En la celebración de la Natividad de la Virgen Maria, la liturgia nos insta para que como ella, cada uno de nosotros, podamos encarnar el Evangelio en la realidad que vivimos.
Las lecturas nos hablan de la sabiduría divina necesaria para seguirlo, la valoración de Dios sobre las precauciones terrenales , y la búsqueda de los designios divinos por parte del hombre.
El Señor sostiene mi vida, nos dice el Salmista en la liturgia y esto debemos tenerlo presente para que cada momento de nuestra vida esté adherida con fe y esperanza al Evangelio.
Hoy meditamos en un tema muy importante para nuestro crecimiento espiritual, el cual trata de tópicos no tan conocidos pero básicos en nuestra salud integral.
Hoy la Palabra y las enseñanzas de Jesús nos convocan y nos dan fuerza para perseverar en el camino de la conversión y el encuentro con El y su llamada a la pesca de la humanidad, renueva nuestra cotidianidad.
La liturgia de hoy nos insta a no acomodarnos, o quedarnos inmóviles, sino a manifestar quienes somos en realidad, cristianos que mostramos la fe por el servicio a los demás y el amor que nos tenemos unos a otros.