https://youtu.be/VasZViK3R1w
- Hch 14, 5-18
- Sal 113
- Jn 14, 21-26
¡Qué todos te alaben solo a ti Señor! Nos dice el Salmista hoy como complemento del texto de la primera lectura en que vemos como la gente de Listra en ese momento, y lo hacemos muchos de nosotros hoy, caemos en la tentación de idealizar hasta el extremo a las personas, y como, por otro lado, del peligro que tenemos de ser vencidos por la adulación de la gente que, viendo nuestra vida y las obras que Dios realiza por nuestro medio, lleguemos a pensar que somos merecedores de la gloria que sólo pertenece a Dios. Seamos, pues, cautos, y en toda obra buena que realicemos demos siempre la gloria al único que le pertenece: a Dios.
Desde los primeros tiempos la predicación de la buena noticia de la salvación de Jesús ha sido un mensaje complejo y plagado de dificultades, sin embargo, nunca debemos olvidar que la oportunidad de la predicación y de la fe surgen por gracia del Señor, y se muestran donde menos se espera, como les sucedió a estos discípulos. Pero el valor del anuncio, el esfuerzo de hacerlo vivo y audible, de llevarlo a todos los rincones, es algo que como fieles creyentes nos corresponde pregonar a todos nosotros. Somos testigos de la resurrección del Señor, somos beneficiarios de su salvación, y con la fuerza del Espíritu, tenemos que testificarlo por todos los lugares con alegría y sin desánimo.
Hoy Jesús nos muestra su inmenso deseo de que participemos de su plenitud. Incorporados a Él, estamos en la fuente de vida divina que es la Santísima Trinidad. «Dios está contigo. En tu alma en gracia habita la Trinidad Beatísima. —Por eso, tú, a pesar de tus miserias, puedes y debes estar en continua conversación con el Señor» (San Josemaría).
Jesús asegura que estará presente en nosotros por la inhabitación divina en el alma en gracia. Así, los cristianos ya no somos huérfanos. Ya que nos ama tanto, a pesar de que no nos necesita, no quiere prescindir de nosotros.
Nos explica el Papa Francisco: “El Señor termina su frase con estos versículos: “Les he dicho esto mientras estoy con ustedes. El Abogado, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo y les recordará todo lo que os he dicho” (vv. 25-26). Es la promesa del Espíritu Santo; el Espíritu Santo que habita en nosotros y que el Padre y el Hijo envían… El Espíritu Santo nos guía en la memoria; nos guía para discernir, para discernir lo que tengo que hacer ahora, cuál es el camino correcto y cuál es el equivocado, también en las pequeñas decisiones. Si le pedimos la luz al Espíritu Santo, Él nos ayudará a discernir para tomar las decisiones correctas.”
Nuestra vida ahora es un caminar ya, en esa nueva dimensión. Vivir desde la sabiduría del Espíritu, descubriendo el sentido trascendente de la creación y de la nueva humanidad. No podemos quedarnos plantados, pasivos y despreocupados de nuestro mundo ni de nuestros hermanos. Dios ha instaurado su tienda entre nosotros y hemos de abanderar este proyecto divino: que todos seamos uno en el Padre, el Hijo y es Espíritu Santo, hasta la plenitud verdadera.
Entonces podríamos reflexionar: ¿Me siento parte de este proyecto transformador, de hacer presente el Reino del Señor en nuestro mundo?
Jesús insiste a sus discípulos en la importancia del amor, pues este es el signo por el que les reconocerán como discípulos. Este amor se hace manifiesto, no por decirle: Señor, Señor, cuánto te amo, sino por cumplir sus mandamientos, pues dice: “El que me ama, cumplirá mi palabra”.
Palabra de Vida Mes de Mayo 2022
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/05/01/mayo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.