https://youtu.be/UaRVQZQpuc0?si=EMou4YhKQTZIMBEq
- Lev 13, 1-2. 44-46
- Sal 31
- 1 Cor 10, 31-11,1
- Mc 1, 40-45
Este domingo trae una pausa al Tiempo Ordinario y nos empuja a la Cuaresma que comenzará el próximo miércoles. Que sea para los creyentes, como fue el encuentro de Cristo con el leproso, tiempo de crecimiento personal en la fe y de compromiso por implicarnos aún más en la Iglesia de la que recibimos la fe, y con la que queremos seguir contagiándola.
El pasaje de la primera lectura nos presenta la normativa tan estricta de la antigua ley con relación a quienes padecían la enfermedad de la lepra, símbolo de impureza y de pecado, que eran expulsados del propio pueblo. San Pablo se nos presenta como modelo a imitar, en cuanto que él mismo busca asemejarse en todo a Cristo, en particular, en su búsqueda de la gloria de Dios y de la donación al prójimo por amor a Él. La normativa recogida en el libro del Levítico (13,1-2.45.46) sobre el trato que debía darse a las personas que padecían la lepra suena dura a nuestros oídos. Tan severa normativa resulta más comprensible colocada en su marco adecuado, que es la ley de la santidad: «Sed santos, porque yo, Yahveh, vuestro Dios, soy santo» (Lv 19,2). Y la lepra en aquel tiempo era señal de estado de impureza, y de pecado, tan contrarios a la santidad de vida. A nosotros nos ayuda a comprender que, para poder entrar en comunión con el Dios santo, debemos vivir en la santidad de vida, ajena a todo pecado. Cultivemos, pues, esa limpieza de alma y de cuerpo que tanto embellece a las personas haciéndolas dignas de la amistad de Dios. Si, por desgracia, tenemos debilidades y manchas, acudamos a Él, en el sacramento de la reconciliación, donde podrá purificarnos y sanarnos.
En el salmo se canta la misericordia de Dios que absuelve las culpas de quien pide perdón con corazón sincero.
En la segunda lectura tomada de la primera carta a los Corintios (10,31–11-1), san Pablo nos invita a imitar a Cristo. Nos lo dice de una forma indirecta, en cuanto que se nos presenta él mismo como modelo a imitar: «Sed mis imitadores, como lo soy de Cristo». Sentimos, por tanto, la llamada a imitar a Cristo. A la luz del Evangelio de este domingo, podemos descubrir uno de esos rasgos característicos de la persona de Cristo que debemos cultivar en nuestras vidas: estar siempre llenos de compasión para con todos los que sufren, y también para con los pecadores. Muchas veces ellos, quienes se encuentran en estado de pecado, pueden verse o sentirse separados de la comunidad cristiana por culpas personales y, por lo mismo, carentes de una relación positiva con Dios y con la comunidad. A ellos abramos el corazón como Cristo para salirles al encuentro con nuestra oración, con nuestro apoyo y con el testimonio de vida santa, para que logren liberarse de todo aquello que les aparta de Dios y gozar de la plena comunión de vida con Él y con los demás.
En la época de Jesús, se consideraba la peor tragedia tener la enfermedad de la lepra. Era un sufrimiento físico, emocional, social, familiar, teológico y moral—en pocas palabras, la magnitud de esta enfermedad abarcaba toda la vida de la persona.
Al hablar de la lepra nos referimos a la pérdida de la sensibilidad táctil, lo que hace que el leproso no pueda distinguir cuando se corta o se quema, haciéndose daños considerables en su ya perjudicado organismo.
Hoy en día, como en ningún otro período de la historia, estamos viviendo una verdadera epidemia de lepra que ya no es física sino espiritual. Hombres y mujeres destrozados anímicamente porque han perdido la sensibilidad del alma y viven haciéndose daño en el corazón, al no poder percibir las espinas endurecidas de la infidelidad o el calor sofocante de las pasiones sin control
Son seres humanos solitarios, que temen encontrarse a la luz del día con otras personas, por el miedo a que se hagan visibles sus muñones emocionales carcomidos y sus heridas que supuran dolor y amargura. Desean con toda el alma el poder ser tocados y queridos, pero tienen tanto miedo que prefieren los rincones solitarios en donde se puedan juntar con otros como ellos, tristes y solitarias almas envilecidas y condenadas a una existencia infrahumana.
Nos dice el Papa Francisco: “Para respetar las reglas de la buena reputación y las costumbres sociales, a menudo silenciamos el dolor o usamos máscaras para disimularlo. Con el fin de conciliar los cálculos de nuestro egoísmo o las leyes internas de nuestros temores, no nos implicamos demasiado en los sufrimientos de los demás. Por el contrario, pidamos al Señor la gracia de vivir estas dos “transgresiones” del Evangelio de hoy. La del leproso, para que tengamos la valentía de salir de nuestro aislamiento y, en lugar de quedarnos allí a quejarnos o a llorar por nuestros fracasos, las quejas, en luhar de esto vayamos a Jesús tal como somos. Señor, yo soy así. Sentiremos ese abrazo, ese abrazo de Jesús tan hermoso. Y luego la transgresión de Jesús, que es un amor que nos hace ir más allá de las convenciones, que nos hace superar los prejuicios y el miedo a mezclarnos con la vida del otro. Aprendamos a ser “transgresores” como estos dos, como el leproso y como Jesús.”
A estos leprosos espirituales, abramos el corazón como Cristo para salirles al encuentro con nuestra oración, con nuestro apoyo y con el testimonio de vida santa, para que logren liberarse de todo aquello que les aparta de Dios y gozar de la plena comunión de vida con Él y con los demás.
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2021/documents/papa-francesco_angelus_20210214.html#:~:text=Mc%201%2C40%2D45),relaci%C3%B3n%20humana%2C%20social%20y%20religiosa.
- https://es.zenit.org/2012/02/10/sed-mis-imitadores-como-lo-soy-de-cristo-tiempo-ordinario-6-ciclo-b/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/pautas/
- https://unpasoaldia.com/2020/01/16/la-lepra-espiritual-una-enfermedad-contagiosa-en-este-tiempo/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/02/11/la-lepra-del-pecado/
Palabra de Vida Mes de Febrero 2024. “Hagan todo con Amor” (1 Cor 16, 14) https://www.focolare.org
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.