?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Ez 12, 1-12
- Sal 77
- Mt 18, 21-19, 1
El tiempo del castigo ha llegado. El profeta Ezquiel en el texto de la primera lectura, con gran dramatismo, presenta al pueblo el juicio que Dios ha emitido sobre el pueblo rebelde y desobediente, que a pesar de todos los emisarios (Isaías y Jeremías) no se había vuelto hacía YHVH. Sin embargo, a pesar de todo, el Señor permanece fiel a la Alianza y por ello ha destinado un resto fiel que continuará la historia de la Salvación.
El padre Antonio Rivero, nos lleva a meditar sobre esta fidelidad de Dios a su Alianza de Salvación y cómo debemos responder de acuerdo a nuestra realidad; “…nosotros entramos a formar parte de esa Alianza de Cristo el día de nuestro bautismo. Y toda la liturgia, todos los sacramentos, especialmente la eucaristía y el matrimonio, los demás signos sacramentales (el canto, los lugares de culto, el pan y el vino, el altar, otros símbolos…) son relacionados y contemplados dentro del misterio de la alianza sellada con la sangre de Cristo. Esta alianza nos exige una vida santa y una lucha contra el pecado.
Para reflexionar: ¿Vivo mi vida cristiana en clave de Alianza con Dios? ¿Mi matrimonio, mi consagración a Dios en la vida religiosa o sacerdotal…los vivo en clave de Alianza con Dios? ¿Qué hago para defender esa Alianza con Dios?
En la lectura del Evangelio de hoy, nos explica el Pap Francisco, “Jesús nos enseña que si mi hermano cristiano comete una culpa contra mí, me ofende, yo debo usar la caridad hacia él…
Las etapas de este itinerario indica el evangelio, continua el Papa, el esfuerzo que el Señor pide a su comunidad para acompañar a quien se equivoca, para que no se pierda. Es ante todo necesario evitar el clamor de la habladuría y las murmuraciones de la comunidad, ésta es la primera cosa, evitar esto. “Ve y corrígelo en privado” (v.15).
La actitud es de delicadeza, prudencia, humildad, atención hacia quien ha cometido una culpa, evitando que las palabras puedan herir y matar al hermano. Porque, ustedes saben, también las palabras matan. Cuando hablo mal. Cuando hago una crítica injusta, cuando con mi lengua saco el cuero a un hermano, esto es matar la reputación del otro…
Pero también ayudarnos a librarnos de la ira o del resentimiento, que sólo nos hacen mal: aquella amargura del corazón que trae la ira y el resentimiento y que nos llevan a insultar y a agredir. Es muy feo ver salir de la boca de un cristiano un insulto o una agresión. Es feo ¿Entendido? Nada de insultos. Insultar no es cristiano ¿Entendido? Insultar no es cristiano.
En realidad, ante Dios todos somos pecadores y necesitados de perdón. Todos. Jesús, de hecho, nos ha dicho no juzgar. La corrección fraterna es un aspecto del amor y de la comunión que deben reinar en la comunidad cristiana.
Es un servicio recíproco que podemos y debemos darnos los unos a los otros. Corregir al hermano es un servicio, y es posible y eficaz solamente si cada uno se reconoce pecador y necesitado del perdón del Señor.”
El padre Yepes en el audio, hace hincapié, en la misión que tenemos los padre de corregir a nuestros hijos, ejerciendo la corrección fraterna, es decir, hacerlo con amor, humildad, paciencia, oportunidad y con la autoridad que conlleva el propio testimonio de vida.
No olvidemos que como comunidad somos corresponsables de la vida del otro; saberle hablar y exhortar siempre con amor como el Señor nos pide y como El lo hace con nosotros.
Para lograr llevar a cabo esta dinámica de la corrección fraterna es necesario vivir la presencia de Jesús en medio, esa que el texto del evangelio también nos ilumina:” yo les aseguro que si dos o tres de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo…
Y para comentar este pasaje, traigo las palabras de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento los Focolares, cuyo centro es precisamente este, la Unidad. …”así como dos troncos cruzados alimentan un fuego consumiéndose a sí mismos, de igual modo, si queríamos vivir con Jesús constantemente presente en medio de nosotras, era necesario vivir en cada momento todas las virtudes (paciencia, prudencia, mansedumbre, pobreza, pureza…) que se nos piden para que la unidad sobrenatural con los hermanos no decaiga. Comprendíamos que Jesús en medio de nosotras no era un estado adquirido de una vez para siempre, porque Jesús es vida, es dinamismo (…). ”
“Donde dos o más…»: cuando hemos puesto en práctica estas palabras divinas y misteriosas, con frecuencia nos han parecido maravillosas. Donde dos o más… y Jesús no especifica quién. Deja el anonimato. Donde dos o más… sean quienes sean: dos o más pecadores arrepentidos que se unen en su nombre; dos o más chicas, como éramos nosotras; dos de los cuales uno es mayor y el otro pequeño… Donde dos o más… Y al vivirlas, hemos visto caer barreras en todos los frentes. Donde dos o más… de patrias distintas: y caían los nacionalismos. Donde dos o más… de razas distintas: y caía el racismo. Donde dos o más… incluso entre personas que de por sí se han considerado siempre opuestas por cultura, clase, edad… Todos podían, o mejor, debían unirse en el nombre de Cristo (…).”
“Jesús en medio de nosotros: fue una experiencia formidable. Su presencia premiaba sobreabundantemente cualquier sacrificio que hiciésemos, justificaba todos nuestros pasos por este camino, hacia él y por él, daba un sentido justo a las cosas y a las circunstancias, aliviaba los dolores, templaba la demasiada alegría. Y todo aquel de entre nosotros que, sin sutilezas ni razonamientos, creía en sus palabras con el encanto de un niño y las ponía en práctica, gozaba de este paraíso anticipado que es el reino de Dios en medio de los hombres unidos en su nombre.”
Palabra de Vida Mes de agosto
¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? (Romanos 8,35
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.