer en el momento de la prueba. De hecho, Jesús nos revela que Dios se pone junto a nosotros en la lucha contra el mal y, por eso, nos enseña a pedirle que nos ayude a evitarlo y a superarlo.
También Jesús vivió momentos de prueba y tentación, pero supo vencerlos; se impuso al demonio durante las tentaciones en el desierto, y cuando experimentó la desolación más absoluta en el huerto de Getsemaní, dio testimonio de que confiaba en su Padre Dios”
Haz un propósito de lucha y de ‘sí’ al Señor, alimenta tu día con actos de fe y confianza en el Señor y adelante, siempre recordando, con san Pablo, que, si Dios está con nosotros, quién contra nosotros?
Palabra de Vida Mes de Junio 2021
““No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo” (Mateo 7, 21) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.