?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- 1 Jn 5, 14-21
- Sal 149
- Jn 3, 22-30
San Juan en el texto de la primera lectura, nos describe claramente cómo debe ser nuestra confianza: “”Con él tenemos la certeza de que, si le pedimos algo conforme a su voluntad, nos escuchará. Y si nos escucha en todo lo que le pedimos, sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido.”
Analizando estos versículos, seguramente encontraremos la gran dificultad con que tantas veces topamos al orar:
- Con el tenemos la certeza… La certeza que viene de la fe que Dios da, viene al entender que Dios realmente es el creador de todo y que nada escapa de su mano. Su poder es sin igual y grande.
- Si le pedimos algo, conforme a su Voluntad, nos lo concederá… Podemos orar confiando en que Dios apoya a Sus hijos. Es posible que no siempre sepamos cuál es su voluntad específica, pero podemos confiar en que Él hará lo que es correcto y mejor. Entonces oramos en sumisión a Él, pidiendo que se haga Su voluntad (Mateo 6:10). “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.” (Romanos 8:28).
- Y si nos escucha en todo lo que le pedimos, sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido…” Por qué pides lo que pides? ¿Cómo está tu corazón? ¿Qué es lo que más anhelas? Recuerda que Dios nunca concederá una petición que esté fuera de Su voluntad ya revelada (Juan 15:7),y que no provenga de un corazón realmente arrepentido y que ame a Dios cada día más.
Al final de la cita de San Juan meditada hoy, nos exhorta a cómo vivir como discípulos: Hijos, míos no adoren a los ídolos. Es claro, el llamado a que Dios siempre debe ser el Señor de nuestra vida; sabemos que el mundo nos embelesa con ídolos efímeros, a lo mejor mucho más a la mano y más visibles, pero para un cristiano, el único dios debe ser Dios.
El evangelio complementa la invitación de la liturgia de hoy de confiar en Dios y hacer de Dios nuestro dios, y Juan Bautista con su humildad, su sensatez y radicalidad, nos confronta: “Es necesario que El crezca y yo venga a menos”.
El Papa Francisco nos dice: “Juan Bautista, preparaba el camino a Jesús sin tomar nada para sí mismo. Era un hombre importante, la gente lo buscaba porque sus palabras eran fuertes, pero supo no caer en la tentación de creer que era importante.
En ese sentido, recordó que cuando se acercaron los doctores para preguntarle si él era el Mesías, Juan respondió: “Son voces: solamente voces, yo sólo he venido a preparar el camino del Señor”.
Aquí está la primera vocación de Juan el Bautista, preparar al pueblo, preparar los corazones de la gente para el encuentro con el Señor. Pero, ¿quién es el Señor?
Y esta es la segunda vocación de Juan: discernir, entre tanta gente buena, quien era el Señor. Y el Espíritu Santo le reveló esto y él tuvo el valor de decir: “Es éste. Éste es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”…
Así, la tercera vocación de Juan el Bautista es disminuir. Desde aquel momento su vida comenzó a abajarse, a disminuirse para que creciera el Señor, hasta eliminarse a sí mismo. El Bautista se decía “Él debe crecer, yo, en cambio, disminuir”, “detrás de mí, delante mío, lejos de mí”.
Son tres vocaciones en un hombre: preparar, discernir, y dejar crecer al Señor disminuyéndose a sí mismo…”
Terminamos con la Oración Colecta pidiéndole al Señor que por su gracia, seamos transformados a semejante de aquel que se dignó compartir nuestra humanidad. Entonces con el salmista alegrémonos y alabémoslo. El Señor es amigo de su pueblo.
Mes de enero
Servir, servir y servir
Por la evangelización: Promoción de la paz en el mundo. Recemos para que los cristianos, los que siguen otras religiones y las personas de buena voluntad promuevan la paz y la justicia en el mundo.
Palabra de Vida
“Nos demostraron una cordialidad nada común.” (Hch 28, 2) Jesús nos demostró que amar significa recibir al otro tal como es, tal como él nos recibió a nosotros. Dar hospitalidad al otro, con sus gustos, sus ideas, sus defectos, su diversidad. Darle espacio dentro de nosotros, alejando del corazón toda desconfianza, juicio o rechazo. El Señor mismo nos da la fuerza de su gracia para que nuestra frágil voluntad alcance la plenitud del amor cristiano.
https://ciudadnueva.com.ar/enero-2020/
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.