?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Iss 40, 25-31
- Sal 102
- Mt 11, 28-30
En este tiempo de Adviento podemos preguntarnos ¿cuál es el nivel de nuestra esperanza? ¿Cómo están robustecidas nuestras piernas al andar por la vida?
El profeta Isaías nos muestra a pueblo envuelto en el velo de la angustia y la desesperanza. La añoranza, el abandono la pretensión de un Dios cansado, que no cuida a su creación, es la vivencia de un pueblo cuando la esperanza está ausente.
Pero hemos de preguntarnos, ¿está ausente Dios? ¿Dios se ha cansado de nosotros? El profeta ahuyenta ese pesar señalando que Dios está presente en toda la creación, dando fuerza al cansado y desvalido, acrecentando el vigor de quien no puede o no sabe andar. Son los jóvenes que tropiezan y vacilan, pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas.
Esperar en el Señor para renovar las fuerzas es la clave de todo impulso creador que cada persona puede tener en su vida. Somos creadores con Dios de una historia de salvación, no podemos cargar la responsabilidad de vivir esperanzados sólo en Dios, nosotros también somos responsables de una vida que hemos de conducirla a la esperanza.
Venid a mi… y yo os aliviaré.
Venid a mí… es la primera llamada del Evangelio de Mateo a todos los que viven en la desolación y en el cansancio. Dios se muestra, en Jesús como alivio y descanso.
Ahora es el tiempo del consuelo, ahora es el tiempo de la esperanza, ahora es el tiempo donde el alivio se muestra presente.
Nos dice el Papa Francisco: “Cuando Jesús dice esto, tiene ante sus ojos las personas que encuentra todos los días por los caminos de Galilea: mucha gente simple, pobres, enfermos, pecadores, marginados… esta gente siempre le siguió para escuchar su palabra -¡una palabra que daba esperanza!..”
Venid a mi…porque hay razones de humildad y mansedumbre que esperan tu capacidad de resilencia y superación
Pero no sólo hay una llamada para acudir a Dios, también nos hace partícipes de nuestra capacidad de sanación y despertar a la esperanza. A la llamada constante de un “venid a mí”,Jesús une la capacidad de cargar con la cruz y un “aprended de mí” que los humanos tenemos como capacidad para acoger el Reino de Dios. De esta manera se halla el descanso.
“Jesús, nos continua indicando el Papa Francisco, promete reconfortar a todos, pero también nos hace una invitación, que es como un mandamiento: “Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón” (Mt 11,29)
El yugo del Señor ¿en qué consiste? Consiste en cargar el peso de los otros con amor fraternal. Una vez recibido el alivio y consuelo de Cristo, estamos llamados también nosotros a ser alivio y consuelo para los hermanos, con actitud mansa y humilde, a imitación del Maestro…”
“Aprended de mi” requiere una mirada comprometida y constante a lo que Jesús dijo e hizo para ofrecer alivio y consuelo. No podemos mirar a nuestros hermanos perdiendo esta perspectiva con humildad. Hemos de aprender la capacidad de ser alivio y consuelo para los que sufren. Creer conlleva transformarme en un agente activo de consolación y alivio para los adolecen de esperanza. Cristo es la referencia de la misericordia que Dios muestra para los más necesitados. Su suerte, su destino, su palabra, sus acciones son un ejemplo de compasión constante en mi camino de fe. Unirme a la piel del que sufre, para ayudar a levantarse de su situación.
Bendice alma mía al Señor , proclamamos con el Salmo hoy.
Mes de diciembre
Servir, servir y servir
/Mantén vivo siempre en tus pensamientos la idea de que eres un servidor de los demás. Sirviendo a los demás con amor y alegría consolidas y aumentas la virtud de la Humildad. Recuerda que Dios “miró la pequeñez de su esclava” y “enaltece a los humildes de corazón”
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /Diciembre 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.