https://youtu.be/HHfVRyaIuAs
- Mi 7, 14-15. 18-20
- Sal 102
- Lc 15, 1-3. 11-32
Conforme avanzan los días de la Cuaresma el Señor no va mostrando cada vez más que es un Padre Misericordioso como lo podemos constatar en la liturgia de hoy. Veamos…
Esa actitud compasiva, misericordiosa se manifestará hoy desde la primera lectura, con lo que el profeta llama “el resto de tu heredad”; es decir: los sencillos, humildes, no precisamente con las figuras relevantes, religiosa o socialmente de Israel. Y se ve confirmado con la descripción de Dios del salmo responsorial: “el Señor es compasivo y misericordioso”.
El papa reflexionó sobre la lectura del Evangelio, sobre la parábola del hijo pródigo, “que ha regresado a casa después de haber dilapidado todas sus posesiones”, dijo el papa Francisco.
“Dios siempre perdona y recibe con alegría a todos los que regresan a él, incluso después de una vida de errores y pecados, dijo el papa Francisco.
¡Dios no sabe perdonar sin celebrar! Y el padre celebra por la alegría que tiene porque su hijo ha regresado.
“Somos ese hijo, y es conmovedor pensar cuánto nos ama el Padre y nos espera siempre”, dijo.
Pero el hijo mayor de la parábola que se indigna porque siempre ha obedecido a su padre “también está dentro de nosotros y somos tentados a ponernos de su lado”, dijo.
“Él siempre había cumplido con su deber, no había salido de casa”, y se enoja al ver a su padre abrazando al niño que se había portado tan mal, dijo.
El problema con esta reacción, dijo el papa, es que el hijo mayor “basa su relación con su padre únicamente en la pura observancia de los mandatos, en el sentido del deber”.
“Este también podría ser nuestro problema, el problema entre nosotros y con Dios: perder de vista que es un padre y vivir una religión lejana, compuesta de prohibiciones y deberes”, dijo el papa.
Las personas que viven esta fría distancia de Dios se vuelven rígidas hacia los demás y les resulta difícil acoger, y mucho menos regocijarse, del regreso de un hijo de Dios arrepentido o que lucha, agregó.
“Aquellos que han cometido errores a menudo se sienten reprochados en su propio corazón. La distancia, la indiferencia y las palabras ásperas no ayudan. Por eso, como el padre, es necesario ofrecerles una calurosa acogida que los anime a seguir adelante”, dijo el papa.
La gente debe “buscar a los que están lejos”, tener el corazón abierto, escuchar de verdad y nunca hacer que se sientan incómodos, dijo.
El padre “festeja por la alegría que tiene porque su hijo ha regresado” y, como el padre, “necesitamos alegrarnos”, también, cuando alguien se arrepiente, por graves que hayan sido sus errores, dijo.
En la parábola, el padre tranquiliza al hijo mayor, diciéndole: “tú siempre estás aquí conmigo; todo lo que tengo es tuyo. Pero ahora debemos celebrar y regocijarnos, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido encontrado”.
La parábola muestra, dijo el papa, que el padre tiene “dos necesidades, que no son mandatos, sino cosas esenciales para su corazón”.
El papa pidió a la gente que reflexione y “vea si también nosotros tenemos en el corazón estas dos cosas que el padre necesita”: poder celebrar y regocijarse por los demás.”
Algo tenía la casa del Padre que al hijo pródigo le hizo volver. No fue el hambre, sino el ambiente de confianza que había dejado atrás, la relación tan profundamente filial, el estado de libertad. Algo muy poderoso tiraba de él mientras le crujían las tripas, y no era la comida. Y es que a veces un pequeño trazo en el aire de un relato, lo dice todo sobre lo que se nos quiere contar. Había confianza en aquella familia. El hijo le dice al Padre que quiere su parte, y el Padre le contesta que adelante. No hay dramas ni manos que llevarse a la cabeza, no hay conversaciones interminables de un padre asustado por la imprudencia del hijo, no hay estrategias de disuasión. Hay una entera libertad, ancha, larga, profunda. Es más, el Padre intuye que ha regalado tanto a su hijo, que vaya donde vaya, el calor de lo recibido no podrá jamás abandonarlo. Por eso salía cada noche a la puerta de su casa, porque se fiaba de aquello que había sembrado en el corazón del hijo.
No fue el hambre lo que le hizo volver al hijo pródigo, que fue el regalo de la libertad del Padre, su personalidad. Un padre que da a espuertas, que no pide explicaciones y se fía de cuanto ha depositado en el corazón del hijo, no tiene rival en este mundo
Son tres personajes en los que podemos mirarnos. ¿De quién nos vemos más cerca o más lejos?
Para profundizar en este tema, les recomiendo el libro “El Regreso del Hijo Pródigo, del sacerdote jesuita Heni Nowen.
A continuación les dejo el link del audio libro: https://open.spotify.com/playlist/5ngDd5FMhhG692VKbq2o8o?si=qYUTH7N8RSOJLSaU6sBJTQ
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=11-03-2023
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://angelusenespanol.com/news/vatican/papa-todo-el-mundo-es-el-hijo-prodigo-necesitando-misericordia/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/03/11/un-padre-asi-no-tiene-rival/
Palabra de Vida Mes de Marzo 2023
“ Vivan como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad,justicia y verdad» (Ef 5, 8-9) | https://ciudadnueva.com.ar/wp-content/uploads/2022/12/PV-03-2023_doble.doc
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.