Del Libro la Cabaña. Reflexiones para cada dia del año, de Paul Young: “Desesperado quiso salir a la luz, pero en el fondo creía que Jesús no lo había enviado ahí sin un buen propósito. Asi que avanzó.
A veces olvido que eres tanto el Dios de la oscuridad como de la Luz. Ayúdame a no encender hogueras en momentos oscuros sino a seguir adelante, a dejar que la incertidumbre me lleve a la confianza.”
Patxi Usabiaga, del equipo Manejo de Ansiedad, Estrés y Sueño, nos dice: “Las emociones pueden ser definidas como respuestas innatas frente a sucesos subjetivamente relevantes para una persona, y tienen por función comunicar necesidades, optimizar el procesamiento de la información, y orientar nuestra conducta (Reyes y Tena, 2016). En este sentido, podemos entender que las emociones son capaces de evidenciar que ocurre algo que es relevante para nosotros, y movilizarnos para tomar acciones en virtud de ello.
No obstante lo anterior, dada la incertidumbre sorpresiva frente a la que nos encontramos, es posible que la tarea de identificar cuál es el mensaje que nos ofrecen las emociones que experimentamos se haya vuelto un reto difícil, y nos hayamos sentido afligidos e inquietos. ¿Cómo podemos gestionar esta experiencia sin sentirnos abrumados por ella? ¿Es posible eliminar o suprimir los afectos? ¿Cómo convivir con el deseo de “sentirnos bien” y “estar tranquilos” cuando tenemos emociones que nos incomodan?
¿Cómo en medio de esta situación de aislamiento e incertidumbre con respecto a la aparición del coronavirus en el mundo y las implicaciones a nivel de salud y también de estabilidad económica?
La incertidumbre y las variadas emociones que traiga consigo, nos enfrentan al desafío no solo de posicionarnos frente al acontecer nacional, sino también a aprender nuevos modos de relacionarnos con nuestra forma de sentir y de vivir. Los pensamientos y los sentimientos que emerjen durante estas semanas son señal y evidencia de algo relevante para nosotros, y aprender a reconocerlos y legitimarlos no sólo nos permitirá vivirlos con mayor serenidad, sino también movilizarnos y actuar en consecuencia con ellos. El emocionar, en este sentido, se puede entender no solo como una respuesta innata a un evento relevante, sino también como parte de nuestra responsabilidad civil.
Entonces, ¿cómo evitar que esta incertidumbre, se convierta en desesperación o pánico y lo llevemos al terreno de la confianza?
Ciertos autores de Psicología Positiva cuyo fundador fue Martín Seligman, nos vienen hablando sobre la importancia de vivir el presente.
La vida, afirman, está hecha de tiempo y, si intentamos escapar del presente, estamos impidiendo el dejarnos llevar por las circunstancias. Si nos lamentamos por el pasado, nos preocupamos por el futuro o simplemente vivimos matando el tiempo, no estamos haciendo lo necesario para perseguir nuestras metas.
Y es que si lo analizamos objetivamente, el pasado ya pasó, e, futuro no ha llegado, entonces solo debemos concentrarnos en el presente, hacer lo que podemos hoy y así, iremos afianzando la confianza.
Así que como me decía mi Maestra espiritual Sor Evelia Herrera. “Vive el presente plenamente con mente positiva y confianza en el Señor y la Virgen Maria”.
Soltar el cómo deberían ser las cosas. Es decir, consiste en poner toda nuestra atención al momento que estamos viviendo, teniendo una percepción plena de la realidad, sin dejar que nada se interfiera.
Nos dice Juan Manuel Serrat en su canción , Se hace camino al andar.
Y al volver la vista atrás
Se ve la senda que nunca
Se ha de volver a pisar
Otro punto que nos ayudará a convertir la incertidumbre en confianza en practicar en tener una mente positiva. Para ello es necesario que ante la incertidumbre, tomemos las riendas de la situación y en lugar de enfocarnos en lo negativo, busquemos las oportunidades y nos centremos en ellas.
Leí en estos días una frase que decía,la situación va a ser la misma, la actitud con que afrontemos las cosas será lo único que haga la diferencia. La actitud es esa respuesta personal que tenemos hacia algún evento; es una elección. Podemos estar pasando por la experiencia más espantosa; sin embargo, elegir ver su lado amable depende de mí hacerlo. Todo, absolutamente todo tiene su lado luminoso, aunque de momento no lo veamos. Con la actitud correcta por más obscura que esté la vida siempre la podremos vivir con la esperanza de un mañana mejor.
Vamos a confiar!, el mundo no se va a acabar por esto; siempre después de una crisis viene tiempos mucho mejores. Enfrenta los miedos, esto nos lleva de la incertidumbre a la confianza.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.