Jesucristo nos ha ofrecido todo lo que lleva a nuestra salvación,
https://youtu.be/-n79KmcZz2Y
- Is 25, 6-10
- Sal 22
- Mt 15, 29-37
El tiempo mesiánico es una tiempo de salvación. Es la oportunidad que Dios nos da para ser salvados; es el tiempo esperado para que las tinieblas del pecado, que obstruyen nuestra visión y que no nos dejan ver la realidad como es verdaderamente, sean disipadas por la Luz del “Señor que viene”.
Esta era la esperanza de Israel y es “o debe ser” una realidad para cada uno de nosotros. El Adviento nos recuerda que el tiempo mesiánico ya es una realidad, pues el nacimiento de Jesús lo ha inaugurado. Debemos dejar que Dios mismo, por medio del Espíritu Santo, vaya arrancando de nuestra vida el velo que distorsiona nuestra visión.
Nos comenta Fray Manuel Santos Sánchez O.P. Que hoy nosotros disfrutamos de nuestro Salvador, de Jesucristo, que ha venido en persona hasta nosotros y nos ha ofrecido, mucho más que un banquete de manjares suculentos y vinos generosos, nos ha ofrecido todo lo que lleva a nuestra salvación, nos ha ofrecido su persona, su presencia, su luz, su amor, y se ha atrevido a adentrarse y habitar en nuestro corazón para guiar nuestros pasos… pero todavía, también en este adviento, anhelamos y esperamos su venida definitiva en la que aniquilará para siempre la muerte y todos los males que rodean nuestra existencia terrena. Entonces sí, disfrutaremos de un banquete sin igual y para siempre, donde Jesús no se esconderá en el pan y vino eucarísticos, sino que se nos ofrecerá tal cual es y nos hará disfrutar de la felicitad total tan deseada.
Al comentar el texto del evangelio, el Papa Francisco nos indica que
“La compasión, de hecho, nos lleva por el camino de la verdadera justicia”, salvándonos así de estar encerrados en nosotros mismos.
La compasión “no es un sentimiento de pena”, que se experimenta, por ejemplo, cuando se ve morir a un perro por la calle: “Pobrecito, sentimos un poco de pena”, observó Francisco, sino que es “involucrarse en el problema de los demás, es jugarse la vida allí”.”
Afirma Adrián Olvera LC que se puede andar por el mundo pensando que sólo cuando pienso en Dios Él piensa en mí; que sólo cuando le hablo Él me escucha; que sólo cuando me acerco Él abre sus brazos, en fin…, se puede andar por el mundo pensado que el de la iniciativa soy yo.
El texto nos dice que la gente se llenó de admiración al ver los milagros que realizaba. Por ser gentiles eran politeístas, pero ninguno de sus dioses habían podido darles el alivio que ahora Jesús les traía, y por ello Mateo nos dice que terminaron dando gloria al Dios de Israel, un Dios al cual ellos no adoraban. Hoy en día vivimos en un mundo lleno de maldad, angustia, sufrimiento y desesperanza, pero que hermoso es saber que a la iglesia se le ha confiado un mensaje de Aquel que trajo tanto alivio a miles de angustiados. Cuando Jesús estuvo en esta tierra siempre tuvo palabras de aliento y esperanza para los necesitados
Jesús observa, se preocupa; se adelanta y se compadece, como nos narra el Evangelio de hoy. No le es indiferente el malestar de las personas que le rodean; no le es indiferente el cansancio que padecen, el hambre que sienten y, por lo tanto, actúa. Él piensa en mí, me escucha, se acerca, pues para Él no soy indiferente.
Mis necesidades, enfermedades, preocupaciones las hace suyas y es ahí donde da una respuesta…
Respuesta que puede salir de un lugar que nadie esperaba; respuesta que se puede evidenciar mediante la curación de una enfermedad; respuesta que simplemente puede ser dada en la fe de saber que Él está conmigo…, que Dios se compadece; que en realidad mi vida, mis alegrías, mis sufrimientos, mis necesidades, no le son indiferentes.
Este Dios hecho hombre, que todo lo puede y que nos ama apasionadamente, y a quien necesitamos en todo y para todo —«sin mi no podéis nada» (Jn 15,5)— necesita, paradójicamente, nos dice el Rev. D. Joan COSTA i Bou , también de nosotros: éste es el significado de los siete panes y los pocos peces que usará para alimentar a una multitud del pueblo. Si nos diéramos cuenta de cómo Jesús se apoya en nosotros, y del valor que tiene todo lo que hacemos para Él, por pequeño que sea, nos esforzaríamos más y más en corresponderle con todo nuestro ser.
La Palabra de Vida de este mes: ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”, en este tiempo de preparación a la Navidad, nos invita a recordar la sorprendente promesa de Jesús de hacerse presente entre quienes acogen y viven el mandamiento del amor recíproco: «Donde están dos o tres reunidos en mi nombre –es decir, en el amor evangélico–, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20).
Confiados en esta promesa, dejemos que Jesús renazca también hoy en nuestras casas y en nuestras calles gracias a la acogida recíproca, a la escucha profunda del otro, al abrazo fraterno como el de María e Isabel.
Palabra de Vida Mes de Diciembre 2021
«¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Se-ñor!» (Lc 1, 45) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.