https://youtu.be/5FDGKN5HSCs
- 2 Cor 1, 18-22
- Sal 98
- Mt 5, 17-19
Hoy el Señor con la liturgia nos indica cómo ser grandes en el Reino de los Cielos y sin duda alguna el Camino es el del Amor, por eso para iniciar esta reflexión podámosle con la Oración de los Fieles que nos infunda su ley de Amor.
En el texto de los Corintios nos hace ver que nuestra grandeza nos la da Cristo, que nuestra capacidad viene de El y del Espíritu Santo que da vida.
Y en el texto del evangelio nos habla de la Ley y cómo El le ha venido a dar plenitud para que al cumplirla y enseñarla a los hombres seremos grandes en el Reino de los Cielos.
Jesús como nos explica el Papa Francisco: “ Jesús revoluciona también las conciencias en el Discurso de la montaña abriendo nuevos horizontes para la humanidad y revelando plenamente la lógica de Dios. La lógica del amor que no se basa en el miedo sino en la libertad, en la caridad, en el sano celo y en el deseo salvífico de Dios, Nuestro Salvador, “que quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. “Misericordia quiero y no sacrificio”.
Como contesto para comprender el mensaje de San Pablo en la primera carta, hemos de anotar que este mensaje se da en un contexto judaizante, en el que los fariseos continuaban pretendiendo que la salvación venía de la observancia de la ley de Moisés, por eso Pablo opone la fuerza vivificante del Espíritu, que es el que da vida, incluso a la misma Ley y que ellos se saben elegidos y enviados a anunciar la nueva alianza que es Cristo, grabada en nuestros corazones por el Espíritu de Dios que no perece.
Esto, aunque parecería lejano a nosotros, es de gran actualidad pues todavía nos encontramos con hermanos que piensan que el cumplimiento de la “ley”, al margen del Espíritu, les dará vida, y así, por ejemplo, tenemos hermanos que van a misa, no por encontrarse con el Señor y por alimentarse de la palabra de Dios y del cuerpo y la sangre del Señor, sino simplemente porque está mandado en la ley de la Iglesia: “Asistir a misa los domingos”. Esto hace que se busque el mínimo, pues, en todo lo que no hacemos por amor o bajo la influencia del Espíritu, buscamos siempre hacer el mínimo: se llega lo más tarde posible, o se busca el lugar en donde no haya o que la homilía sea muy breve para poder “cumplir”; así con el precepto; esto por supuesto no es darle plenitud a la Ley y por ende no nos hace grandes en el Reino de los Cielos.
En el texto del evangelio de Mateo, Jesús continúa el sermón del monte enseñando al gentío y a sus discípulos cual es el verdadero sentido de la Ley.
«Dichosos los que caminan en la ley del Señor». “Una cierta cultura -explicaba San Juan Pablo II- ha sostenido o temido que observar la ley del Señor y guardarla con todo el corazón puede ser mortificante o alienante para el hombre. Es totalmente falso. La ley de Dios es condición de vida, mientras que la muerte está al acecho trágicamente cada vez que el hombre la rechaza. Esta es la experiencia de todo ser humano desde los comienzos de la historia”.
Pero, se preguntaba San Juan Pablo II, “¿acaso no lo sentimos también cada uno de nosotros, cuando miramos sinceramente el interior de nuestro corazón?”. La palabra de Dios nos pone ante el tremendo desafío de la libertad: «Si tú quieres, guardarás los mandamientos”.
Hay dos palabras clave en este pasaje del Evangelio: cumplir y enseñar. Jesús vivió plenamente y enseñó la fidelidad y obediencia al Padre, y también el servicio, entrega y amor hasta el extremo a los hermanos. A vivir con esa coherencia y entrega estamos llamados, que las bienaventuranzas y ser sal y luz para el mundo se graben profundamente en nuestro interior, que así lo cumplamos y enseñemos.
Jesús a la vez, nos enseña la importancia del buen ejemplo: «El que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19). El buen ejemplo es el primer elemento del apostolado cristiano. La Ley así asumida y vivida permitirá que de nosotros salga lo mejor del ser humano, que la fraternidad y el bien común permitan y defiendan la dignidad de cada persona, que la vida de todos, especialmente los más vulnerables y desprotegidos, llegue a su plenitud. Cumplir y enseñar la Ley será entonces llevar a la plenitud la obra del Espíritu de Dios que da vida.
”Que la Gracia de nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes”. Ef 13,13
Bibliograía.
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.rcm1450.com/evangelio-del-dia-18-mar-mateo-5-17-19/#:~:text=Reflexi%C3%B3n%20del%20Papa%20Francisco%20Mateo%205%2C%2017%2D19&text=La%20l%C3%B3gica%20del%20amor%20que,al%20conocimiento%20de%20la%20verdad%E2%80%9D.
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/06/14/miercoles-14-de-junio-2023-10a-semana-to-ciclo-a-el-espiritu-de-la-ley/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=14-06-2023
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Junio 2023
“Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes.” (2 Corintios 13, 11) https://ciudadnueva.com.ar/junio-2023/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.