Como a los discípulos, hoy en Señor nos confronta con nuestra confianza y nos llama a derribar los miedos y abrir nuestra mente y nuestro corazón a su Amor y Misericordia.
La señal más clara que tenemos los cristianos es la Cruz, no caigamos en la cerrazón farisaica, al contrario abramos nuestra mente y nuestro corazón para hacer su Voluntad y crecer en la fe.