https://youtu.be/MahBjWBd–0
- Deut 6, 4-13
- Sal 17
- Mt 17, 14-20
Hoy la liturgia nos confronta con nuestra fe. Creo que todos tenemos claro que solo al lado del Señor encontraremos la verdadera felicidad y podremos disfrutar de sus maravillas. Sin embargo, sobre todo en esos momentos oscuros de nuestra vida, olvidamos que El es nuestro creador y guía, el que nos ha sacado de la esclavitud del pecado, pagando nuestra libertad con la Sangre de su Hijo Amado. Que El como nos dice el Salmsta, es nuestra fuerza, es quien nos protege u nos libera, quien nos muestra su Amor y nos espera pues es nuestro Padre Misericordioso y que lo único que nos pide, como acabamos de leer en el texto de la primera lectura que grabemos en nuestro corazón y que lo reconozcamos como Único Señor, y lo Amemos con todo el corazón, con toda el alma y con todas nuestras fuerzas y lo sirvamos.
Entonces reflexionemos con el Papa Francisco: “¿por qué esta falta de fe? Creo, nos explica el Pontífice que es el corazón, que no se abre, el corazón cerrado, el corazón que quiere tener todo bajo control.
Es un corazón, por lo tanto, que no se abre, que no le da el control de las cosas a Jesús, y cuando los discípulos le preguntan por qué no podían sanar al joven, el Señor dice que aquella especie de demonios no pueden ser expulsados por nada, excepto por la oración.
Todos nosotros tenemos un poco de incredulidad en el interior. Es necesaria una oración fuerte, y esta oración humilde y fuerte hace que Jesús pueda hacer el milagro. La oración para pedir un milagro, para pedir una acción extraordinaria, debe ser una oración que involucre, que nos involucre a todos.”
El relato de Mateo denuncia por todas partes falta de esa fe: en primer lugar falta de fe de la gente en la misión y condición intermediadora – salvadora de la Iglesia, presencia de Dios para el mundo, mundo que sigue buscando y sufriendo (“acudí a tus discípulos pero no pudieron”).
Pero lo que es más grave: Mateo denuncia la causa de esa falta de fe de la gente en esa intermediación (“¿por qué no pudimos?”): la causa radical de la incredulidad, de la duda, de la incertidumbre, de la falta de confianza de que efectivamente la Iglesia signifique presencia de Dios y respuesta a la búsqueda del hombre es justamente la incredulidad, la duda, la incertidumbre y al fin, la falta de confianza originaria de la misma Iglesia, desde sus mismos orígenes.
Una Iglesia que no cree o cree malamente, ¿estará acaso en disposición de prestar su fe a otros? Y si la fe, según Pablo, es la condición de la salvación, ¿puede en verdad esperarse salvación de una Iglesia aquejada de problemas de fe en su doctrina y, particularmente, en su praxis, tal y como denuncia Mateo?
El texto del Deuteronomio, prosigue reforzando la actitud del creyente israelita, nos va enumerando el proceso de Fe que es un aprendizaje que está en constante crecimiento. Por eso su insistencia a no quedarse sólo en una fe interna, intimista, sino que Dios va a tener parte en mi vida, en mi hogar y en mi vida social. Dios ha iniciado la relación del Pacto, pero la obediencia humana será la que lo mantendrá o lo romperá. Dios es “el fiel”.
Comienza con “Shema, Israel Adonai… el Señor es único”(v4). Al proseguir con su lectura descubrimos que ese “escucha”, significa “un oír para hacer”. El escuchar aquí no produce una relajación como si estuviéramos escuchando un concierto de música clásica
Dios comienza relatando en qué consiste la Alianza o Pacto firmado por el pueblo de Israel a través Moisés. La escucha que lleva a la obediencia, es la verdadera actitud que se puede (que podemos) ofrecer a un Dios que se presenta como el “único Señor”. La motivación para cumplir los mandamientos, no es el temor, aquí el acento está puesto en el amor: “Amarás al Señor, tu Dios con todo tu…, con toda tu…, con todas tus…: corazón-alma-fuerzas”, es como decir toda la persona, es la totalidad del ser.
Ante tal reflexión no podemos sino decirle al Señor con el Salmo: “Yo te amo Señor, tu eres mi fuerza y con la Oración Colecta pedirle que nos ayude a renovar Su Fuerza Creadora y conserve en nosotros los dones de Su Redención. Terminamos con la Oración de los Fieles: “Señor , consérvanos en Tu Amor.
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/12-8-2017/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://es.catholic.net/op/articulos/5037/si-tuvieran-fe-nada-sera-imposible.html#modal
Palabra de Vida Mes de Agosto 2023
“Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo”. (Mateo 15, 28) https://ciudadnueva.com.ar/julio-2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.