En este Sétimo día damos gracias porque nuestro Padre que no es un Dios de muertos, sino de vivos como nos dicen San Lucas en el capítulo 20, le ha dicho a la hermana muerte, ahora sí ya puedes acompañar a Reinaldo hasta mi presencia que ya está prepara dado para la Vida Eterna.
En el poco tiempo en que Nando estuvo en este nuevo encuentro con la hermana muerte, tres días solamente, pudo escuchar de nuestros labios y de los que se comunicaron con él, en ese momento palabras de cariño y de sincera convicción de que lo que lo esperaba, era maravillosa.
Ese jueves que lo internamos, cuando lo fuí a ver al hospital, como le he comentado a algunos, su saludo fue, Rosa me voy a morir, pícaramente le conquisté, todos nos vamos a morir y él me respondió, no yo me voy a morir antes que vos. Entonces le pregunté que cómo se sentía al respecto, si estaba en paz, a lo que me respondió, sí. E iniciamos nuestro diálogo de separación momentánea de este mundo.
Creanme que estoy segura que descansó en total paz, yo había orado mucho por su tránsito la noche anterior, y ese sábado pedí apoyo a mis compañeros de grupo para con la ayuda de Dios ayudarlo en el trance final, pero Dios en su infinita misericordia, me ahorró hasta eso, El se encargó de llamarlo con tanto Amor que con su ternura lo liberó de los lazos que lo podían haber tenido atado y emprendió el viaje definitivo, tomado de la mano de nuestra Madre María, Los Ángeles y los Santos como ya les comenté.
Yo creo que es normal que el sentido del vivir y del morir, de alguna manera siempre inquieta a muchos, sin embargo desde su profunda e íntima experiencia, a cada uno desde siempre, el Padre por medio de Jesús nos manifiesta que su interés por la humanidad, no es algo limitado a un determinado periodo de tiempo. Dios nos ama siempre, ofreciéndonos la vida eterna como horizonte y plenitud de nuestra historia personal y coronación de su obra creadora en nosotros. Esto no estará a nuestro alcance hasta que vivamos el camino final de peregrinación, condición indispensable para este nuevo nacimiento, por eso, a la luz de la fe, la muerte no significa el fracaso de una vida, sino el comienzo de su plena realización.
La resurrección es para todo cristiano el destino de gloria; es vida nueva, no es una prolongación de las condiciones actuales de vida; es un completo y definitivo nacimiento a la vida gracias a la obra amorosa del Dios de la vida. En esta fe se alienta nuestra esperanza, encontramos fuerza a la hora de la tribulación y el impulso necesario, para hacer todo lo posible de manera que la vida actual vaya en esa dirección.
Ya Nando, parafraseando al Salmista, despertó y contempla el rostro del Señor, con la mirada fija, como nos dijo Fray Marco en el funeral, en la Gloria de Dios.
Celebramos este Setenario en que como les indiqué al principio, Dios, fue conduciendo el peregrinar de Nando, a través de siete acontecimientos importantes en que logró sentir a la hermana muerte a su lado, para ese Encuentro definitivo, el final fue este 29 de octubre antes de las 9,.45 am, en el que creo firmemente que el dialogo de Nando con el Señor fue algo así como nos dice San Pablo en 2 Tim 4, 7: “He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. Ahora me espera la corona merecida que tu Señor me prometiste aquel 27 de noviembre de 1948 y así, todo lo vivido por Nando, como esposo, padre, suegro, abuelo, tío, primo, amigo y compañero, llegó a su fin, pues después de las 9.45 am ya él disfruta de una nueva vida que es la que estamos celebrando y seguiremos celebrando con gozo en el corazón, pues como les indiqué al principio, como cristiana, creo que Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos y él está en la Vida Eterna. ¡Bendito sea Dios!
Término estas reflexiones invitándolos a que, con la Oración de los Fieles de la liturgia de este sétimo día, oremos para que la esperanza de la Resurrección sostenga los cristianos que sufren y que las realidades de este mundo no nos hagan perder de vista el gozo supremo que esperamos. Que tu gracia nos disponga a hacer el bien. Amén.
Gracias a cada uno de los que han estado con nosotros en estos días. Dios les siga bendiciendo.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.