https://youtu.be/tKe6xsL3Nc8?si=-UFBSoESRJkAAJCJ
- 2 Cor 1, 18.22
- Sal 118
- Mt 5, 13-16
Acabamos de clausurar la Pascua, solemnemente celebrada en la cincuentena. Ello no significa que quede atrás, pues la vida del bautizado está marcada por ella y tiene una proyección pascual. Durante esta semana vamos a escuchar como primeras lectura, la segunda carta de San Pablo a los Corintios que nos explica que cuando Dios llama, ungiendo con su Espíritu, lo hace en unción de una misión, de un envío, hoy ser sal y luz, para dar sabor, preservar y alumbrar a quien lo necesita.
En en texto de hoy el apóstol nos sitúa ante la palabra pronunciada, definitivamente, en favor de la humanidad. En la fidelidad de él, de Silvano y Timoteo, se pone de manifiesto la integridad del anuncio hecho y de ello pone a Dios por testigo.
Y ante ese anuncio, un inmenso gozo llena el corazón y la vida misma del que escucha. Pues en Jesucristo solamente ha habido un sí a favor de todo ser humano. Su sí es el sí de Dios, puesto que ha venido enviado por él para darlo a conocer y por medio de su Espíritu llevarnos a reconocer que en él todas las promesas de Dios, hechas a los padres, han alcanzado su sí. Jesucristo es el sí de Dios. Y en la medida en que estamos unidos a él, por su medio respondemos “amén” a Dios.
Dios es quien nos confirma en la unidad de todos los hombres en Cristo. Dice Pablo “a nosotros junto con vosotros”. Es importante no perder de vista esta afirmación, pues no es a nosotros a costa de vosotros, sino en la unidad generada por la muerte y resurrección de Jesucristo, porque dice a continuación: “nos ungió, nos selló y ha puesto su Espíritu en nuestros corazones”.
La petición que el salmista hace y que repite la asamblea: Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo, se cumple por medio de Jesucristo, que nos ha dado un mandamiento admirable: amaos como yo os he amado. Nos ha abierto el entendimiento para que comprendamos lo que Dios nos está pidiendo. Nos ha enseñado a poner por obra su voluntad.
Se han puesto a pensar por qué en el texto del evangelio Jesús no no nos dice, si somos capaces de llegar a ser sal y luz de la tierra?, nos dice que lo somos. Esto porque lo somos como el brillo de la luna, que refleja la luz del sol, pues al ser bautizados hemos sido incorporados a Cristo, y es su sal la que sala y su luz la que luce. Y para no ser sal y luz tenemos que empeñarnos en no ser nosotros mismos. En el bautismo no sólo se inscribe nuestro nombre en un libro que puede que nadie consulte nunca más, hemos sido transformados en todo nuestro ser para ser hijos de Dios en Cristo, templos del Espíritu Santo, y quien nos vea es lo que tendría que ver.
No tenemos que hacer un cursillo para ser luz, tenemos simplemente que ser quienes somos, sabiendo que somos hijos de Dios, y lo normal de la sal es que sale.
Es por eso que cristiano ha de dar el gusto: mostrar con la alegría y el optimismo sereno de quien se sabe hijo de Dios, que todo en esta vida es camino de santidad. Y, también como la sal, el discípulo de Cristo ha de preservar de la corrupción: donde se encuentran cristianos de fe viva, no puede haber injusticia, violencia, abusos hacia los débiles… Todo lo contrario, ha de resplandecer la virtud de la caridad con toda la fuerza: la preocupación por los otros, la solidaridad, la generosidad… Y así, el cristiano es luz del mundo. El cristiano es esta antorcha que, con el ejemplo de su vida, lleva la luz de la verdad a todos los rincones del mundo, mostrando el camino de la salvación… Allá donde antes sólo había tinieblas, incertidumbres y dudas, nace la claridad, la certeza y la seguridad.
El Señor quiere ese Sí en nuestra vida para abrazar esa llamada y ser agentes de cambio, con valentía y determinación, comprometiéndonos en nuestra comunidad a decir amén a su Palabra y llevándola a los demás con nuestro testimonio para que lo conozcan y glorifiquen.
En las horas de la mañana de ayer , se celebró la Procesión y el paso por la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro por parte de los miembros de la Santa Sede, encabezado por el Papa León XIV, con ocasión del Jubileo de la Santa Sede. Y en la homilia de la Eucaristia nos instaba: “Queridos amigos, alabemos a Dios por su Palabra, lámpara que ilumina nuestros pasos y también nuestra vida cotidiana al servicio de la Santa Sede”
Yo les invito a que sigamos orando por este Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza, con la Oración que nos dejó su antecesor el Papa Francisco: Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://www.vatican.va/content/leo-xiv/es/homilies/2025/documents/20250609-omelia-giubileo-santa-sede.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/06/10/ser-y-poder-ser/
- https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2025-06/jubileo-de-la-santa-sede-el-papa-en-procesion-como-peregrino-de.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-06-10
Palabra de Vida Mes de Junio https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.