?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Jos 24, 1-13
- Sal 135
- Mt 19, 3-12
Dad gracias al Señor porque es bueno, nos invita el Salmo.
Dios, por medio de Josué, nos dice la primera lectura, reúne a todo el pueblo elegido, a todas las tribus de Israel, y a los jefes, jueces y magistrados, y les va recordando su intercesión a lo largo de su historia.
Esta lectura es una invitación a revisar nuestra vida, a revisarla mirando todo lo que Dios ha hecho por cada uno. Ver su presencia, su mano…
Desde que nacimos Él nos va guiando. Van encajando las piezas del puzle que es nuestra historia. Pero no solo nos invita a ver la mano de Dios en nuestra historia, nos invita también a dar gracias. Solo si somos conscientes de ser barro frágil e inútil en las manos de Dios, si sabemos que Él hace de nuestra fragilidad su fortaleza, podremos ser agradecidos.
Agradecidos por la vida, por el amor, por la fe…, agradecidos incluso por los momentos en los que sufrimos y no entendemos nada, agradecidos por su eterna misericordia, agradecidos por el alimento de su Cuerpo y su Palabra, agradecidos por formar parte de nuestra historia.
En el Evangelio de hoy: De nuevo los fariseos ponen a prueba a Jesús, y esta vez con un tema delicado y de plena actualidad en este momento.
En este pasaje Jesús nos da pistas para dar una respuesta: lo perfecto, lo que conviene a la persona humana es la plenitud en su vida, y si la opción es el matrimonio, que éste sea para siempre. Así fue concebido por Dios este sacramento.
Nos catequiza el Papa Francisco sobre la indisolubilidad del matrimonio y los divorciados: “…Una simbiosis, una carne sola, así siguen adelante: ya no son dos, sino una sola carne”. Por lo tanto, que el hombre no separe lo que Dios ha unido.
[…] Jesús responde desde la verdad aplastante, desde la verdad contundente – ¡esta es la verdad! -, desde la plenitud, siempre…
[…] Sin embargo, Jesús es muy misericordioso, es tan grande que nunca, nunca, nunca cierra la puerta a los pecadores. Se comprende cuando les pregunta: “¿Qué les prescribió Moisés? ¿Qué les ordenó Moisés?”. La respuesta es que Moisés permitió escribir un acta de divorcio. Y es verdad, es verdad. Pero Jesús responde así:
“Teniendo en cuenta la dureza de sus corazones escribió para ustedes este precepto”.
Aquí está la plenitud de la verdad, esa verdad fuerte, contundente, pero también la debilidad humana, la dureza del corazón
Nosotros debemos caminar con estas dos cosas que Jesús nos enseña: la verdad y la comprensión, sugirió Francisco. Y esto no se resuelve como una ecuación matemática, sino con la propia carne: es decir, yo cristiano ayudo a esa persona, a aquellos matrimonios que atraviesan una dificultad, que están heridos, en el camino de acercamiento a Dios.
Permanece el hecho que la verdad es aquella, pero esta es otra verdad: todos somos pecadores, en camino.
Y siempre está este trabajo por hacer: cómo ayudar, cómo acompañar, pero también está cómo enseñar a aquellos que se quieren casar, cuál es la verdad sobre el matrimonio.”
Y es que como nos dice el padre Yepes en el audio, hay tres características de ese amor conyugal:
Debe ser alimentado cada día, como nos sugiere Gary Chapman, en su libro Los cinco lenguajes del amor: con palabras de afirmación, tiempo de calidad , regalos o presentes frecuentes, actos de servicio y contacto físico.
Debe ser un amor batallado con cierto heroísmo, sobr todo en los momentos difíciles.
Consagrqr a Dios la relación, pidiendo cada día la renovación de las gracias sacramentales, para renacer cada día en esta misión.
Sin embargo, el matrimonio no es esa la única opción de vida. También Jesús habla metafóricamente de los “eunucos”, es decir, de aquellas personas que eligen como opción el celibato. Entre ellos están los “eunucos por el Reino de los Cielos”. También los célibes deben ser fieles a su vocación.
En esta lectura se nos recuerda pues, que el matrimonio que Dios quiere es la unión para toda la vida. Seamos capaces de dar testimonio para que el mundo vea que es posible vivir felices y plenos tanto dentro del matrimonio, como en el celibato con fidelidad.
Mes de agosto
Organizate
Realiza obras de caridad Ayuda a personas necesitadas, practicando obras de caridad, sobre todo a las personas necesitadas de afectos, recuerda que también son tus hermanos. Organiza, con amigos o hermanos de fe, visitas periódicas a ancianatos y hospitales, llevándoles la lectura del Evangelio del día y ¿por qué no, la Celebración de la Palabra?
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.