https://youtu.be/7aWmUZzlxtU
- Hch 10, 34. 37-43
- Sal 117
- Col 3, 1-4 ó bien 1 Cor 5, 6-8
- Jn 20, 1-9
El Domingo de Resurrección es la celebración con mayor densidad divina, es decir, donde Dios se hace más patente pues realiza su gran gesta: vencer al mal y a la muerte. Hermano, hermana…si hay alguna verdad de fe que haya que sostener sin titubeos es esta: Dios vence la muerte y al mal; y por consiguiente, estamos llamados a llegar a la Vida…
Afirma el Papa Francisco: “Es el contagio de la esperanza: «¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!». No se trata de una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, no es eso la resurrección de Cristo, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no “pasa por encima” del sufrimiento y la muerte, sino que los traspasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios”, afirmó el Papa Francisco profundizando sobre el sentido de la esperanza.”
Hoy es día en que solo cabe la alegría, pase lo que pase….Las llagas, los latigazos, los salivazos, las humillaciones, las vejaciones, las injurias, los improperios, la cruz…, han desaparecido en un cuerpo glorioso, de los que sólo las llagas de las manos y el costado nos recuerdan lo que pasó… y nos recuerdan que no ha sido nada, que Dios está por encima de todo eso, aunque está en todo eso (ese es el misterio del pecado).
Mira hoy el sagrario, mira a María y verás las lágrimas convertidas en alegría. “Stabat Mater Dolorosa”, pero eso, “stabat”. Pon todas tus penas en brazos de María, ella los llevará a Cristo y Cristo a la resurrección y a la vida. Por eso alégrate.
El texto de los Hechos de los Apóstoles, corresponde al encuentro de Pedro con el centurión romano y pagano Cornelio en Cesarea. Avisado por el Espíritu, Pedro se acerca a Cesarea guiado por la voz de Dios. Es recibido con todos los honores por el centurión Cornelio. Pedro le expone los elementos básicos de la proclamación kerigmática. Durante su proclamación el Espíritu desciende sobre los oyentes y son bautizados. El acontecimiento que produce el asombro de los acompañantes de Pedro.
“Los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.”
Este acontecimiento tiene capital importancia para la expansión del Evangelio. Son las primicias de lo que pronto será la evangelización entre los gentiles. Jesús ha roto todas las fronteras con su Muerte y Resurrección.
En la carta a los Colosenses, nos dice: “Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra”El autor de la carta recuerda que ya desde el bautismo los creyentes han entrado en comunión con el Cristo Glorioso. El sacramento realiza en la persona humana una maravilla: identificar al hombre con Jesús muerto y resucitado. La consecuencia de esta identificación es la urgencia de dirigir la mirada y la vida hacia donde está Cristo actualmente: a la derecha del Padre. Revela con ello el sentido de provisionalidad que tienen todas las cosas, aun las que podamos pensar más importantes, por la esperanza de la meta definitiva. Pero es necesario realizar el camino y la peregrinación. Desde ahora el camino, arduo por ser humano y envuelto en tribulaciones y sufrimientos múltiples, ha sido iluminado por la meta. La meta da sentido al conjunto y desvela el misterio del sufrimiento y la muerte.
“Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya” El Salmo inunda la celebración de la fe cristiana. El Padre ha resucitado a su Hijo Jesucristo, el Amado, Aquél en quien se complace porque ha amado hasta dar su vida por todos.
Celebremos la Pascua. El gran signo que hoy nos da el Evangelio es que el sepulcro de Jesús está vacío. Ya no tenemos que buscar entre los muertos a Aquel que vive, porque ha resucitado. Y los discípulos, que después le verán Resucitado, es decir, lo experimentarán vivo en un encuentro de fe maravilloso, captan que hay un vacío en el lugar de su sepultura. Sepulcro vacío y apariciones serán las grandes señales para la fe del creyente. El Evangelio dice que «entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó» (Jn 20,8). Supo captar por la fe que aquel vacío y, a la vez, aquella sábana de amortajar y aquel sudario bien doblados eran pequeñas señales del paso de Dios, de la nueva vida. El amor sabe captar aquello que otros no captan, y tiene suficiente con pequeños signos. El «discípulo a quien Jesús quería» (Jn 20,2) se guiaba por el amor que había recibido de Cristo.
“Ver y creer” de los discípulos que han de ser también los nuestros. Renovemos nuestra fe pascual. Que Cristo sea en todo nuestro Señor. Dejemos que su Vida vivifique a la nuestra y renovemos la gracia del bautismo que hemos recibido. Hagámonos apóstoles y discípulos suyos. Guiémonos por el amor y anunciemos a todo el mundo la felicidad de creer en Jesucristo. Seamos testigos esperanzados de su Resurrección.
Felices Pascuas de Resurrección.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/1-4-2018/comentario-biblico/gerardo-sanchez-mielgo/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/04/09/aleluya-aleluya-aleluya/
- https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2020-04/papa-francisco-domingo-resurreccion-sanar-heridas-humanidad.html
Palabra de Vida Mes de Abril 2023
“ Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.” (Col 3,2) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.