https://youtu.be/CTlcPCyBKTM
- Ex 33, 7-11; 34, 5-9.28
- Sal 102
- Mt 13, 36-43
Hoy la liturgia que celebramos la Memoria de san Alfonso María Ligorio , nos invita reflexionar en nuestra correspondencia al Amor de Dios, ese Dios que a Moisés, y a nosotros nos habla “cara a cara, como habla un hombre con un amigo”. Y esto es maravilloso, el Señor no es un tirano, no es un arbitro, El es Un Amigo.. Jesús nos muestra hasta qué extremo llega su amistad. “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn 15,13). Y, por si fuera poco es un amigo compasivo y misericordioso, como nos dice el Salmo, es decir, no lleva el apunte de nuestras tropelías y desatinos, sino que, por el contrario, sigue apostando porque emerja esa belleza en potencia que posee cada uno de sus hijos.
De nuestra parte, la apuesta se conjuga desde la libertad que nos caracteriza: asentir a su invitación para convertir en acto lo que se es en potencia o por el contrario, cohibir o peor aún, mutilar esa capacidad cuyo resultado será la ausencia de bien.
Y este amigo se nos presenta en el evangelio como el Sembrador que acepta nuestra pecaminosidad y celebra nuestra bondad.
En la Christus vivit”, la Exhortación Apostólica del Papa Francisco, nos habla sobre la amistad con Jesús y quisiera detenerme en algunos puntos que me parece pueden llevarnos a valorar este regalo tan maravilloso que Dios nos ofrece de hablarnos como a amigos, de disfrutar de su amistad, a través de su Hijo Jesucristo.
La amistad es un regalo de la vida y un don de Dios. A través de los amigos el Señor nos va puliendo y nos va madurando. Al mismo tiempo, los amigos fieles, que están a nuestro lado en los momentos duros, son un reflejo del cariño del Señor, de su consuelo y de su presencia amable. Tener amigos nos enseña a abrirnos, a comprender, a cuidar a otros, a salir de nuestra comodidad y del aislamiento, a compartir la vida. Por eso «un amigo fiel no tiene precio» (Si 6,15).
La amistad no es una relación fugaz o pasajera, sino estable, firme, fiel, que madura con el paso del tiempo. Es una relación de afecto que nos hace sentir unidos, y al mismo tiempo es un amor generoso, que nos lleva a buscar el bien del amigo. Aunque los amigos pueden ser muy diferentes entre sí, siempre hay algunas cosas en común que los llevan a sentirse cercanos, y hay una intimidad que se comparte con sinceridad y confianza.
Es tan importante la amistad que Jesús mismo se presenta como amigo: «Ya no los llamo siervos, los llamo amigos» (Jn 15,15). Por la gracia que Él nos regala, somos elevados de tal manera que somos realmente amigos suyos. Con el mismo amor que Él derrama en nosotros podemos amarlo, llevando su amor a los demás, con la esperanza de que también ellos encontrarán su puesto en la comunidad de amistad fundada por Jesucristo…
La amistad con Jesús es inquebrantable. Él nunca se va, aunque a veces parece que hace silencio. Cuando lo necesitamos se deja encontrar por nosotros (cf. Jr 29,14) y está a nuestro lado por donde vayamos (cf. Jos 1,9). Porque Él jamás rompe una alianza. A nosotros nos pide que no lo abandonemos: «Permanezcan unidos a mí» (Jn 15,4). Pero si nos alejamos, «Él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo» (2 Tm 2,13).
Con el amigo hablamos, compartimos las cosas más secretas. Con Jesús también conversamos. La oración es un desafío y una aventura. ¡Y qué aventura! Permite que lo conozcamos cada vez mejor, entremos en su espesura y crezcamos en una unión siempre más fuerte. La oración nos permite contarle todo lo que nos pasa y quedarnos confiados en sus brazos, y al mismo tiempo nos regala instantes de preciosa intimidad y afecto, donde Jesús derrama en nosotros su propia vida. Rezando «le abrimos la jugada» a Él, le damos lugar «para que Él pueda actuar y pueda entrar y pueda vencer»…
Podrás sentirlo a tu lado no sólo cuando ores. Reconocerás que camina contigo en todo momento. Intenta descubrirlo y vivirás la bella experiencia de saberte siempre acompañado. Es lo que vivieron los discípulos de Emaús cuando, mientras caminaban y conversaban desorientados, Jesús se hizo presente y «caminaba con ellos» (Lc 24,15)
”Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes” Ef 13,13
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2019-12/christus-vivit-giovani-sinodo-lettera-papa-francesco-video0.html
- https://www.espaciosagrado.com/node/187345
Palabra de Vida Mes de Agosto 2023
“Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo”. (Mateo 15, 28) https://ciudadnueva.com.ar/agosto-2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.