Categoría: Espiritual

No permanezcamos indiferentes. No vivamos una fe a medias, que recibe pero no da, que acoge el don pero no se hace don.

El perdón de las faltas cometidas es el regalo más excelente que uno puede recibir.

El amor constante del  Señor nunca cesa; Sus misericordias nunca llegan a su fin; Son nuevos cada mañana; grande es tu fidelidad.

Pascua es también, abrir tu corazón con asombro al anuncio y acoger con Misericordia a aquel que atraviesa una hora oscura, un día que aún no ha amanecido, una luz sepultada, un sueño destrozado, o si es tu caso, sentir que ese hermano que está a tu lado, es Jesús Resucitado.

Ir a Galilea es convivir con las necesidades de los demás y llorar con quien llora porque ahí está Jesús.

Hoy meditamos acerca de que siempre es posible volver a empezar, porque siempre existe una vida nueva que Dios es capaz de reiniciar en nosotros más allá de todos nuestros fracasos.

Este Viernes Santo, meditemos y elevemos nuestra mirada al crucificado que llevó ahí nuestra carga y expió nuestra culpa.

Este Jueves Santo meditamos sobre los tres regalos que nos deja Jesús en la Última Cena a toda la humanidad.

En este Miércoles Santo, reflexionemos en el Ecuentro de María Magdalena y Jesús Resucitado.