https://youtu.be/ZdEF84ZEwfM
- Hch 2, 14. 22-3
- Sal 15
- Mt 28, 8-15
Felices Pascuas de Resurrección, sí el Señor resucito, como lo había predicho y esto debe llenar e gozo y de alegría , porque reina eternamente, como nos dice la Antífona de este día.
Hoy se da inicio al Tiempo Pascual, período litúrgico de cincuenta días en los que la Iglesia Católica celebra la cúspide de la obra de la salvación: la Resurrección de Cristo, el Señor. El Tiempo Pascual -conocido también como “Cincuentena Pascual”- concluye con la Solemnidad de Pentecostés.
Simultáneamente, hoy también empieza la Octava de Pascua, primera semana de la Cincuentena Pascual. La Octava de Pascua, como sugiere el nombre, equivale al periodo de ocho días continuos en los que se celebra la Resurrección de Cristo. Lo hermoso de estos ocho días -van de domingo a domingo- radica en que deben ser vividos como si fueran “un solo día”. Se trata, pues, de un “largo domingo” o “gran domingo” en el que el júbilo por Cristo vuelto a la vida se prolonga con la misma intensidad.
La alegría de la Pascua llena toda nuestra vida. Todos los pasajes del Evangelio en esta semana anuncian la victoria de Cristo sobre la muerte, un acontecimiento que cambia la historia de la humanidad. “Alegraos”, pide Jesús a las mujeres madrugadoras y nos pide a todos nosotros. Que Él haya resucitado es el principal motivo de alegría para los cristianos: alegría permanente, eterna, que no pasa, que no depende de las circunstancias o los estados de ánimo, que no está sujeta a los límites del espacio ni del tiempo. Si miramos nuestra alma quizá descubriremos cuántas veces buscamos las alegrías en cosas que van y vienen, que son transitorias, que están muy pegadas a lo material y lo mundano. Por eso cuando descubrimos que esas promesas de felicidad no sacian nuestro corazón, sino que lo vacían, sentimos que el desánimo envuelve nuestra existencia.
En el texto de loa Hechos de los Apóstoles, vemos este primer testimonio sobre la Resurrección de Jesús. Este testimonio no sólo es importante por su contenido sino por su contexto, pues recordemos que sólo han pasado unos días de que los judíos habían dado muerte a Jesús por lo que la comunidad de discípulos permanecía silenciosa y oculta.
Pedro, lleno del Espíritu Santo, habla, como él mismo dice: “Claramente”. No le tiene miedo al qué dirán o a las consecuencias que pudiera traer hablar con claridad de Cristo. Sabemos que Pedro dedicó el resto de su vida a predicar a Jesús resucitado y toda su buena noticia. Eso es lo que nos toca a nosotros, cristianos del XXI, seguir anunciando a Jesús muerto y resucitado, como la mejor noticia que podemos ofrecer a nuestros hermanos. Hoy en día, necesitamos más cristianos que estén dispuestos a hablar con claridad de Jesús, cristianos que no tengan miedo de portarse como tales delante de sus superiores, de sus hermanos y de sus mismos padres. Cristianos que con su vida sean capaces de testimoniar a SU SEÑOR.
En el texto de san Mateo, podemos experimentar las reacciones de las mujeres ante la presencia del Señor, pues expresan las actitudes más profundas del ser humano ante Aquel que es nuestro Creador y Redentor: la sumisión —«se asieron a sus pies» (Mt 28,9)— y la adoración. ¡Qué gran lección para aprender a estar también ante Cristo Eucaristía!
«No tengáis miedo» (Mt 28,10), dice Jesús a las santas mujeres. ¿Miedo del Señor? Nunca, ¡si es el Amor de los amores! ¿Temor de perderlo? Sí, porque conocemos la propia debilidad. Por esto nos agarramos bien fuerte a sus pies. Como los Apóstoles en el mar embravecido y los discípulos de Emaús le pedimos: ¡Señor, no nos dejes!
Galilea es el lugar de la primera llamada, donde todo empezó. Volver allí, volver al lugar de la primera llamada. Jesús pasó por la orilla del lago, mientras los pescadores estaban arreglando las redes. Los llamó, y ellos lo dejaron todo y lo siguieron.
Volver a Galilea quiere decir releer todo a partir de la cruz y de la victoria; sin miedo, ‘no teman’. Releer todo: la predicación, los milagros, la nueva comunidad, los entusiasmos y las defecciones, hasta la traición; releer todo a partir del final, que es un nuevo comienzo, de este acto supremo de amor.
También para cada uno de nosotros hay una ‘Galilea’ en el comienzo del camino con Jesús. ‘Ir a Galilea’ tiene un significado bonito, significa para nosotros redescubrir nuestro bautismo como fuente viva, sacar energías nuevas de la raíz de nuestra fe y de nuestra experiencia cristiana. Volver a Galilea significa sobre todo volver allí, a ese punto incandescente en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino. Con esta chispa puedo encender el fuego para el hoy, para cada día, y llevar calor y luz a mis hermanos y hermanas.”
Para concluir este comentario pidamos para que en nuestros corazón como nos dice la Oración de los Fieles: “Que la luz del Resucitado guíe nuestro camino”
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.aciprensa.com/noticias/que-es-la-octava-de-pascua-31097
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/04/10/la-eterna-alegria/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- http://es.catholic.net/op/articulos/14700/www.ccda.com.ar#modal
Palabra de Vida Mes de Abril 2023
“ Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.” (Col 3,2) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.